Una carrera contra el tiempo
La recesión puede matar el sueño europeo si no hay luz al final del túnel.
La recesión puede matar el sueño europeo si no hay luz al final del túnel.
Los europeos estamos convencidos de que somos una potencia mundial, pero, desgraciadamente, el mundo no se ha enterado. Algo hemos debido de hacer muy mal para ser así percibidos.
Desde hace décadas, Italia destaca por ser el país más ingobernable de la Unión Europea. Por eso, a nadie debería sorprender que vaya a convocar elecciones (probablemente en febrero) y que, una vez más, nadie pueda anticipar quién será su próximo Primer Ministro.
El parón económico de sus socios comerciales (dentro y fuera de Europa) y la sensación cada vez más clara de que la crisis del euro terminará por afectar a Alemania están lastrando su crecimiento
Aunque todavía seguiremos varios años enfrascados en la crisis del euro y en el rediseño de la gobernanza económica europea ya se empieza a vislumbrar cómo será la zona euro (ZE) que saldrá de la crisis.
Mientras Europa se encuentra sumida en una burbuja de pesimismo, el mundo está experimentando un rapidísimo proceso de cambio económico, político y social.
Se analiza el debate surgido en la UE ante el auge del independentismo en Escocia y Cataluña y la pretensión de convertirse en Estados miembros.
Una de las pocas cosas buenas que tiene la crisis del euro es que, en algunos aspectos, se está volviendo predecible. Hemos aprendido que Grecia es (y continuará siendo) una fuente inagotable de sustos. Pero también vamos aceptando que, tarde o temprano, los países europeos siempre encuentran la forma de evitar que el problema griego haga descarrilar el euro.
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