Tema: El comercio exterior de España con Asia oriental ha mostrado en 2002 y en los cinco primeros meses de 2003 una evolución adversa (caída de las exportaciones en 2002 y estancamiento de las mismas en enero-mayo de 2003). El déficit comercial con la región sigue suponiendo casi el 30% del déficit comercial total de España. Tras exponer la evolución reciente de los intercambios, este análisis explora las causas de ese mal comportamiento y sugiere algunas vías para fomentar las exportaciones españolas.
Resumen: Aunque una de las prioridades de la política económica exterior de nuestro país es aumentar las exportaciones a Asia oriental, para así reducir el sustancial déficit comercial que tiene España en sus intercambios con la región, lo cierto es que los datos de 2002 y de los primeros cinco meses de 2003 no son precisamente positivos. Las exportaciones a las diez principales economías de Asia oriental disminuyeron en 2002 y se estancaron en los cinco primeros meses de 2003. Este análisis expone las tendencias recientes de los intercambios comerciales de España con Asia oriental, explora las causas de ese mal comportamiento y sugiere algunas vías para fomentar las exportaciones de productos españoles.
Análisis: El comercio exterior de España con nuestros principales socios comerciales en Asia oriental ha registrado una evolución en 2002 y en los cinco primeros meses de 2003 que cabe calificar de mediocre o incluso negativa. Tal cosa parece indicar no sólo que no se están cumpliendo los objetivos al respecto del Plan Marco Asia-Pacífico sino que son necesarios esfuerzos aún más importantes que los contemplados hasta ahora por parte de las empresas y de las autoridades españolas con miras a fomentar las exportaciones de nuestro país hacia una región con la que España tiene un abultado déficit comercial.
Asia oriental en el comercio exterior español
Por Asia oriental se entiende a los efectos de este análisis el conjunto de los 18 países y territorios siguientes, enumerados según el tamaño de su economía: Japón, China, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Corea del Norte, Camboya, Myanmar, Mongolia, Brunei, Laos y Macao.
Asia oriental en su conjunto representó en 2002 apenas el 3,7% de las exportaciones españolas pero las importaciones procedentes de esa región supusieron el 9,8% de las importaciones totales de España. El déficit bilateral con la región fue de 12.177 millones de €, equivalentes al 28,9% del déficit total de nuestro país.
A grandes rasgos, esas cifras se han mantenido inalteradas en los últimos años. En 2000, Asia oriental recibió el 3,3% de las exportaciones españolas y fue el origen del 10% de las importaciones españolas, resultando un déficit bilateral equivalente al 29% del déficit total. Es más, la situación en 2002 sigue siendo incluso ligeramente peor que la que existía en 1995: Asia oriental suponía entonces el 5,1% de las exportaciones, el 8% de las importaciones y el 24,3% del déficit total.
La evolución durante 2002
De los diez principales países y territorios de Asia oriental que son importantes socios comerciales de España (China, Japón, Corea del Sur, Indonesia, Taiwán, Tailandia, Singapur, Hong Kong, Malasia y Filipinas, ordenados según el volumen de la suma de exportaciones e importaciones de España en 2002), seis recibieron menos exportaciones españolas en 2002 que en 2001. Ese fenómeno es llamativo, puesto que las exportaciones totales de España aumentaron en 2002 un 1,6%.
Según los datos de la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo, las exportaciones a Japón cayeron el 15,3%, de 1.230 millones de € en 2001 a 1.042 millones en 2002. Las dirigidas a Indonesia disminuyeron el 17,2%, de 192 a 159 millones. Las exportaciones a Taiwán se redujeron el 10,6%, de 319 a 285 millones. Las dirigidas a Tailandia cayeron el 14,1%, de 247 a 211 millones. Las exportaciones a Hong Kong disminuyeron el 6,5%, de 513 millones a 480 millones. Las dirigidas a Malasia se redujeron el 2,2%, de 171 a 168 millones.
Por el contrario, las exportaciones crecieron en los casos de China (el 23,8%, de 636 millones a 787 millones), Corea del Sur (el 21,3%, de 304 a 368 millones), Singapur (el 15,7%, de 413 a 477 millones) y Filipinas (el 0,8%, de 128 a 129 millones).
En conjunto, las exportaciones a esos diez países y territorios de Asia oriental disminuyeron (de 4.767 a 4.658 millones) porque el aumento de las exportaciones a China, Corea del Sur, Singapur y Filipinas no fue suficiente para contrarrestar la caída de las exportaciones a los otros seis países y territorios de Asia oriental.
En cuanto a las importaciones, el panorama fue más sencillo. Cayeron moderadamente (menos del 6%) en los casos de Japón, Indonesia, Taiwán, Tailandia y Filipinas y aumentaron, también moderadamente (menos del 11%), en los casos de China, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y Malasia.
Así, el déficit comercial con esos diez países y territorios aumentó de 11.363 millones de € (26,4% del déficit comercial total) en 2001 a 11.854 millones (28,2% del déficit comercial total) en 2002.
La evolución en enero-mayo de 2003
Aunque los datos disponibles hasta la fecha, correspondientes a los cinco primeros meses de 2003, pueden no ser totalmente significativos de la tendencia de todo el año 2003, la evolución parece seguir siendo, a grandes rasgos, negativa.
En efecto, durante enero-mayo de 2003, las exportaciones cayeron (respecto de enero-mayo de 2002) en los casos de Japón (-7,1%), Corea del Sur (-5,8%), Tailandia (-8,7%), Singapur (-42,6%) y Hong Kong (-13%).
Por el contrario, las exportaciones españolas en enero-mayo de 2003, siempre respecto del mismo periodo del año anterior, aumentaron en China (50,9%), Indonesia (22,9%), Taiwán (6,1%), Malasia (9,3%) y Filipinas (13,6%).
Por tanto, los datos de los primeros cinco meses de 2003 confirman que:
• hay tres economías en las que las exportaciones españolas cayeron en 2002 y han continuado disminuyendo en enero-mayo de 2003: Japón, Tailandia y Hong Kong. La reducción continuada de las exportaciones a Japón es preocupante, dado el importante peso de ese país para nuestro comercio exterior;
• Corea del Sur y Singapur parecen mostrar debilidad en la compra de productos españoles. La reducción de las exportaciones a Corea del Sur en enero-mayo de 2003 es también preocupante, puesto que ocupa el tercer lugar entre los socios comerciales de España en Asia oriental;
• las exportaciones a China crecen de manera muy pronunciada (23,8% en 2002 y 50,9% en enero-mayo de 2003), lo que es un factor claramente positivo, dado que ese país es nuestro primer socio comercial en Asia oriental.
En definitiva, el resultado es que las exportaciones españolas a Asia oriental se centran cada vez más en China. De hecho, en enero-mayo de 2003, las exportaciones a China fueron, por vez primera, algo mayores que las destinadas a Japón, lo que constituye un aspecto novedoso y de gran alcance.
En lo que se refiere a las importaciones, las compras aumentaron en los casos de China (13,2%), Japón (7,6%), Corea del Sur (8,8%), Indonesia (11,1%), Tailandia (4,3%), Malasia (0,1%) y Filipinas (24,2%), cayendo en los tres países y territorios restantes: Taiwán (-3,7%), Singapur (-1,7%) y Hong Kong (-4,8%).
Así, las exportaciones a esos diez países y territorios aumentaron sólo muy ligeramente (de 1.822 a 1.840 millones de €) y, puesto que las importaciones procedentes de ellos crecieron más (de 6.412 a 6.921 millones), el déficit bilateral se incrementó (de 4.590 a 5.081 millones), pasando, sin embargo, del 31,5% al 30,2% del déficit total.
En suma, los datos de 2002 y los cinco primeros meses de 2003 indican que las exportaciones a los diez países y territorios mencionados caen (como en 2002) o apenas crecen (como en enero-mayo de 2003) y que el déficit comercial de nuestro país con la región aumentó en 2002 tanto en valor absoluto como relativo y lo hizo en enero-mayo de 2003 en valor absoluto.
Además, es preocupante la continuada tendencia descendente de las exportaciones a Japón, Tailandia y Hong Kong, así como el hecho de que las exportaciones a Corea del Sur y Singapur, que habían crecido en 2002 respecto de 2001, hayan caído en enero-mayo de 2003 respecto de enero-mayo de 2002. Aún más preocupante es que el crecimiento de las exportaciones españolas a China no haya podido compensar sobradamente las caídas en esos otros cinco mercados.
Factores del comportamiento de las exportaciones españolas
Salvo en el caso de Japón, hay que descartar el lento crecimiento de los mercados, puesto que el PIB está creciendo a tasas relativamente elevadas en 2003. Según los datos de Consensus Economics de agosto, las previsiones del crecimiento del PIB en 2003 son positivas en general: 7,5% en China y en torno al 4% en Tailandia, Malasia, Filipinas, Indonesia y Corea del Sur. Las únicas excepciones son, además de Japón (0,9%), Taiwán (2,8%), Hong Kong (1,6%) y Singapur (1,2%).
Otro factor que hay que desestimar es la menor capacidad para importar de los países asiáticos, que pasaron por un bache importante en 2001 (debido a la crisis del mercado mundial de productos electrónicos), pero cuyas exportaciones e importaciones se han recuperado sustancialmente desde 2002. Según el Banco Asiático de Desarrollo, las exportaciones del noreste de Asia (sin contar Japón) crecieron el 12% en 2002, tras caer el 5,8% en 2001, mientras que las del sudeste de Asia aumentaron el 4,9% en 2002, tras disminuir el 10,3% en 2001. Así, las importaciones totales de esas dos zonas, que se habían reducido en 2001 (-6,6% y –10%, respectivamente), crecieron de manera sustancial en 2002 (10,2% y 4,1% respectivamente).
Por tanto, la explicación reside en la pérdida de competitividad relativa de los productos españoles, provocada por la apreciación del euro respecto del dólar estadounidense, divisa a la que están ligadas la mayoría de las monedas de Asia oriental.
Como es bien sabido, el euro se ha apreciado notablemente (15%) respecto del dólar estadounidense en los últimos 18 meses. Para Asia oriental, tal cosa ha tenido varios efectos positivos: ha aumentado el poder adquisitivo de los países de la zona euro en términos de exportaciones asiáticas; ha hecho perder competitividad relativa a los exportadores europeos de productos que también exporta Asia oriental; y ha fomentado las inversiones europeas en la región. Por el contrario, para la zona euro y para España, esa apreciación ha perjudicado a las exportaciones.
Sin embargo, es dudoso que la depreciación del dólar continúe, por lo menos al mismo ritmo, en los próximos meses, dado el elevado déficit comercial de EEUU y la renovada vitalidad de la economía estadounidense (cuyo PIB creció el 3,1% en el segundo cuatrimestre, tres veces más de lo esperado por la mayoría de los analistas).
¿Qué se puede hacer?
Uno de los factores que impulsan las exportaciones de un país es la inversión en el extranjero. Así, una mayor implantación de empresas españolas en Asia oriental podría generar un flujo de mercancías de España hacia esa región. Como es bien conocido, la inversión directa española en Asia ha sido tradicionalmente muy escasa.
Recientemente, un noticia de Europa Press recogida en los periódicos El Mundo (27 de julio) y Cinco Días (14 de agosto), entre otros, señalaba que las inversiones directas españolas netas en Asia se han multiplicado por seis entre 2000 y 2002, al pasar de 252 a 1.496 millones de €. No obstante, cabe destacar que, con arreglo a los datos, desglosados por países, del Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía, el panorama no es tan positivo. En efecto, la noticia olvidaba mencionar que:
• esos 1.496 millones suponen apenas el 5,6% de la inversión neta total de España en el exterior, cuando Asia recibe una cuarta parte de la inversión directa mundial;
• la inmensa mayoría de esa inversión se ha concentrado en Japón (1.390 millones de € en 2002) y, aunque en mucha menor medida, también en La India (74,3 millones) y en Sri Lanka (11,2 millones);
• asombrosamente, China no superó los 5 millones de €, cuando fue en 2002 el primer receptor mundial de inversión directa extranjera, con 52.700 millones de dólares;
• las cifras para otros países y territorios son muy escasas e incluso ridículas: 3,3 millones de € en Singapur; 1,3 millones en Hong Kong; 580.000 € en Malasia, 409.000 € en Taiwán; 203.000 € en Indonesia; 114.000 € en Corea del Sur y apenas 6.000 € en Tailandia.
Por tanto, no cabe congratularse de que la inversión directa española en Asia se haya sextuplicado entre 2000 y 2002. Lo cierto es que, descontando Japón, la inversión en esa región ha pasado de 274,1 millones (la inversión neta en Japón fue negativa en 2000) a 104,9 millones de €. Además, de esos 105 millones, 85 fueron a parar a La India y a Sri Lanka, lo que, descontando otros países asiáticos que no forman parte de Asia oriental, deja menos de 20 millones de € para el Asia oriental emergente.
Conclusiones: En definitiva, el mal comportamiento del comercio exterior de España con Asia oriental en 2002 y principios de 2003 no debería asombrar a la vista de las cifras sobre inversión directa.
Una primera conclusión es, por tanto, que es muy posible que se mantengan las tendencias adversas en el comercio bilateral si perseveran las no menos negativas evoluciones de la inversión directa española en la región. Es, por consiguiente, necesario insistir una vez más en que difícilmente mejoraran los datos de comercio exterior si no mejoran los de inversión directa.
Además, quizá sea necesaria una mayor concentración de esfuerzos en algunos países. Por ejemplo, China se ha convertido ya en el principal mercado de exportación en Asia oriental para los productos españoles. El rápido crecimiento de ese mercado abre una gran oportunidad para aumentar las exportaciones españolas y para reducir el muy importante déficit bilateral.
Las exportaciones españolas a China (contando, mediante los cálculos pertinentes, las destinadas a Hong Kong que se re-exportan a China o se quedan en la región administrativa especial) son inferiores al 1% de las exportaciones totales de nuestro país. Las importaciones representaron más del 3% de las importaciones totales. El déficit comercial con China, incluyendo Hong Kong, ascendió en 2002 a 4.633 millones de €, equivalentes al 11% del déficit comercial total.
Otro problema de las exportaciones españolas a China es la baja proporción de los bienes, especialmente de consumo, en los que España tiene ventajas en el mercado internacional, puesto que los principales artículos exportados son calderas, maquinaria, aparatos eléctricos y productos químicos.
En cuanto a las inversiones españolas en China (incluyendo también a Hong Kong), la media anual en el bienio 2001-2002 fue de 11 millones de €, esto es, apenas el 0,03% de la inversión total de España en el extranjero.
Es obvio que resulta preciso llevar adelante, en el mercado chino, tanto una mayor agresividad exportadora como un mayor esfuerzo inversor. Habría que triplicar al menos las exportaciones para finales del decenio en curso, así como aumentar el peso relativo de los bienes de consumo.
Para aumentar las inversiones (lo que arrastraría exportaciones y reduciría el déficit comercial) habría que diversificar los sectores de implantación. Hasta la fecha, las inversiones españolas en China se han concentrado en material de transporte y bienes de equipo, sector agroalimentario, algunos bienes de consumo (textiles o zapatos) y servicios de transporte y de software. Hay sectores en los que se podría hacer un esfuerzo adicional: industria ferroviaria, transporte urbano, ingeniería civil, consultoría, medio ambiente, maquinaria textil, construcción naval, etc., además de distribución de mercancías y turismo y quizá también banca y seguros y telecomunicaciones.
Por ejemplo, los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín van a suponer un desembolso en inversiones públicas que podría rondar los 30.000 millones de €, especialmente en líneas de metro, sistema ferroviario, carreteras o puertos de mar. De esa cantidad, España debería sacar algún provecho, puesto que algunas de nuestras empresas tienen la experiencia de Barcelona 92 así como tradición y actividad nacional e internacional en esos sectores.
Para alcanzar tales metas, sería necesario un mayor compromiso por parte de las empresas, con la cobertura que resulte posible por la Administración.
Pablo Bustelo
Profesor titular de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid y analista asociado para Asia-Pacífico del Real Instituto Elcano