El Brexit como oportunidad para repensar el papel de España en la UE
Con la victoria en el referéndum de los partidarios del Brexit, conviene intentar hacer de la necesidad virtud e identificar las oportunidades que se abren para España.
Con la victoria en el referéndum de los partidarios del Brexit, conviene intentar hacer de la necesidad virtud e identificar las oportunidades que se abren para España.
España es ya una sociedad con una menor identidad colectiva, menos prejuicios y más cosmopolita.
Seguramente no se puede acusar a los partidos del perfil bajo que tendrá la agenda internacional y europea en las próximas elecciones. Sin embargo, en los próximos cuatro años nos jugamos muchísimo fuera de las fronteras.
La Unión Europea ha sido y sigue siendo un marco esencial para España, pero por vez primera los europeístas están en minoría.
La Ley 12/2015, de 24 de junio, es el gesto histórico con el que culmina el proceso de reconciliación de España con sus sefardíes.
Uno de los principales factores que afectan a la marca país es la imagen que se proyecta desde los medios de comunicación internacionales sobre ese país y el sentimiento que esta imagen genera en la opinión pública internacional.
Recopilación de los diversos análisis presentados y debatidos en un grupo de trabajo promovido por el Real Instituto Elcano y la Fundación Bill y Melinda Gates. Todos ellos vinculan desde una perspectiva política los retos de la cooperación española —esto es, las elecciones y decisiones pendientes de adoptar— con el papel de España en el mundo.
El referéndum del 23 de junio puede suponer un antes y un después en la política británica y europea. Pero las implicaciones para España del resultado del plebiscito serán, asimismo, muy importantes.
El papel jugado por España en las negociaciones de febrero de 2016 y las consecuencias que tendría una posible salida del Reino Unido de la Unión Europea para las relaciones entre ambos países.
A partir de evidencia empírica comparada se cuestiona la idea de que España es un caso atípico negativo a la hora de aplicar internamente las normas jurídicas europeas.
El futuro de la política española de cooperación internacional para el desarrollo requeriría abordar políticamente una serie de dilemas referidos, por ejemplo, a la asignación geográfica de la ayuda, a la conexión entre la política de desarrollo y otras políticas de la acción exterior, y la combinación adecuada de instrumentos y actores.