Hacia unos Estados Unidos de Europa divididos y alemanizados
La crisis de la zona euro está alemanizando Europa y haciendo a la UE perder apoyo ciudadano. Es necesaria una nueva narrativa para sobre la necesidad de la UE en un mundo globalizado.
La crisis de la zona euro está alemanizando Europa y haciendo a la UE perder apoyo ciudadano. Es necesaria una nueva narrativa para sobre la necesidad de la UE en un mundo globalizado.
A lo largo de esta semana está teniendo lugar en Bruselas la segunda ronda de negociaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos para alcanzar un ambicioso acuerdo de comercio e inversiones, (TTIP, por sus siglas en inglés).
Las negociaciones comerciales entre la UE y EEUU están más motivadas por consideraciones geopolíticas que económicas.
Recientemente, ha aparecido otro elemento de debate en torno a la política del BCE que, aunque es menos mediático que su posición sobre la compra de deuda pública de los países en problemas, puede resultar incluso más relevante para el futuro del euro: qué hacer ante la caída de la inflación.
El TTIP supondrá crear la mayor zona de libre comercio existente entre dos grandes regiones: EEUU y la UE.
La crisis ha obligado al gobierno y a la sociedad española a repensar su modelo de crecimiento. Una vez que la situación parece haberse estabilizado y que el ajuste avanza a buen ritmo, se pueden dibujar ciertas líneas estratégicas para el futuro.
Las elecciones alemanas no solían despertar demasiada expectación más allá de sus fronteras. Pero la crisis del euro ha cambiado la percepción que los europeos tienen de Alemania.
En 2013 se cumplen 40 años de relaciones diplomáticas entre España y la República Popular China. En el presente ARI se estudia cómo ha evolucionado y se ha transformado el modelo de relaciones empresariales España-China en este período.
Se está construyendo una unión bancaria incompleta y vacía de contenido que preserva los principales intereses alemanes, que presta insuficiente atención a las necesidades de los países del sur, que seguramente no resolverá ni el problema del crédito ni las dudas de los mercados sobre la solvencia de los bancos y que podría generar nuevas turbulencias financieras en 2014.
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