¿Antiamericanismo, antihegemonismo o antiunilateralismo?

¿Antiamericanismo, antihegemonismo o antiunilateralismo?

Tema

Con motivo de la publicación de los últimos datos de encuestas internacionales sobre la imagen de Estados Unidos en el mundo, se hace un análisis del antiamericanismo tras la crisis de Irak.

Resumen

Frente a lo que se suele decir últimamente, el antiamericanismo ni está extendido por todo el mundo ni alcanza a todas las facetas de EEUU. Excepto en determinadas zonas (fundamentalmente, algunos países árabes, y sólo algunos) no encontramos un rechazo total a EEUU. Lo que se percibe como política exterior unilateralista del gobierno Bush simplemente deja al desnudo y hace más visible la hegemonía norteamericana, lo que desencadena las reacciones más adversas.

Análisis

Después del 11-S la cuestión de la imagen de EEUU y el antiamericanismo ha emergido como la cuestión de nuestro tiempo, y en cierto modo ha sustituido a la de la globalización, aunque paradójicamente muchas veces se nos presente como un fenómeno global. Parafraseando la famosa sentencia de Marx, un nuevo fantasma recorre el mundo: el fantasma del antiamericanismo. Para muchos, en el mundo actual, con su enorme diversidad cultural, el rechazo a EEUU parece haberse convertido en uno de los pocos valores compartidos por multitud de países.

La referencia anterior también nos lleva a uno de los argumentos esgrimidos por quienes abominan de ese antiamericanismo: éste no es sino el comunismo de siempre pero con otro collar. La “psicopatología antiamericana” es simplemente anticapitalismo y antiglobalización disfrazados (Revel: La obsesión antiamericana). Otros analistas, por el contrario, señalan que el rechazo a Estados Unidos obedece a las críticas a la política concreta del gobierno conservador de Bush (Hoffman: La evolución de los EEUU, Política Exterior, julio-agosto de 2003).

Finalmente, para otros estudiosos, la política de Bush simplemente exacerba y hace más visible la hegemonía norteamericana en la post-posguerra fría (Sardar y Davies: ¿Por qué la gente odia Estados Unidos?).  La uva de la ira puede ser “existencial” si se rechaza la hegemonía cultural o económica; “cosmológica” si se critica el imperialismo; u “ontológica” si se recusa lo que se considera una doble moral de EEUU al hacer prevalecer sus intereses sobre el bienestar general. Pero, en cualquier caso, es la posición dominante de EEUU en el mundo, su condición de hiperpotencia, lo que despierta el recelo o, como aventuran en términos más críticos, la “envidia” (Joffe: ‘The Axis of envy’, Foreign Policy, sept-oct. 2002).

Distintas encuestas apuntan a un deterioro reciente de la imagen de EEUU en todo el mundo. Pero es importante diferenciar las posturas que subyacen detrás de esa valoración general ¿Cuál de las anteriores es la causa de la valoración negativa que se hace de EEUU? ¿Qué es exactamente: rechazo de la sociedad y la cultura de EEUU (antiamericanismo), de su hegemonía mundial, particularmente de su potencia militar (antiimperialismo o antihegemonismo) o del uso que hace de esta última la política exterior concreta de Bush (antiunilateralismo)? Algunos estudios recientes nos permiten avanzar un diagnóstico.

El Pew Research Centre for People and the Press presentaba en junio su encuesta ‘Visiones de un mundo en cambio’ (Views of a changing world), que es la última oleada del estudio ‘Global Attitudes Project’. En él se recoge la evolución de la imagen general de EEUU en cuatro momentos: 1999/2000, verano de 2002, marzo de 2003 y junio de 2003.

En esta última oleada de 2002 encontramos porcentajes de valoración positiva inferiores al 50% en siete de los nueve países árabes, pero también en cuatro de los seis europeos. Como se ha subrayado en distintos medios, en tres años se ha producido un deterioro notable. Si en el último periodo encontramos porcentajes de valoración positiva inferiores al 50% en 13 de los 20 países, en 1999/2000 sólo ocurría en cuatro de los 15.

Ahora bien, no ha habido un movimiento lineal. La caída se produce en marzo de 2003 a raíz de la postura del gobierno Bush ante Irak. Y de hecho, entre marzo y junio de este año, una vez acabadas las operaciones militares, se rompe la tendencia y se produce una recuperación notable, aunque no se alcancen los niveles iniciales. Tomemos los países europeos. Entre marzo y junio, en Italia, la valoración positiva sube un 26%; en Reino Unido, un 22%. Y esto ocurre no sólo en los dos países anteriores, en los que la valoración era mejor. En España sube un 24%; en Alemania, un 20; incluso en Francia, un 12%. Turquía es el único país en el que EEUU no remonta el vuelo.

A quienes hacían una valoración negativa de EEUU se les preguntaba cuál era el problema: si Estados Unidos en general, Bush sobre todo, o las dos cosas. En general, la causa es siempre Bush en mayor medida que EEUU: encontramos que el porcentaje de entrevistados que culpabiliza a Bush es siempre superior al que culpa al país en general. La única excepción, en la que propiamente cabe hablar de antiamericanismo o rechazo total de EEUU, es Corea del Sur.

Así es en todos los países europeos:

  • En Francia, el 74% culpa a Bush, y el 21% a EEUU en general
  • Alemania: 74% frente a 22%
  • Italia: 67% frente a 24%
  • Reino Unido: 59% frente a 31%.

España pertenece a un grupo de países en los que desciende el porcentaje anti-Bush y aumenta el antiamericanismo difuso, países en los que encontramos un empate entre quienes rechazan a Bush y quienes rechazan al país o a ambos. Además de España, hay otros cinco países –sobre el total de 20– en esta situación. Todos ellos son árabes: Autoridad Palestina, Israel, Jordania, Kuwait y Líbano.

A partir de otros dos estudios recientes podemos profundizar en el antiunilateralismo europeo y el antiamericanismo árabe.

¿Qué es lo que menos les gusta a los europeos de la política exterior de EEUU? El último Eurobarómetro -el nº 59, de junio de 2003- nos da algunas pistas. En esta encuesta realizada en los 15 países miembros se preguntaba: “en su opinión, ¿diría vd. que EEUU tiende a desempeñar un papel positivo, negativo o ni positivo ni negativo en los cinco aspectos siguientes: la paz en el mundo, la lucha contra el terrorismo, el crecimiento de la economía mundial, la lucha contra la pobreza en el mundo y la protección del medio ambiente?

En la media de los 15 países, el mantenimiento de la paz es uno de los aspectos valorados más negativamente. Así lo hace el 60% de los europeos (el 58%, para ser más exactos). En Grecia encontramos la valoración más negativa (un 91%) seguida de la Francia, con un 73%. España, con un 68%, está en niveles similares a Alemania o Bélgica (con un 66%). Por el contrario, los países en los que la valoración es menos negativa son Reino Unido (31%), Dinamarca (34%), Holanda (45%) e Italia (49%).

En términos similares a la paz, y con posturas muy similares en los distintos países, también se critica el papel de EEUU respecto al medio ambiente. Aunque ligeramente mejor, sigue siendo mala la valoración de la lucha contra la pobreza: un 50% considera negativa la actitud de EEUU.

En el aspecto del crecimiento de la economía ya encontramos una mayor división de opiniones: 35% de los europeos lo considera positivo y otro 35% negativo. Sólo en el caso de la lucha contra el terrorismo, la valoración positiva (45%) supera claramente a la negativa (35%). Aun así, encontramos varios países en los que sucede lo contrario, y parece postularse que el aumento del terrorismo es consecuencia de la política exterior norteamericana. Grecia es de nuevo el más extremo: 10% de valoración positiva, frente a 80% negativa. Pero también en Francia (31 frente a 49%) y España (30 frente a 49%) encontramos lo mismo.

Resumiendo, por lo tanto, Francia, España y Grecia son los países en los que la valoración es más negativa, mientras que, después de Inglaterra, Italia y Holanda son los que hacen una valoración más positiva. En cualquier caso, para los europeos lo más irritante es el militarismo: EEUU es un peligro para la paz.

La última cuestión es: ¿qué es lo que menos gusta de EEUU a los no europeos? El estudio ‘The next generation’s image of americans’ realizado por los profesores Margaret y Melvin L. DeFleur de la Universidad de Boston nos ofrece una perspectiva interesante porque permite además anticipar tendencias. En 12 países se entrevistó a 1.259 adolescentes con una media de edad de 17 años y un origen social de clase media. Esos países fueron: Bahrein, Arabia Saudí y Pakistán, en el mundo árabe; China, Corea del Sur y Taiwán en el Lejano Oriente; República Dominicana, México y Argentina en América Latina; y Nigeria, en África. También se entrevistó a adolescentes de dos países europeos (España e Italia).

Se pidió la valoración de tres aspectos de EEUU: la imagen que dan los medios, los valores humanitarios y el imperialismo. En el primer aspecto se preguntaba si los norteamericanos eran violentos, materialistas, criminales y si, además, las norteamericanas eran sexualmente inmorales. Argentina e Italia son los únicos países en los que la valoración no fue negativa; Arabia Saudí y Bahrein son aquéllos en los que fue más negativa.

Respecto a la segunda dimensión, los valores humanitarios, se pedía a los adolescentes que valorasen si los norteamericanos son generosos y religiosos, si se preocupan por sus pobres y, además, si tienen valores familiares. En este aspecto, los países comunistas, como China y Corea del sur, son aquéllos en los que la valoración fue más negativa. Argentina es el único en el que se hizo una valoración positiva.

Finalmente, en lo tocante al imperialismo, los adolescentes debían manifestar su opinión sobre si los norteamericanos son tolerantes, si les gusta dominar a otros y si son pacíficos. De nuevo son Bahrein y Arabia Saudí los países que dieron, con diferencia, puntuaciones más negativas. Nigeria es el único en el que se hizo una valoración positiva.

Concluyendo, en la totalidad de los 12 países para el conjunto de las tres dimensiones predominan las valoraciones negativas sobre las positivas, sobre todo en países árabes como Bahrein o Arabia Saudí. Sólo encontramos imágenes claramente positivas en Argentina.

Conclusiones

La causa del deterioro actual de la imagen de EEUU es Bush, no EEUU. Ello se pone de manifiesto especialmente en Europa. En general hay sentimientos negativos hacia lo que se percibe como la política unilateralista del gobierno Bush en la medida en que hace más visible la unipolaridad del escenario actual. Lo que hay es una mezcla de antiunilateralismo y antihegemonismo, pero sin antiamericanismo. Por lo tanto, el distanciamiento es debido a la política exterior y no a una recusación general: prueba de ello es que después del conflicto de Irak, la valoración ha empezado a mejorar.

Sólo en los países musulmanes encontramos un antiamericanismo o rechazo a EEUU en las tres dimensiones que hemos distinguido (antiamericanismo, antihegemonismo y antiunilateralismo). Aunque tampoco es total. Por ejemplo, en la primera faceta, el antiamericanismo es una cuestión de valores morales y religiosos, no políticos, o como señalan Inglehart/Norris (Islam and the West, John F. Kennedy School of Government), es ‘eros’ (la moral privada) y no ‘demos’ (la moral pública y la democracia) la causa. La democracia americana recibe incluso una valoración mejor en algunos países árabes que en Europa.

En definitiva, el fantasma recorre parte del mundo, y nunca mejor dicho lo de fantasma, porque el antiamericanismo, como psicopatología universal, incluso en la situación actual de deterioro de la imagen de EEUU, no existe. Ahora bien, entre las nuevas generaciones, las que están socializándose en el nuevo contexto internacional nacido del 11-S, encontramos indicios de que se puede estar formando un sentimiento antiamericano inédito hasta ahora. El mal espíritu puede hacerse carne en el futuro.