El 11-M y las elecciones generales en la prensa de referencia estadounidense

El 11-M y las elecciones generales en la prensa de referencia estadounidense

Tema: En este trabajo se analiza la cobertura de los dos principales periódicos estadounidenses de referencia, The Washington Post (WP) y The New York Times (NYT), sobre los acontecimientos transcurridos en los diez días posteriores al atentado del 11 de marzo.

Resumen: Hemos analizado la cobertura de los dos principales periódicos estadounidenses de referencia, The Washington Post (WP) y The New York Times (NYT), sobre los acontecimientos transcurridos en los diez días posteriores al atentado del 11 de marzo. Abarcamos las noticias, columnas de opinión y editoriales (y alguna destacada carta al director) que trataron unos hechos que, sucediendo en España, tenían implicaciones muy importantes para las relaciones con EEUU y, más aún, para las alianzas bélicas actuales (2). El corpus estudiado abarca 111 informaciones. El WP publicó 50 textos y el NYT 61 entre el día 12 y el domingo 21. Esta última edición tiene especial relevancia por coincidir en fin de semana y permitir a la prensa recapitular las primeras “conclusiones” sobre lo acontecido.

Análisis: Nuestro estudio contempla los tres primeros argumentos de cada pieza periodística, así como su enunciador: la fuente o emisor de la información, de los datos o las opiniones que se presentan. Las argumentaciones en las que nos centramos se refieren a los siguientes puntos: (a) la autoría de los atentados; (b) las manifestaciones de los días 12 y 13 [la manifestación “oficial”, así como las concentraciones del día de reflexión electoral]; y (c) las consecuencias, tanto de la masacre como de las movilizaciones, en el resultado electoral. También recogemos en qué medida la prensa norteamericana presenta (d) el cambio en política internacional que podría comportar el triunfo del PSOE en las urnas y sus consecuencias en tres frentes: (i) la “guerra global contra el terrorismo”, (ii) las futuras alianzas geoestratégicas de España (en concreto, el realineamiento en el eje franco-alemán o el protagonismo creciente de la ONU), y (iii) los pronósticos sobre futuros procesos electorales de las naciones implicadas en las guerras de Afganistán e Irak. Asimismo, (e) hemos examinado los argumentos sobre el control y la confusión informativos que reinaron en España durante esos días. Este último punto es fundamental, porque los medios extranjeros (así como los gobiernos y organismos internacionales) se nutrieron de fuentes domésticas, ya fuesen gubernamentales o mediáticas.

Analizamos, pues, los flujos transnacionales de información en un periodo que, si se confirman los peores pronósticos, resultaría paradigmático de las crisis que genera la “guerra contra (y del) terrorismo internacional” tal como se conduce en la actualidad. La dirección habitual de los flujos informativos, además, se invierte, ya que no provienen de EEUU, sino de un país como España, por lo común receptor de las noticias bélicas norteamericanas.

La pertinencia de los argumentos seleccionados para su estudio se muestra en la Tabla 1.

Tabla 1. Principales temas de las noticias sobre el 11-M y las elecciones en el NYT y el WP, del 12 al 21 de marzo de 2004*

Día12131415161718192021
Autoría del atentado1921107753411
Manifestación día 122
Movilizaciones día 1331
Control y confusión informativos3172361
Resultados electorales y consecuencias0083761519815
Influencia del atentado en las urnas0051153414

(*) El desglose de piezas periodísticas por diario puede verse en las Tablas 4 y 5, al final de este análisis.

La primera conclusión es que las movilizaciones ciudadanas y los ciudadanos en general apenas alcanzaron relevancia, frente a los sucesivos argumentos formulados por fuentes institucionales. Sobre las movilizaciones se esgrimen sólo 6 argumentos (apenas el 2,4% de un total de 247). Pero sorprende que las concentraciones del día de reflexión provocaron el doble de argumentaciones que la manifestación previa, convocada desde instancias oficiales para el día 12.

Es importante resaltar que los enunciadores de la ciudadanía formulan casi el 50% de los primeros argumentos presentados por el NYT el día13. Dichas noticias corresponden a la manifestación gubernamental bajo el lema “Con las víctimas, con la Constitución y por la derrota del terrorismo”. De estas cinco noticias, una recoge la solidaridad de los manifestantes con las víctimas; otra, el rechazo a ETA; pero tres señalan que algunos grupos de ciudadanos interpelaron a las autoridades, manifestando su desconfianza con la versión oficial de la autoría de ETA.

Al menos en el NYT, la ciudadanía aparece cuestionando una versión oficial que insistía en la autoría exclusiva de ETA (citando a Ángel Acebes) o en su prioridad sobre la hipótesis de al-Qaeda (dos noticias de fuentes gubernamentales). Estos argumentos son desmentidos por los servicios extranjeros de inteligencia (en dos noticias). El Gráfico 1 señala cómo la autoría de los atentados centró las informaciones en los primeros días y se mantuvo como cuestión importante al menos durante una semana.

Los resultados electorales, sus causas y consecuencias centran la atención, como es lógico, a partir del día 15. Es también, a partir de entonces, cuando se debate la influencia del atentado en las urnas. Pero resulta imprescindible destacar que los argumentos sobre el control y la confusión de información están presentes de forma relevante desde el día 13, siendo uno de los tres primeros argumentos esgrimidos en una media de dos noticias diarias. Por último, la influencia del atentado en las urnas ocupa un lugar relevante a partir del día 15, en una media de tres informaciones diarias para todo el periodo abarcado por el estudio. A continuación, desglosamos estos ejes de argumentación.

Autoría del atentado

Las bombas de Madrid podían representar para las autoridades y el público estadounidense la materialización del “11-S europeo”. Pero si ETA era la responsable, la tragedia se inscribía en un contexto exclusivamente doméstico. La importancia de este dato se refleja en que la autoría del atentado ocupa el 92% del total de los argumentos esgrimidos en primer lugar por el NYT entre los días 12 y 14 (78% en el caso del WP).

Si consideramos los enunciadores de los argumentos, las fuentes gubernamentales representan el 100% de las imputaciones exclusivas a ETA en ambos diarios. La última declaración que recoge el NYT en este sentido es una de José María Aznar. La misma noticia se hace eco de las directrices de la ministra de Asuntos Exteriores para que los servicios diplomáticos imputasen el atentado a ETA y, sólo en segundo lugar, a al-Qaeda. Y finaliza con un tercer argumento del gobierno de EEUU que cuestionaba estas dos versiones. Algo semejante ocurre en el WP, aunque mantiene abierto el debate más tiempo (véase la Tabla 5 en el Anexo). Este diario publicó una carta al director del embajador español en EEUU, Javier Rupérez, y las declaraciones de Almodóvar, recogidas el día 19, así como una carta al director de Gustavo de Arístegui (Diplomático y portavoz del PP en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados) del día 21, que defiende el sentido de la insistencia gubernamental en la autoría etarra. Los comentarios de Almodóvar, en un sentido totalmente contrario son también recogidos por el NYT el día 20; y, al igual que en el WP, se alude a un posible intento de “golpe de estado”.

La oposición socialista tiene acceso por primera vez a ambos periódicos el día 13. Incluso entonces, logra una posición subordinada (segundo argumento en WP y tercero en NYT) para cuestionar la versión oficial. Ese mismo día, como ya hemos señalado, las interpelaciones de los manifestantes al Gobierno recabaron mayor visibilidad (5 primeros argumentos) y mostraron mayor contundencia que las fuentes de la oposición en su desconfianza con la información oficial. El Gobierno logró, en gran medida, que hasta el día 14 no se citase a los grupos islamistas como responsables exclusivos. Dicha noticia proviene de las declaraciones del ministro Acebes en la madrugada pre-electoral en el NYT. Una noticia semejante se publica el día 15 en el WP, aunque aún se mantuviese la posibilidad de que (citando al Gobierno) hubiese habido alguna colaboración entre ETA y al-Qaeda; algo que el periódico terminaba negando (según el CNI).

La única voz que, desde el día 12, niega con contundencia la autoría etarra del atentado es la de Arnaldo Otegui; pero está presente en los terceros argumentos de dos informaciones de ambos diarios. En el WP le preceden las versiones del Gobierno español (ETA, exclusivamente; ETA y, posiblemente, al-Qaeda). Por su parte, el NYT arranca su información con la nota del grupo islamista que reivindicó el atentado a un diario británico, recoge la tesis de Ángel Acebes y culmina con el desmentido de Otegui. Se percibe así una versión de la autoría un poco más crítica en el NYT, aunque las diferencias entre ambos diarios son leves. Las verdaderas fuentes críticas con la información aportada por el Gobierno español son la policía y los servicios de inteligencia extranjeros, que imputan la confusión generada a las instancias oficiales.

El debate sobre la gestión informativa del Gobierno predomina en el NYT (14 argumentos, frente a 9 del WP). Los argumentos más críticos son recogidos el día 16, cuando el NYT publicó el texto más largo centrado en esta cuestión. Recogía la imputación del PSOE al Gobierno de haber mentido, tras citar fuentes europeas en el mismo sentido y concluía con una exculpación atribuida a Ana Palacio. Sólo las fuentes del Gobierno argumentaron que hicieron todo lo posible en una situación de crisis. A este tipo de declaraciones les siguen siempre la negación de que se hubiese falseado u ocultado información alguna.

Influencia electoral del atentado

La Tabla 1 mostraba cómo a partir del día 15 se produjo la mayor concentración de argumentos sobre las consecuencias de la masacre del 11 de marzo en las urnas. El impacto generado por el atentado impide la aparición prioritaria de estas consideraciones en los días previos a los comicios. El día 15 los analistas y reporteros del NYT predecían un castigo al PP por su participación en la guerra de Irak, en tres de sus crónicas, una de las cuales añadía la manipulación informativa como causa adicional. Sin embargo, eran argumentos que ocupaban el tercer lugar en las informaciones. Entre los días 16 y 21, los dos diarios estadounidenses ofrecieron 28 argumentos sobre la influencia electoral del atentado (12 en NYT y 16 en WP). El énfasis del diario republicano en señalar los atentados como causa del vuelco electoral se confirma al constatar que ofrece 10 textos con estos argumentos como los prioritarios (frente a 6 en el NYT). Observamos así sesgos interpretativos del WP, coincidentes en este punto con los mostrados por la prensa española conservadora.

Percibimos nuevos sesgos con el desglose argumentativo que se presenta a continuación.

Tabla 2. Argumentos sobre los efectos electorales del 11 M en WP y NYT, del 11 al 21 de marzo.

WPNYT
Ha incrementado el apoyo al PSOE1
Castigo al PP por la guerra de Irak69
Castigo al PP por la mala gestión informativa o electoralismo93
No ha tenido influencia2
Otros1

Ambos periódicos reproducen los posicionamientos de las fuerzas políticas y los medios españoles más afines a sus líneas editoriales. Mientras el WP enfatiza la mala gestión gubernamental de la información, el NYT señala la guerra de Irak como principal factor causal de la derrota del PP siendo, además, este último diario el que, al igual que el PSOE, esgrime en dos ocasiones que el atentado no influyó en el resultado, más allá de la movilización del electorado. En una ocasión el enunciador de dicho argumento es el propio José Luis Rodríguez Zapatero y en la otra se pone en boca de la ciudadanía o sociedad civil.

Interpretación de los resultados electorales y de la posterior posición española en la guerra de Irak.

Tabla 3. Argumentos sobre causas y consecuencias de los resultados de las elecciones generales en WP y NYT, del 11 al 21 de marzo

TotalNYTWP
Causas y significado del resultado electoral522329
Claudicación ante el terrorismo1495
Previsibles fracasos electorales de gobiernos comprometidos en la guerra1147
Al-Qaeda ha cambiado el Gobierno español1028
Aliciente para futuras acciones de al-Qaeda954
Desprotección de la población iraquí, mayor caos si hay retirada835
Consecuencias del resultado electoral en la política exterior española311615
Compromiso electoral de retirada de tropas1688
Mandato popular y reforzamiento de la democracia532
Posición comprometida del nuevo Gobierno y posible incumplimiento514
Compromiso de prioridad de lucha contra el terrorismo541
Consecuencias en alianzas geo-estratégicas261313
Tensiones con el Gobierno de EEUU y desestabilización de la coalición bélica1468
Fortalecimiento del eje franco-alemán853
Fortalecimiento de la ONU y la legalidad internacional422

A la vista de los datos de la Tabla 3 podemos reconocer un marco discursivo común de los dos diarios de referencia estadounidenses. Se centra en las causas y el significado de los resultados electorales y extrae importantes conclusiones para la política exterior española y las alianzas geoestratégicas. El argumento de base sería que España ha claudicado ante el terrorismo de al-Qaeda; que el compromiso electoral de retirada de las tropas, tras la victoria socialista, es claro, y que ello provocará tensiones en las relaciones bilaterales con EEUU y en el seno de la coalición ocupante en Irak. El argumento de la claudicación (o el de contemporización, que es más suave) afecta tanto a los ciudadanos, a la hora de decidir su voto, como a la clase política, a la hora de que el nuevo Gobierno concrete su política exterior.

En este sólido marco de discurso común, los dos periódicos manifiestan diferencias y sesgos, acordes con las líneas editoriales que venimos señalando. Ambos diarios presentan los atentados del 11 de marzo como un factor de coacción ante el que se ha rendido el electorado o que, al menos, así lo podrían entender los grupos terroristas. El NYT recoge estos argumentos en mayor medida que el WP, pero este último diario extrae conclusiones afines con el credo republicano o conservador de su línea editorial. Ofrece casi el doble de pronósticos sobre las posibles derrotas electorales o situación de debilidad de otros gobiernos involucrados en la ocupación de Irak. Y cuadruplica los argumentos del NYT sobre la hipótesis dura de que al-Qaeda ha cambiado, de facto, el Gobierno español. Por último, el WP casi dobla al NYT en la tesis de que una retirada de tropas supondría mayor caos y desprotección de la población iraquí. Atendiendo a categorías menores, el NYT es el único diario que ofrece el argumento de que se ha reforzado la democracia española.

Estos sesgos se reflejan también en las argumentaciones ofrecidas respecto a la futura política exterior española. Que la retirada de las tropas es un compromiso electoral ineludible de afrontar para el nuevo Gobierno es una obviedad compartida por ambos periódicos a partes iguales. También lo evalúan casi simétricamente como un claro mandato popular. Sólo el NYT señala en una ocasión el argumento de que la democracia interna ha salido fortalecida. Pero los sesgos editoriales de ambos medios se perciben al constatar que el WP hace hincapié en la situación comprometida en la que se situará el nuevo Ejecutivo y duda del cumplimiento de sus promesas. En cambio, el NYT recoge en cuatro ocasiones (frente a sólo una del WP) el compromiso firme y la prioridad de la lucha antiterrorista en el Gobierno que presidiría Zapatero. Es decir, volvemos a encontrar las divisiones editoriales acordes con las líneas políticas y mediáticas españolas más afines. El NYT interpreta que los nuevos dirigentes españoles intentarán cumplir sus promesas electorales y combatirán el terrorismo con energía. Mientras, el WP pone en duda la credibilidad del PSOE para llevar a cabo ambas tareas.

Por último, la argumentación de las alianzas geoestratégicas resulta más convergente. Las posiciones del NYT y del WP son más cercanas. Las relaciones bilaterales con EEUU y la coalición ocupante de Irak recaban más o menos la misma atención. Sumados los argumentos, tienen casi tanta presencia como las dos categorías restantes juntas. El NYT hace un poco más de énfasis en el posible fortalecimiento del eje franco-alemán y los dos diarios señalan con igual intensidad el protagonismo recabado por la ONU. Esta línea de debate, sin embargo, atrae la mitad de atención que las alianzas europeas y menos de un tercio que las relaciones con EEUU y la coalición bélica.

Conclusiones: En este trasfondo discursivo que hemos perfilado se está recibiendo el anuncio de la retirada de tropas españolas (3). Será de sumo interés analizar en qué medida las tendencias aquí observadas están también presentes en los medios europeos. Algunas tendencias discursivas destacables que hemos observado en la prensa de EEUU son:

·         La influencia de las fuentes institucionales y de los medios de comunicación españoles en transmitir la información disponible en España aquellos días, trasvasándolas, de este modo, a las agendas y argumentos de los medios extranjeros.

·         El peso de los sesgos editoriales de los diarios de referencia extranjera en la difusión de los datos y argumentos proporcionados por las diferentes fuentes españolas. Algo que podría variar a la hora de analizar la prensa de países europeos opuestos a la guerra de Irak. En el caso de EEUU, como hemos visto, los sesgos editoriales no son demasiado pronunciados en los argumentos que se refieren a la situación interna española, pero se difuminan en cuanto a la dimensión internacional y geoestratégica.

·         La lectura preferente de los resultados electorales con dos argumentos básicos: la amenaza de que proliferen atentados semejantes (que podría ser más relevante para los países europeos) y (en el caso de EEUU) la influencia del resultado electoral en las relaciones diplomáticas con España y, más en concreto, con la estabilidad y el futuro de la coalición militar en Irak.

·         La interpretación generalizada en la prensa estadounidense de que el electorado español se dejó coaccionar por al-Qaeda y que la estrategia del terrorismo internacional ha salido fortalecida.

Los análisis que estamos realizando sobre la prensa de referencia en Inglaterra, Francia y Alemania permitirán elaborar próximos documentos comparativos que, con un diseño cuasi-experimental, aíslen la importancia de dos variables que hemos detectado como las más relevantes: que el país cuya prensa estudiamos sea europeo o no y que haya apoyado o no la coalición militar de Irak.

Anexo

Tabla 4. Noticias sobre el 11-M y las elecciones en el NYT, del 12 al 21 de marzo de 2004

Día12131415161718192021
Autoría del atentado1216743
Manifestación día 132
Movilizaciones día 1411
Control y confusión informativos17321
Resultados electorales y consecuencias62069744
Influencia del atentado en las urnas463111

Tabla 5. Noticias sobre el 11-M y las elecciones en el WP, del 12 al 21 de marzo de 2004

Día12131415161718192021
Autoría del atentado7533453411
Manifestación día 13
Movilizaciones día 142
Control y confusión informativos2124
Resultados electorales y consecuencias217612411
Influencia del atentado en las urnas152234

Notas:

(1) Coordinación y redacción: Víctor Sampedro Blanco. Análisis y codificación: José Mª García de Madariaga y Fernando Tucho.

(2) En este trabajo nos centramos en la prensa norteamericana, para, en posteriores análisis, compararla con las del Reino Unido, Francia y Alemania, tal como hemos hecho en otro estudio del Real Instituto Elcano: “La visibilidad de España en la prensa internacional y la guerra de Irak”, Análisis del Real Instituto Elcano, nº 9/2004, ARI 9/2004Las búsquedas se hicieron a través del banco de datos Lexis-Nexis, abarcando los géneros de información y opinión. Esta primera muestra fue “filtrada”, acudiendo a los textos, para descartar aquellos que no mantenían relación con los hechos señalados. La unidades de estudio (los textos) fueron identificadas con la búsqueda avanzada del Lexis-Nexis y los términos: “Spain and Terrorism or Al Qaida or ETA or attacks or elections or protest or Iraq or voter or demonstrations”.

(3) Este análisis se acabó de redactar el 19 de abril de 2004, un día después del anuncio de la retirada de las tropas españolas en Irak.

Carlos Malamud Senior Analyst, Latin America, Elcano Royal Institute Grupo de Estudios Avanzados de Comunicación – Universidad Rey Juan Carlos