La internacionalización de la universidad española y su contribución a la proyección exterior del país (ARI)

La internacionalización de la universidad española y su contribución a la proyección exterior del país (ARI)

Tema: España debe mejorar la calidad de sus universidades y promocionarlas en el ámbito global.

Resumen: El presente trabajo analiza las razones por las que la universidad española no está bien valorara en los rankings internacionales sobre las mejores universidades del mundo. Con este fin, explica los factores que hacen a las universidades tener relevancia internacional y cómo se aborda este debate en otros países europeos. Por último, aporta soluciones sobre cómo mejorar su proyección internacional y su rendimiento económico.

Análisis

Introducción
La universidad española ha experimentado reformas importantes a lo largo de los últimos 30 años que han contribuido a su modernización y a acercar al mundo universitario español al de los países más avanzados. Entre sus logros cabe destacar el notable aumento de ciudadanos con estudios universitarios y también el conseguir que el acceso a la universidad se deba exclusivamente a méritos académicos. España ha mejorado también su posición internacional en el mundo de la ciencia, convirtiéndose en la novena potencia científica en el mundo.

Sin embargo, el lugar de la universidad española sigue estando por debajo del que le correspondería a un país que ha llegado a ser la octava potencia económica del mundo y que es también una potencia cultural y una de las naciones más antiguas de Europa. España tampoco está plenamente preparada para afrontar los desafíos que exige de la universidad una sociedad moderna en el mundo globalizado del siglo XX.

En la actualidad la universidad española tiene que hacer frente a tres principales retos: (1) prepararse para la sociedad del conocimiento; (2) estar a la altura de las exigencias del Proceso de Bolonia; y (3) competir en el ámbito global.

Desde el Ministerio de Educación y también los rectorados de las universidades españolas, estos retos se tienen en cuenta desde hace tiempo. Entre las iniciativas tomadas en esta dirección cabe destacar la Estrategia Universitaria 2015, cuyos objetivos son los siguientes:

(a) Atraer a buenos alumnos del ámbito internacional además del nacional.

(b) Ofrecer incentivos para que los profesores e investigadores hagan carrera académica.

(c) Situarse en vanguardia en la investigación de las principales ramas del saber.

Aunque la iniciativa va en la buena dirección, la universidad española está lejos de conseguir esos objetivos. En las siguientes páginas examinaremos las razones por las que la universidad española no logra estar a la altura deseada y cuáles son las principales reformes que deben acometerse.

Los principales males de la universidad española
Los problemas principales de la universidad española pueden resumirse en seis:

  1. Masificación: España tiene actualmente 75 universidades, de las cuales 48 son públicas, y 1.400.000 alumnos universitarios, con tendencia a aumentar. En el curso 2009-2010 hubo un aumento del 12% de alumnos.
  2. Endogamia: la universidad española sigue siendo muy endogámica, no sólo está cerrada al talento internacional sino en su propio territorio nacional. Persisten los obstáculos legales y burocráticos para la homologación de títulos, incluso de universidades de la UE, vulnerando así el espíritu de Bolonia y el derecho comunitario que defiende la libertad de movimiento de personas, servicios, productos y capitales en la UE. Los procesos de selección siguen favoreciendo a los que están dentro.
  3. Baja calidad en la enseñanza: entre los factores que contribuyen a la baja calidad de la enseñanza cabe identificar la excesiva carga administrativa de los profesores, un sistema retributivo que estimula muy poco la actividad docente e investigadora, aulas muy numerosas, escaso contacto entre profesor y alumno y un sistema excesivamente basado en exámenes finales.
  4. Mediocridad en el campo de la investigación: a pesar de que hay excelentes investigadores a título individual, las universidades españolas no destacan en el campo de la investigación. Falta especialización en las universidades, hay demasiadas universidades ofreciendo las mismas licenciaturas y programas de posgrado, las investigaciones tienen poca vinculación con los problemas y necesidades de la sociedad y tampoco existe una relación estrecha entre el mundo de la investigación y el de la empresa.
  5. Escasa proyección internacional: los principales signos de la poca proyección internacional de España son tres. Hay pocos alumnos del ámbito internacional, hay muy pocos incentivos para lograr que académicos españoles en el exterior regresen a su país y, en tercer lugar, hay pocos profesores no españoles, debido a la endogamia y las dificultades burocráticas para poder hacer carrera académica en España.
  6. Escasos recursos económicos: la inversión pública en la universidad está por debajo de la media de la OCDE y sigue siendo insuficiente para abordar los cambios necesarios. Por otro lado, la inversión privada es escasa, como consecuencia de la poca relación que existe entre la universidad y el mundo empresarial. Tampoco hay mucha cultura de mecenazgo en la universidad. Por último, la matrícula de la universidad española es muy barata y, por lo tanto, se obtienen pocos ingresos por este medio.

El lugar de las universidades españolas en el mundo
En los informes sobre educación y también en los rankings de las mejores universidades del mundo, España sale muy mal parada.

El Times Higher Education Supplement sobre las 200 mejores universidades del mundo, uno de los informes de mayor reputación en el mundo universitario, hace un ranking anual sobre universidades basado en los siguientes criterios: calidad de la enseñanza, investigación, influencia de esta investigación en la sociedad, rentabilidad industrial y alumnado internacional.

Las primeras 10 mejores universidades son todas estadounidenses y británicas, con Harvard en cabeza y Oxford y Cambridge en sexto y séptimo lugar.

Entre las 200 mejores universidades hay 71 de EEUU, 14 de China, 14 de Alemania, 10 de los Países Bajos, nueve de Canadá, nueve de Australia, cuatro de Francia y sólo dos de España. La Universidad de Barcelona ocupa el puesto 142 y la Pompeu Fabra el 155.

Otro informe muy comentado en los últimos tiempos es el de la Universidad de Shanghai, comparando 1.200 universidades. Este informe llega a conclusiones muy similares a las del Times: Harvard, Stanford y Berkeley son las tres mejores. Oxford y Cambridge están entre las 10 mejores. La universidad de Barcelona y la Pompeu Fabra son las únicas españolas.

No obstante, hay que tener en cuenta la subjetividad de estos informes, que no necesariamente valoran todos los factores que contribuyen a la excelencia académica, y también que el Times Higher Education Supplement hace valoraciones desde un prisma excesivamente anglosajón. Pero debido a la relevancia internacional que han adquirido estos rankings, no queda más remedio que tenerlos en cuenta.

¿Son las mejores universidades del mundo las más ricas? Esta es una pregunta fundamental para plantearse la estrategia de internacionalización. Generalmente si, las listas indican que las universidades con más recursos económicos son también las que ofrecen mejor calidad, y Harvard, la universidad más rica del mundo, es el mejor ejemplo. Las universidades de EEUU han ocupado un puesto tan importante debido a su riqueza, que les ha permitido pagar muy bien a los profesores e investigadores y ponerles los mejores medios. Pero también hay que tener en cuenta otros factores como la libertad de cátedra, la capacidad para atraer al alumnado internacional y la independencia.

Otros factores que hacen que una universidad sea buena son la tradición de excelencia en la enseñanza e investigación y la influencia en las elites tanto en el ámbito nacional como internacional. Estos dos últimos explican por qué universidades europeas como Oxford y Cambridge están entre las mejores del mundo.

El hecho de que haya una estrecha vinculación entre excelencia académica y medios económicos explica por qué la cuestión de la financiación ha estado muy presente en el proceso de Bolonia.

La universidad y sus recursos económicos
Hay cuatro modelos principales de financiación de la educación universitaria: (1) el escandinavo, en el que la matrícula universitaria es casi gratuita; (2) el de EEUU, con altas tasas universitarias pero con un buen sistema de becas y préstamos públicos; (3) el japonés, con matrículas caras financiadas y con muy pocas becas; y (4) el mediterráneo, aplicado en países como España, en el que el porcentaje de alumnos becados es bajo pero en el que, por otro lado, las tasas universitarias son muy moderadas.

La ventaja principal del sistema mediterráneo es que garantiza el carácter universal del acceso a la universidad. Por otro lado, plantea varios problemas. Los recursos son insuficientes para que la universidad sea más competitiva y mejor valorada a nivel nacional e internacional y, para colmo, en tiempos de crisis como los actuales es probable que haya recortes en la inversión pública en educación. Por último, las matrículas baratas tienen el problema de que incentivan muy poco al alumnado, pues al pagar muy poco tiende a no valorar suficientemente la oportunidad que supone ir a la universidad.

Si bien es necesario defender la inversión pública en la universidad, también debe promoverse la inversión privada, como están haciendo otros países europeos. Con este fin, es importante avanzar hacia un modelo de sociedad en que tanto las grandes empresas como la pequeña y mediana empresa asuman un mayor compromiso económico con la universidad.

Para aumentar la inversión privada sería necesaria una reforma en el sistema de recaudación de impuestos que incentive a empresas a hacer aportaciones económicas a las universidades. El sistema de mecenazgo debería fomentarse más y dar mayor prestigio social al filántropo. Pero la inversión privada dependerá también de las iniciativas universitarias, y en este sentido sería importante exigir a rectores, profesores e investigadores una mayor dedicación a recaudar fondos de empresas para sus proyectos.

Hay otras formas más fáciles de financiación pero muy impopulares, como son subir el coste de las matrículas o introducir un sistema de préstamos universitarios, que permiten a los estudiantes ir a la universidad con un crédito que tienen que devolver cuando tengan trabajo. El Reino Unido ha adoptado estas medidas y aunque son eficaces han causado mucha indignación social. Los gobiernos europeos en general, y muy especialmente los progresistas como el español, se niegan a contemplar estas medidas. Sin embargo, a menos que aumente la financiación privada en los próximos años va a ser difícil evitar medidas de este tipo para aumentar los recursos.

La internacionalización de la universidad española
España no sólo no tiene universidades de prestigio internacional, sino que tiene un porcentaje muy bajo de alumnos internacionales. Por lo tanto, para competir en el ámbito global, es necesario mejorar la calidad de las universidades y saber incentivar a los estudiantes internacionales a venir a estudiar en ellas.

Figura 1. Comparación del número y porcentaje de estudiantes internacionales en varios países europeos

 EstudiantesEstudiantes internacionales%Observaciones
Reino Unido2,362,815351,4701570/30 int/UE, 14% chinos
Francia2,274,000263,12611,5Mayoría de habla francesa
Alemania1,986,774246,36012.411 % chinos
España1,400,00051,0003,650% iberoamericanos
Países Bajos571,71049,7508,750% europeos
Suiza219,44439,50018,075% europeos
Suecia350,00028,0007,350% europeos

Fuente: elaboración propia con datos de Eurostat http://epp.eurostat.ec.europa.eu).

Para lograr la internacionalización de la universidad española conviene aprender cómo lo han hecho otros países del entorno europeo. El modelo más exitoso es el del Reino Unido, que después de EEUU es el destino favorito para estudiantes internacionales. Los factores que explican su éxito son los siguientes: (a) es la cuna de la lengua más internacional; (b) tiene una tradición de excelencia en educación; (c) sus universidades gozan de independencia; (d) tienen muchos fondos procedentes de estudiantes internacionales y de empresas; y (e) el Instituto Británico y las embajadas promueven eficazmente los estudios en sus universidades. Por último, el Reino Unido, y muy especialmente Londres, tiene un amplio mercado laboral, muy abierto al talento internacional.

Si bien el Reino Unido tiene ventajas que no se dan en otros países, el ejemplo de Alemania puede ser más estimulante para España. Alemania es el tercer país del mundo que más alumnos internacionales atrae. Aparte de la reputación que tiene históricamente en el campo de la ciencia y la educación, han logrado internacionalizar su universidad mediante una hábil combinación de la enseñanza en alemán y en inglés, una estrecha colaboración entre el mundo empresarial y la universidad y la alta especialización de algunas universidades en los campos de la ciencia y la tecnología industrial, en los que el país destaca tradicionalmente.

Los Países Bajos también son un modelo a imitar. Han hecho una apuesta muy firme en los últimos años por promocionar sus universidades en el ámbito global. El bilingüismo del sistema de educación holandesa y también el hecho de que gran parte de sus licenciaturas se enseñen en inglés ha contribuido a su internacionalización. Diez de las 200 mejores universidades del mundo son holandesas y se ha convertido también en uno de los países favoritos donde estudiar para los europeos.

España tiene activos muy importantes para lograr la internacionalización de sus universidades. La estrategia UE-15 ha propuesto un conjunto de medidas que van en la dirección adecuada. En primer lugar, aumentar la internacionalización de la oferta universitaria con acciones como ofertar titulaciones interuniversitarias e internacionales, contratar profesores universitarios en el concierto internacional, incentivar cursos en lenguas foráneas (inglés, francés…) o crear doctorados de referencia internacional.

El segundo grupo de acciones iría orientado a consolidar un sistema universitario altamente internacionalizado, incluyendo el fomento de la formación y competencias para trabajar en un entorno internacional abierto, la incorporación de personal con experiencia internacional que apoye la internacionalización de los estudiantes, incentivar la educación de calidad en temas prioritarios, utilizando el inglés y otras lenguas extranjeras e incrementar el número de profesores, investigadores y estudiantes extranjeros.

En tercer lugar, se trataría de aumentar el atractivo internacional de las universidades mediante: una mayor visibilidad y reconocimiento internacional de los campus como sitios atractivos para vivir, estudiar e investigar; la mejora de los servicios de apoyo a la venida, estancia y partida de estudiantes extranjeros; la participación en redes, proyectos y programas internacionales educativos y de investigación; y el impulso al posicionamiento internacional de la educación e investigación de clase mundial realizada en los campus españoles.

El grado de compromiso por parte del Ministerio de Educación y de las universidades con estos objetivos y también la financiación, determinarán el éxito de la estrategia UE-15. Mientras tanto, la universidades españolas harían bien en utilizar el activo más importante para internacionalizar su universidad y atraer al alumnado internacional, que es el ser la cuna de una de las grandes culturas del mundo como es la hispánica, y también el lugar de origen de la segunda lengua más internacional del mundo: la de habla española, con una comunidad de unos 450 millones de hablantes.

La relación especial entre España y América Latina, el español y la imagen exterior
Los vínculos históricos y culturales entre España y América Latina explican la razón por la cual la mayoría de los alumnos internacionales que estudian en España vienen de países latinoamericanos. En las últimas tres décadas se ha experimentado un aumento muy considerable de estudiantes hispanoamericanos. Los programas de ayudas y becas del Instituto de Cooperación Iberoamericana y la Fundación Carolina han tenido un papel muy importante. En la actualidad, la Carolina está dando más de 1.000 becas anuales, la mayoría de ellas a estudiantes americanos. La universidad española debe perseverar en el fomento de esta relación que, sin duda, contribuirá a estrechar aún más los lazos entre las dos orillas del Atlántico.

En los próximos años es preciso que haya mayores intercambios académicos y que siga aumentando el número de estudiantes iberoamericanos en España. Para ello sería preciso promover en la comunidad iberoamericana el equivalente al proceso de Bolonia en Europa, que permita homologar el sistema universitario en el mundo de habla española, fomentar la movilidad entre sus estudiantes y profesores y mejorar la calidad de la universidad en Iberoamérica, pues a España le interesa mucho que las universidades de esta parte del mundo estén mejor valoradas. Se han dado pasos muy importantes para el lanzamiento de un programa tipo Erasmus iberoamericano, especialmente a nivel privado, con el lanzamiento de las becas Universia del Banco Santander para promover la movilidad de profesores y estudiantes en esta región. Desde 2007 esta entidad ha concedido 3.000 becas para este fin.

Otras fórmulas para lograrlo sería abrir campus de universidades españolas en países de Iberoamérica, de la misma manera que lo hacen las universidades norteamericanas y británicas en muchos países. Por último, sería fundamental aumentar los programas de intercambio entre profesores de universidades de España e Iberoamérica.

El español es un activo muy importante para promocionar la internacionalización de la universidad española. El interés por aprender español crece en todo el mundo, especialmente en EEUU. Este es el motivo principal, al margen de otros como puede ser el atractivo del país, por el que cada vez hay más estudiantes estadounidenses que eligen España como destino en su año en el exterior. Según datos del Institute of International Education, en el año 2009 24.169 estudiantes de EEUU vinieron a estudiar a España y España se ha convertido en los últimos años en uno de los cuatro destinos europeos preferidos por ellos.

Una de las razones por las que los estudiantes eligen estudiar en España es por el idioma. Para atraer a alumnos internacionales las universidades españolas deben ofrecer cursos de español, no sólo en universidades de verano sino a lo largo de todo el año. También deben ofrecer más cursos y programas de máster en inglés que estimulen a estudiantes que no saben el español a venir a España para después aprender su idioma.

Una de las razones por las que España no ha logrado tener universidades de prestigio internacional ni mucho alumnado internacional se debe a su imagen exterior y la pervivencia de los estereotipos y los tópicos trasnochados sobre España.

Como potencia turística, España ha logrado ser el destino favorito de millones de turistas; también por su calidad de vida es el país favorito de los europeos para jubilarse, pero no para formarse y cursar licenciaturas. La idea de España como país de las vacaciones y de la buena vida no es fácil de combinar con la de país de cultura universitaria e investigación.

Mucho se ha hecho en los últimos años en el servicio exterior por promocionar una imagen de España más moderna y más acorde con su realidad. La diplomacia y muy especialmente la diplomacia cultural española deben asumir mayor responsabilidad en la promoción de las universidades españolas en el exterior, pues esta debe ser también una forma de promover la imagen actual del país. Las universidades deben tener mayor presencia y visibilidad en Embajadas y Consejerías de Educación en el exterior y en el Instituto Cervantes.

El Instituto Cervantes ha crecido mucho en los últimos años y se han abierto muchas sedes nuevas en países clave. No obstante, debido a que su objetivo principal es la promoción de la lengua y la cultura en español, no se le ha encomendado el papel de promocionar la universidad española. Sería conveniente que su relación con las universidades españolas evolucionara hacia un modelo similar al del Instituto Británico con las universidades del Reino Unido y que los Cervantes sirvan también para informar sobre universidades españolas y los requisitos para ingresar en ellas. Es fundamental que la acción exterior en el ámbito cultural contribuya a promover el interés por estudiar en la universidad española.

Conclusión: La universidad tiene un papel fundamental en el desarrollo de una sociedad moderna y lo será de una forma muy especial en el mundo globalizado en que vivimos. Es también un símbolo muy importante del lugar que ocupa un país en el mundo y un aspecto muy relevante en su proyección exterior. A pesar de que la situación de la universidad española ha mejorado en las últimas décadas, su calidad sigue siendo generalmente baja, y entre las reformas que habría que hacer para mejorarla cabe destacar la de su financiación y su internacionalización.

España ha dejado ya de ser la octava potencia económica y perderá posiciones en el ranking de las primeras posiciones del mundo. No obstante, sigue siendo una potencia cultural y una de las cinco grandes naciones de la UE, y para ganarse un lugar más destacado en la sociedad del conocimiento debe mejorar la calidad de sus universidades y luego promocionarlas en el ámbito global. Para lograrlo es fundamental acometer las reformas indicadas en estas páginas y así poder aumentar sus recursos económicos y hacer una apuesta más decidida por su internacionalización.

Julio Crespo MacLennan
Historiador y escritor, ha sido director del Instituto Cervantes en Dublín y Estambul, profesor visitante en la Universidad de Tufts y Santander Visiting Fellow en el Saint Antony’s College de la Universidad de Oxford