Resumen ejecutivo[1]
La defensa ha pasado a ser una prioridad para la política pública en Europa. Mientras la guerra sigue haciendo estragos en Ucrania y la segunda presidencia de Trump insta a los europeos a hacerse cargo de la defensa convencional en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea (UE) ha puesto en marcha en los últimos años una avalancha de iniciativas destinadas a reforzar las capacidades militares de Europa y revitalizar la base industrial y tecnológica de su sector de la defensa. ¿Qué implica eso para España?
Se suele señalar a España como uno de los países rezagados en lo que atañe al gasto en defensa. No cabe duda de que parámetros de entrada como el gasto puro y duro presentan una imagen incompleta de la contribución de un aliado a la seguridad colectiva. El compromiso actual de España con las misiones de la OTAN y la UE también pinta un panorama algo más positivo.
Además, después de años de inversión insuficiente, España anunció un incremento de 10.400 millones de euros en el gasto en defensa en 2025 para llegar al objetivo de la OTAN del 2% del PIB. En cambio, la sostenibilidad y el planteamiento de esta inversión siguen suscitando dudas, sobre todo porque el objetivo de la OTAN en el futuro podría subir hasta el 3% o el 5% del PIB. A medida que la OTAN y la UE continúen fijando distintos umbrales y pongan en marcha diferentes iniciativas de gasto, desarrollo de capacidades y producción industrial, España deberá redoblar su apuesta o arriesgarse a perder el tren de la modernización.
En este contexto, España tiene por delante una oportunidad y un riesgo: debe dar un paso adelante en lo que concierne a los marcos de la UE en constante evolución o arriesgarse a quedar excluida de las grandes iniciativas de desarrollo de las capacidades. Además, deberá armonizar cuidadosamente su estrategia industrial de defensa con las iniciativas del Libro Blanco “Preparación 2030” de la defensa europea si desea seguir siendo un actor importante en la cooperación industrial y de defensa de la Unión. La alineación estratégica con los objetivos de la UE en materia de defensa es esencial, sobre todo en un contexto de incertidumbre para las relaciones transatlánticas y evolución de las amenazas para la seguridad.
Sin un esfuerzo nacional bien coordinado, España se arriesga a quedar excluida de los principales programas de defensa de la UE, circunstancia que socavaría su competitividad industrial y haría mella en su capacidad de influir en la integración europea.
Para tener un papel protagonista en los programas de defensa más emblemáticos de la UE en el futuro, el ecosistema de España de innovación en defensa deberá ser objeto de una reforma. Sigue adoleciendo de contar con un enfoque fragmentado en compartimentos estancos. A pesar de que los planes estratégicos recientes promueven los centros regionales de defensa y el desarrollo de tecnologías de doble uso, la integración con los sectores de la innovación civil sigue siendo escasa.
Es fundamental llevar a cabo un cambio cultural hacia la innovación abierta y afianzar el compromiso de toda la sociedad para mejorar la competitividad nacional y asegurarse el acceso a los mecanismos de financiación de la UE.
El presente informe responde a dos objetivos principales: en primer lugar, rastrear los cambios estratégicos, tecnológicos y reglamentarios que dan forma a la defensa de la UE; y, en segundo lugar, contemplar sus implicaciones para la industria de defensa de España. Las tres secciones del informe examinan el contexto geopolítico, las tendencias industriales emergentes y la posición de España dentro de los marcos de la UE respectivamente. Por último, se formulan recomendaciones para que España pueda tener un mayor protagonismo en la defensa europea y participe al cien por cien en las iniciativas de colaboración industrial.
[1] Este Policy Paper se basa en las aportaciones recabadas durante dos seminarios a puerta cerrada y una serie amplia de consultas con los grupos de interés pertinentes. Los dos seminarios a puerta cerrada, que tuvieron lugar en Bruselas y Madrid, respectivamente, durante el primer semestre de 2025, contaron con la participación de distintos especialistas y cargos públicos del gobierno de España, el sector privado español, la UE y la OTAN. Los autores aprovechan para expresar su agradecimiento a los participantes por sus aportaciones y comentarios a las versiones preliminares, y afirman ser los únicos responsables del contenido del presente informe.
Imagen: Soldados del Ejército de Tierra español embarcando en un helicóptero durante un ejercicio de maniobras en terreno abierto. Foto: Ejército de Tierra español (CC BY-NC-SA 2.0)