Brexit: menos energía para Europa
Lo más previsible es que se mantenga un grado adecuado de acceso al mercado energético único europeo, pero resulta dudoso que el Brexit suponga un impulso a la integración energética europea.
Lo más previsible es que se mantenga un grado adecuado de acceso al mercado energético único europeo, pero resulta dudoso que el Brexit suponga un impulso a la integración energética europea.
Avanzar en una gobernanza policéntrica eficaz, tanto en el ámbito energético como en el climático, es uno de los retos globales y europeos que requieren mayor atención por parte de España en 2016.
El reciente acuerdo de la OPEP, que incluye a Rusia, revela la necesidad de los productores de petróleo de mandar un mensaje que frene la caída de precios.
Estamos ante un círculo vicioso, ya que la caída de los ingresos procedentes del petróleo y del gas afecta a las políticas sociales de los países de la región, lo que a su vez disminuye el respaldo popular de los gobiernos.
La sangría en la economía de Libia deriva de la caída del precio de barril de petróleo y las dificultades para recuperar el nivel de exportaciones.
El mercado sigue afectado por un exceso de oferta y una demanda átona que deberían mantener los precios en niveles bajos.
La intensidad y duración de la caída de precio en el crudo dependerá de lo que los inversores interpreten que está pasando en China: si la desaceleración es controlada, el precio tenderá a estabilizarse; si se colapsa, se hundirá.
La Cumbre del Clima de París (COP21) ha producido un tipo nuevo de gobernanza. De abajo a arriba, no sólo en la negociación, sino en la aplicación.
Los mercados del gas natural afrontan varias transiciones en los próximos años, con nuevos productores, distintos modelos y más exigencias por parte de los consumidores.
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