Migración y crisis

Migración y crisis

¿Es previsible un aumento de la migración hacia Europa desde los países árabes?

Las protestas democratizadoras que se están produciendo en los países árabes no deberían tener por sí mismas ningún efecto sobre la tendencia migratoria hacia Europa. Las causas de la presión migratoria son ahora iguales a las que existían hace meses, es decir, el desempleo o infraempleo, la pobreza, los escasos o malos servicios sociales o la insatisfacción general con el país en que se vive. En todo caso, al contrario, el movimiento de protesta y sus logros, como la dimisión de Mubarak y Ben Alí, abren esperanzas entre la población y por tanto disminuyen el deseo de emigrar.

Sin embargo, hay dos factores que se contraponen a lo anterior: la represión violenta y el temor de los protegidos por los regímenes derrocados. La represión violenta, como la que está produciéndose en Libia, puede traducirse en un aumento de la llegada a Europa de peticionarios de asilo.  Por otra parte, los que disfrutaban de privilegios injustificables por su cercanía a los regímenes de los dictadores derrocados pueden sentir amenazado su futuro y por ello decidirse por la vía de la inmigración.

¿Tiene sentido la comparación con la caída del Muro de Berlín y la migración que le siguió?

Esta comparación que comenzó utilizando un político italiano no tiene justificación alguna. Hasta 1989 los europeos del Este tenían efectivamente limitada su salida hacia occidente por parte de sus propios gobiernos, mientras que Europa occidental los acogía sin dificultades. Por eso la apertura del “telón de acero” permitió la emigración de varios millones de personas en los años siguientes. En el caso del Norte de África o de Oriente Medio, es Europa la que restringe la llegada de una inmigración que teme no poder integrar laboral y por lo tanto socialmente. Esta posición europea no va a varíar en función de los regímenes políticos establecidos en la orilla sur del Mediterráneo.

La respuesta europea a los emigrantes tunecinos llegados a la isla de Lampedusa ha sido clara al respecto: Ni la UE ni los Estados miembros van a modificar su política restrictiva respecto a la inmigración irregular.

¿Puede dirigirse hacia otros lugares la presión migratoria desde los países afectados por los movimientos democratizadores?

Es muy improbable que el otro gran destino migratorio desde el norte de África, los países petroleros del Golfo Pérsico, acoja a un mayor número de inmigrantes provenientes del Norte de África. Sus economías están también sufriendo los efectos de la crisis financiera internacional y sus tradicionales y autoritarios gobernantes temen ahora que los emigrantes de esos países sean vehículos de contagio del movimiento democratizador.

Sólo está abierta la vía de la migración más cualificada -y legal- hacia EEUU, Canadá o Europa, pero esta es una vía por la que sólo una pequeña minoría de la población árabe puede transitar.