¿Invertir e innovar? España y el Fondo Europeo de Defensa

Fragata F-101 "Álvaro de Bazán" fondeada en la Ría de Pontevedra.

Fragata F-101 "Álvaro de Bazán" fondeada en la Ría de Pontevedra. Foto: Contando Estrelas.

Tema

¿Cómo participa España en el Fondo Europeo de Defensa y qué beneficios obtiene?

Resumen

El presente análisis examina la participación de España en el Fondo Europeo de Defensa. Después de dos años de inversiones, ya se pueden utilizar los datos disponibles públicamente para sondear el modo en el que se está posicionando España dentro del Fondo. Los datos, aparte de mostrar el fuerte compromiso de las entidades españolas con el Fondo, ponen de manifiesto aspectos importantes de la estrategia industrial general de España en materia de defensa. A partir de los datos disponibles, este análisis presenta algunas observaciones críticas sobre la posible interacción de España con las iniciativas industriales de defensa a nivel de la UE y el mejor modo de posicionarse como uno de los protagonistas del sector europeo de defensa.

Análisis

Desde el lanzamiento operativo del Fondo Europeo de Defensa (FED) en 2021, la UE ha venido trabajando para invertir 8.000 millones de euros en capacidades de defensa e innovación. Con la vista puesta en 2027, cuando finaliza el primer plazo de inversión para el FED, la lógica ha consistido en alentar la cooperación europea en materia de defensa y reforzar al mismo tiempo la base industrial y tecnológica de la defensa europea (BITDE). Hasta el momento, la Comisión Europea ha publicado tres convocatorias de propuestas para proyectos de defensa desde 2021, y dos de ellas se han saldado con sendas subvenciones. Por lo tanto, el FED está plenamente operativo, si bien subsisten dudas sobre lo prometido en los proyectos financiados hasta ahora. En particular, la guerra de Rusia en Ucrania ha sido una conmoción para la defensa europea y su sector industrial. En vez de limitarse en exclusiva a la innovación tecnológica, la guerra ha planteado serios interrogantes sobre la capacidad europea de fabricación, en especial en el caso de las municiones. Además, resulta necesario hacer un seguimiento de hasta qué punto los proyectos del FED logran satisfacer las necesidades de los ejércitos europeos, ahora que se enfrentan a una guerra convencional en Europa.

España fue uno de los primeros valedores del FED y ha participado activamente en sus proyectos desde 2021, además de formar parte de los programas precursores del FED llamados Acción Preparatoria de la Unión sobre Investigación en materia de Defensa (PADR) y el Programa Europeo de Desarrollo Industrial en materia de Defensa (PEDID), iniciados en 2017 y 2019, respectivamente. En el marco de estos mecanismos financieros preliminares, con un valor combinado de 590 millones de euros de 2017 a 2020, empresas e institutos españoles participaron en distintos proyectos. Gracias al PADR, España lideró tres proyectos de investigación en materia de defensa y 19 entidades españolas participaron en diferentes proyectos por un valor total de 70 millones de euros. Bajo el paraguas del programa PEDID, las entidades españolas lideraron ocho proyectos, mientras que 64 de sus entidades tomaron parte en proyectos PEDID valorados en 371 millones de euros. Al haber participado en estos programas precursores, España ha podido dar forma al FED y también comprender el funcionamiento en la práctica de los proyectos financiados por la UE.

En el análisis anterior a que el Fondo empezase a financiar proyectos de defensa se entendía que el FED serviría de gran oportunidad para integrar mejor el sector industrial de defensa de España en la BITDE, así como incluir a las empresas españolas en las cadenas de suministro a nivel europeo.[1] De hecho, solamente se ha hecho hincapié en este objetivo durante la presidencia española del Consejo de la UE. Tal y como ha reiterado el Gobierno español, “la Presidencia buscará el desarrollo de las capacidades de defensa, con el objetivo de garantizar la libertad de acción con fuerzas y capacidades europeas [y] promoveremos el desarrollo de capacidades propias y de la base industrial y tecnológica europea”.[2] Acceda quien acceda al gobierno en España tras las recientes elecciones, lo más probable es que se dé continuidad a esta lógica. España, uno de los mercados de defensa más importantes de Europa, intentará mantener su propia fuerza industrial nacional, invirtiendo al mismo tiempo en cooperación europea cuando resulte razonable. Este enfoque aparece reflejado en uno de los objetivos de la recién publicada Estrategia industrial de defensa de España, en concreto el de “promover un adecuado posicionamiento de la BITD [ base industrial y tecnológica de la defensa] nacional en iniciativas cooperativas” a nivel de la UE.[3]

Comprender la implicación española en las iniciativas industriales de defensa en Europa ha sido mucho más sencillo desde que la Comisión Europea hizo públicos los resultados del FED de 2021[4] y 2022.[5] Para el presente análisis se ha indagado en esos datos, por lo que se ofrece una visión de conjunto y un análisis en profundidad de la interacción de los participantes españoles en el FED. En particular, el análisis examina los ámbitos de capacitación e innovación en los que participa España y los compara con la participación de otros Estados miembros de la UE. Al echar un vistazo a los datos disponibles, se puede comprobar cuáles son los ámbitos tecnológicos de defensa en los que más ha invertido España, lo que a su vez puede servir para hacerse una idea de la estrategia industrial general de defensa del país.

Resumen de los dos años de andadura del Fondo Europeo de Defensa

Desde la presentación oficial del FED en 2021, la UE ha logrado invertir 2.000 millones de euros en proyectos de defensa relacionados con combate aéreo, defensa antiaérea y antimisiles, seguridad cibernética, superioridad informativa, transformación digital, tecnologías disruptivas, energía y medio ambiente, protección y movilidad de fuerzas, combate terrestre, asuntos navales, sensores, tecnología especial y muchos más temas. Hasta el momento, el FED ha financiado 101 proyectos (41 en 2022 y 60 en 2021) con un valor total aproximado de 2.000 millones de euros. Lo que está claro es que, en los últimos dos años, la UE ha invertido el grueso del FED en ámbitos como el combate naval, aéreo y terrestre, el espacio, la defensa antiaérea y antimisiles y, por último, la superioridad informativa. La Comisión ha aprobado proyectos por un valor total superior a 300 millones de euros en cada uno de estos campos. Tal y como muestra la Figura 1, el ámbito naval ha acaparado la mayor parte de las inversiones en las dos primeras convocatorias del FED con una cantidad de 540 millones de euros 449 millones se invirtieron en capacidades de combate terrestre y 439 millones en tecnología espacial–. En todo el proyecto, la UE ha sufragado más del 77% de los costes totales de cada ámbito militar, pero en áreas como tecnologías submarinas y disruptivas ha llegado a cubrir el 100% del coste total.

En general, los resultados de las dos primeras convocatorias muestran un enfoque bastante equilibrado entre innovación en defensa, más orientada hacia el futuro, y ámbitos de capacidad relacionados con guerra de alta intensidad y elementos habilitadores estratégicos, que están más dirigidos a las necesidades inmediatas de Europa en materia de defensa. Para un Estado miembro como España, las inversiones efectuadas en el marco del FED resultan beneficiosas. En particular, para España son fundamentales las aportaciones de la UE en cuanto a tecnologías de defensa naval, espacial, antiaérea y antimisiles, pero también las inversiones cada vez más cuantiosas en transformación digital, seguridad cibernética, innovación en defensa, tecnologías disruptivas y, por último, energía y medio ambiente. Por lo tanto, cabría decir que las dos últimas convocatorias del FED no se han limitado a satisfacer los intereses industriales de defensa nacional de España, sino que también han respondido a sus intereses políticos más amplios al impulsar la defensa europea y la cooperación en ese ámbito. Además, las inversiones en estas áreas industriales de defensa satisfacen la vocación de España como miembro de la OTAN y responden a la necesidad de desarrollar capacidades de amplio calado para la defensa de Europa.

Figura 1. Inversión por ámbitos en el marco del FED, 2021 y 2022

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Imagen: Real Instituto Elcano, 2023. Datos: Comisión Europea, 2023
Fuente: elaboración propia.

Como se aprecia en la Figura 2, España ha mostrado desde el principio un interés activo en el FED y, en los últimos dos años, se ha convertido en el tercer país con más empresas e institutos participantes en los proyectos. Sólo Francia e Italia se han situado por encima, con Alemania ligeramente a la zaga. Se trata de un logro considerable si pensamos que Francia, Italia y Alemania gastan más en defensa que España. De hecho, según los datos de la OTAN, el presupuesto de defensa de Alemania a precios actuales de 2023 asciende a 68.100 millones de dólares, el de Francia a 56.700 millones, el de Italia a 31.600 millones y el de España a 19.200 millones.[6] Por lo tanto, queda claro que, en el FED, España juega en una liga que se le puede quedar grande. Un aumento continuo del presupuesto español de defensa –ya ha subido un 51% desde 2014– daría más margen al país para colmar las carencias en materia de capacidad y desarrollar programas de vanguardia como el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS).

Figura 2. Inversiones FED de cada Estado miembro de la UE, 2021 y 2022

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Imagen: Real Instituto Elcano, 2023. Datos: Comisión Europea, 2023
Fuente: elaboración propia.

De los 60 proyectos financiados en 2021 en el marco del FED, España participó en 42 (o sea, el 70%). De los 41 proyectos FED financiados en 2022, España tomó parte en 32 (el 78%). En suma, España participa en la actualidad en el 73% de todos los proyectos FED financiados hasta el momento (74 de 101 proyectos). Este nivel de implicación en el FED, además de demostrar el interés de España en todo el abanico de ámbitos industriales de defensa que reciben apoyo de la UE, también pone de manifiesto que el ecosistema tecnológico y de defensa de España puede participar en una amplia variedad de ámbitos de tecnología e innovación. En efecto, España es un socio vital en el FED porque sus empresas e institutos desempeñan una función importante en el desarrollo de proyectos de defensa y a la hora de garantizar que esos proyectos marquen de verdad la diferencia para la defensa europea. Por tamaño y por alcance industrial, España también es un Estado fundamental para asegurar el éxito del FED en el futuro.

¿Cómo participa España en el FED?

Si examinamos con más detenimiento la interacción española con el FED, afloran varias características importantes de la estrategia industrial general de defensa de España. Como se observa en la Figura 3, las empresas e instituciones españolas han participado con decisión en ámbitos como combate aéreo, transformación digital, innovación en defensa abierta y tecnología espacial en los últimos dos años. Sin embargo, las entidades españolas han participado en todos los ámbitos posibles financiados por el FED, y el enfoque específico en materia de alta tecnología, ámbito digital e innovación responde al interés más general de España de posicionarse como un mercado digital importante en Europa. Si se examinan las entidades españolas concretas que han participado hasta el momento en los proyectos del FED, no sólo se observa el papel activo de las empresas de defensa, sino también de institutos y pymes que llevan a cabo toda una serie de actividades de innovación, incluso fuera del sector de defensa. Por ejemplo, en 74 de los 101 proyectos financiados por ahora por el FED participan 10 grandes empresas de defensa,[7] 19 productores especializados en tecnología de defensa,[8] 45 empresas y centros de tecnologías de doble uso,[9] 13 universidades,[10] ocho institutos especializados[11] y dos órganos nacionales e internacionales[12] de España o con sede en España. No obstante, la participación de empresas civiles y pymes no indica necesariamente un interés por su parte en el sector de la defensa, sino que muestra más bien el énfasis que ha puesto el FED en la importancia de las tecnologías de doble uso y las sinergias entre la esfera civil y la defensa.

En cualquier caso, la participación de España en los proyectos individuales del FED no es lo único destacable. De los 101 proyectos financiados desde 2021, 19 los encabezan entidades españolas como Indra Sistemas (tres proyectos), Navantia (dos) y Sener Aeroespacial (dos) como líderes principales de los consorcios, mientras que Seaplace, GeoNumerics, La Palma Research Centre for Future Studies, Tracasa Instrumental, Tecnalia, CT Engineering, GMV Aerospace & Defence, la Universidad de Zaragoza, Lortek, Gahn Logística, IntegraSys y ARPA EMC lideran un proyecto cada una. Por ejemplo, el proyecto EDINAF de 2021, dotado de 30 millones de euros de presupuesto para desarrollar una arquitectura naval digital, está liderado por Navantia e incluye a Aertec Solutions, Indra Sistemas y la Universidade da Coruña como socios del proyecto, así como a distintas entidades de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Noruega, los Países Bajos y Suecia.[13] Es más, España desempeña un papel de liderazgo en el único proyecto dedicado a la defensa antiaérea y antimisiles (EUHYDEF), con un valor de 110 millones de euros. Sener Aeroespacial lidera el proyecto que pretende desarrollar un interceptor hipersónico de defensa y trabaja codo con codo con Escribano, GMV Aerospace & Defence, Instalaza, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial Esteban Terradas y Navantia, además de otras entidades de Alemania, Bélgica, Noruega, Polonia, la República Checa y Suecia.[14] Por lo tanto, en líneas generales, España es capaz de liderar proyectos importantes de tecnología de defensa reuniendo a entidades españolas y colaborando con empresas de otros países miembros de la UE.

Además, la participación de España en los proyectos del FED parece estar arrojando un buen rédito de inversión. En promedio, la contribución anual de España al FED se sitúa en torno al 9% o 10%, [15] partiendo del cálculo aproximado de la contribución anual de España al presupuesto de la UE basada en el PNB.[16] Si tomamos la base superior de este cálculo con una contribución del 10%, España ha aportado aproximadamente 200 millones de los 2.000 millones de euros invertidos hasta el momento en las convocatorias del FED de 2021 y 2022. En cualquier caso, hay que ser cautos a la hora de calcular el rendimiento de las inversiones españolas en el marco del FED. No es posible calcular una cifra exacta a partir de las contribuciones de España al FED, entre otras cosas porque en las contribuciones de la UE a cada proyecto FED se incluye a numerosas entidades de toda la Unión y los participantes individuales no obtienen beneficios únicamente financieros con los proyectos del FED, sino que también hay que contar resultados intangibles como las transferencias de tecnología. Además, todavía no se puede calcular el rendimiento total de la inversión en los proyectos FED porque la mayoría no han llegado a la fase de comercialización: a su debido tiempo, habrá que calcular cuántos proyectos consiguen llegar al mercado y en qué medida se ven beneficiados los operadores económicos españoles por las ventas correspondientes. Sin embargo, merece la pena señalar que, por ahora, las empresas y los institutos españoles forman parte de proyectos FED valorados en total en 1.900 millones de euros (1.200 millones en 2021 y 726 millones en 2022), lo que representa un nivel mucho más alto que los 200 millones de euros aproximados que ha invertido España hasta el momento.

Figura 3. Mapa de calor de los miembros de la UE y los proyectos FED, 2021 y 2022

Alemania1915201811887102481183184
Austria841332916113
Bélgica1155244721858272
Bulgaria192122112
Chequia12111235151
Chipre7121624
Croacia2111111
Dinamarca222611135513
Eslovaquia1
Eslovenia18125
España1668201389121110141313093184
Estonia25712213442121
Finlandia23116341143
Francia171219219121714183116123104241
Grecia313116344828152082112
Hungría211121
Irlanda12211111
Italia1411221920891314414122176221
Letonia2111112111
Lituania1211121113213
Luxemburgo122122
Malta
Noruega16132457612132271
Países Bajos45666243819147212
Polonia2142372111026552
Portugal42325351181
Rumanía22112111412
Suecia61233617452447341
   
Combate aéreoDefensa antiaérea y antimisilesCibernéticaTransformación digitalTecnologías disruptivasEnergía y medio ambienteProtecc. y movilidad de fuerzasCombate terrestreSuperioridad informativaMateriales y componentesMedicina y QBRNNavalPuntos de contacto nacionalesInnovación de defensa abiertaSensoresSimulación y formaciónEspacioTecnología submarina
Imagen: Real Instituto Elcano, 2023. Datos: Comisión Europea, 2023.
Fuente: elaboración propia.

Conclusiones

Los datos hechos públicos por la Comisión Europea en 2021 y 2022 en el marco de sus comunicaciones sobre el FED han servido para tener una idea más clara del compromiso de España con el Fondo. Hemos observado que España ha desempeñado un papel activo en el FED, aspecto que se aprecia sobre todo en el número de empresas y organismos españoles que participan en los 101 proyectos financiados hasta el momento por la UE. En algunos casos, España ha dado buena muestra de su capacidad de liderazgo al coordinar e impulsar determinados proyectos, en especial en ámbitos nuevos y fundamentales como tecnologías contra armas hipersónicas. Si bien los datos revelan que España cuenta con un ecosistema de defensa diverso compuesto por una amplia variedad de empresas de primer orden, empresas de mediana capitalización, pymes y empresas especializadas, junto a organismos e instituciones académicas, se observa con claridad que las empresas de defensa conforman la columna vertebral de la participación de España en el FED –las empresas de defensa siguen teniendo una enorme relevancia en el ecosistema de defensa de España–. Esta circunstancia no es solamente un reflejo del estado actual de la base industrial y tecnológica de defensa de España, sino también una señal positiva de que España cuenta con el vigor industrial necesario para participar de lleno en los proyectos del FED, conclusión que no era obvia antes de la introducción del Fondo.[17]

Estas conclusiones coinciden con una gran parte de los estudios y análisis existentes sobre la industria española de defensa. En el pasado, los estudios instaban a España a diversificar sus alianzas de defensa y a cuidar su base industrial de defensa como una industria nacional estratégica.[18] Esos dos objetivos se están alcanzando a través del FED, pese a que el Fondo tan solo sea una de las vías de cooperación multilateral en las que participa España (por ejemplo, la OTAN o su cooperación bilateral en defensa con EEUU). En ese sentido, hay que examinar el compromiso entusiasta de España con el FED y con otros instrumentos de cooperación de defensa de la UE desde el prisma específico de la autonomía estratégica, concepto que postula que toda iniciativa de defensa de la UE no hará sino fortalecer a la OTAN y reforzar la relación transatlántica.[19] El hecho de que las iniciativas industriales de defensa de la UE resulten compatibles con la OTAN redunda en interés de España, entre otras cosas porque Europa está comprometida en estos momentos con la disuasión y la defensa territorial. Cualquier iniciativa de la UE que pueda contribuir a la defensa de Europa a través del desarrollo de sólidas capacidades militares será motivo de celebración.[20]

Sin embargo, España tendrá que asumir su papel en los próximos meses y en los años venideros a la hora de determinar la dirección de la política de seguridad y defensa de la UE.

Si bien ha habido un período de hiperactividad en el desarrollo de nuevas iniciativas de la UE, subsisten algunas dudas sobre la orientación estratégica general de la política industrial de defensa de la Unión [21]. Marcar una dirección será cada vez más necesario, entre otras cosas porque la UE ha desarrollado nuevas herramientas como la Ley de apoyo a la producción de municiones (ASAP) y el Instrumento de refuerzo de la industria europea de defensa mediante la Ley de adquisición común (EDIRPA). En los próximos meses, la Comisión Europea también pretende seguir configurando el Programa Europeo de Inversión en Defensa (EDIP), que podría liberar más fondos a nivel de la UE para la industria de defensa. No hay que olvidar que la Comisión Europea ya ha propuesto un plan para la revisión intermedia del marco financiero plurianual (MFP), en el que ha solicitado otros 1.500 millones de euros para el FED (por lo que el Fondo ascendería a un total de 9.500 millones de euros hasta 2027).[22] Por último, también hay que tener en cuenta que la Comisión quiere inyectar 10.000 millones más en ámbitos estratégicos en el marco de la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP), la cual también afectará a la innovación en defensa y la industria de defensa.[23]

Al considerar la participación de España en el FED, hay que plantearse si el país será capaz de mantener ese nivel tan alto de resultados e implicación. Siendo realistas, se podría decir que es posible que se llegue a un punto de saturación en el que las empresas e institutos españoles se vean incapaces de asumir más proyectos por una disminución de las inversiones, los recursos tecnológicos y las competencias necesarias. En particular, si España pretende desempeñar un papel protagonista en ámbitos fundamentales de capacidades de defensa como las tecnologías de combate naval, deberá seguir invirtiendo en su base industrial nacional de defensa. Tal y como se apunta en la Estrategia industrial de defensa nacional de 2023, tendrá que invertir en competencias y talento. A ese respecto, será de suma importancia poner el foco en “[a]poyar la creación de planes de estudios que satisfagan las necesidades de perfiles críticos a medio y largo plazo mediante la colaboración con centros educativos, universidades y empresas”.[24] Fomentar el desarrollo de las competencias y la innovación va de la mano de incrementar y mantener las inversiones en el sector de defensa.

Con todos estos cambios, España deberá garantizar que su industria de defensa pueda beneficiarse de un posible aumento de la financiación del FED, asegurándose al mismo tiempo de que el número creciente de herramientas de financiación de la UE mantengan la coherencia con otras iniciativas de defensa como la cooperación estructurada permanente (PESCO). En este sentido, una tarea para el próximo gobierno de Madrid y para la presidencia española del Consejo de la UE será garantizar que herramientas como el FED sigan firmemente orientadas a satisfacer las necesidades estratégicas de Europa. Al respecto, el FED no se puede considerar un mero programa industrial, puesto que se trata del foro en el que cada vez tienen lugar más debates sobre el desarrollo de las capacidades europeas. En vista del papel prominente de España en el Fondo hasta la fecha, el país podrá influir en el tipo de capacidades que la UE acabe desarrollando en los próximos años. En concreto, pese a que siga siendo absolutamente necesario invertir en innovación, hará falta disponer de grandes programas estratégicos que beneficien tanto a la defensa europea como a la BITDE.


[1] Félix Arteaga (2019), “National expectations regarding the European Defence Fund: the Spanish perspective”, ARES Group Comment, nº 40, octubre.

[2] Presidencia española del Consejo de la UE (2023), “Programa”, p. 22.

[3] Secretaría de Estado de Defensa (2023), “Estrategia Industrial de Defensa 2023”, p. 58.

[4] Unión Europea (2021), “European Defence Fund 2021 calls for proposals – Results”.

[5] Unión Europea (2022), “Result of the EDF 2022 calls for proposals”.

[6] OTAN (2023), “Defence expenditure of NATO Countries (2014-2023)”, julio, p. 7.

[7] Airbus Defence & Space, Indra Systems, Sener Aeroespacial, Tecnobit, ITP Aero, Navantia, GMV Aerospace & Defence, Thales Alenia Space, Thales Sistemas España y GDELS-Santa Bárbara Sistemas.

[8] Aurea Avionics, UAV Navigation, Innotec, AERnnova, Sociedad Anónima de Electrónica Submarina, Instalaza, Escribano, Inster, CT Engineering, ARPA EMC, Axter Aerospace, CATEC, Industrial Olmar, Aertec, E&Q Engineering, Iqua Robotics, Hisdesat, FECSA y Embention.

[9] Mobility Ion Technologies, Optimus3D, Multinformática Principado, Telefónica Móviles España, Managing & Innovation Business Partners, NTT Data, Mitiga Solutions, Tecnalia, Lortek, Aerotecnic Metallic, Piedrafita Sistemas, Ethical & Legal Plus, AITEX, TSI, Startiun, Gahn Logistica, IntegraSys, Aicox Soluciones, TTI Norte, Twoptics Sistemas Design, Cidete Ingenieros, Tracasa Instrumental, Zabala Innovation Consulting, Leitat Acondicionamiento Tarrasense Asociación, GeoNumerics, SupraSys, Edairtec, Seaplace, Amopack, Gogoa Mobility Robots, PLD Space, Spika Tech, Satlantis, Deimos Engineering & Systems, Ugiat Technologies, Iquadrat Informática, Oasi 233, FCC Industrial, EM3Works, Multiplex Molecular Diagnostics, Funditec, Hilaturas Arnau, Agrenvec, Laboratorios Liconsa y Laboratorios Farmacéuticos ROVI.

[10] Universidad Politécnica de Madrid, Universidad de Murcia, Universidad de Alcalá Madrid, Universidad de Zaragoza, Universidade de Vigo, Universidade da Coruña, Universidad de Sevilla, Universitat Politècnica de València, Universidade de Santiago de Compostela, Universidad de Oviedo, Universitat Autònoma de Barcelona, Universidad Complutense de Madrid y Universidad Pública de Navarra.

[11] Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial “Esteban Terradas”, Centro Nacional de Supercomputación, Instituto de Ciencias Fotónicas, Instituto IMDEA Energía, La Palma Research Centre for Future Studies, Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Fundación Centro de Tecnologías Aeronáuticas.

[12] Ministerio de Defensa de España y el Centro de Satélites de la UE (que tiene su sede en España).

[13] Unión Europea (2021), “EDINAF – European Digital Naval Foundation”.

[14] Unión Europea (2021), “EUHYDEF – European Hypersonic Defence Interceptor”.

[15] Félix Arteaga y Luis Simón (eds.) (2019), “El Fondo Europeo de Defensa y el futuro de la industria española”, Elcano Policy Paper, enero, p. 21.

[16] Unión Europea (2022), “Adopción definitiva del presupuesto general de la Unión Europea para el ejercicio 2022”, 24/II/2022.

[17] Véase, por ejemplo, Carlos Martí Sempere (2020), “Defence innovation: new models and procurement implications – The Spanish case”, ARES Group Policy Paper, nº 62, p. 13.

[18] Véase, por ejemplo, Félix Arteaga (2013), “La Defensa que viene. Criterios para la reestructuración de la Defensa en España”, Elcano Policy Paper, octubre.

[19] Véase, por ejemplo, Félix Arteaga, Raquel García, Ignacio Molina, Andrés Ortega, Miguel Otero Iglesias, Charles Powell y Federico Steinberg (2021), “Autonomía estratégica europea e intereses de España”, ARI, nº 89, noviembre.

[20] Luis Simón (2022), “Autonomía estratégica y defensa europea después de Ucrania”, ARI, nº 62/2022, 18/X/2022.

[21] Una cuestión ya planteada en análisis anteriores. Véase, por ejemplo, Luis Simón (2020), “A Geopolitical Commission? Beware the Industrial-Strategic Gap in EU Defence Policy”, ARI, nº 1/2020, 10/I/2020.

[22] Comisión Europea (2023), “Presupuesto de la UE: la Comisión propone reforzar el presupuesto de la UE a largo plazo para afrontar los retos más urgentes”, 20/VI/2023.

[23] Comisión Europea (2023), “Presupuesto de la UE: la Comisión propone una Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP) para apoyar el liderazgo europeo en tecnologías críticas”, 20/VI/2023, .

[24] Secretaría de Estado de Defensa (2023), “Estrategia Industrial de Defensa 2023”, p. 52, .