43ª Oleada BRIE, abril 2023

43ª Oleada BRIE, abril 2023

Ficha técnica

  • Universo: individuos residentes en las 17 comunidades y las dos ciudades autónomas españolas, de 18 a 80 años.
  • Muestreo: estratificado por comunidad autónoma y tamaño del municipio, con cuotas de nivel educativo, sexo y edad proporcionales a la distribución de la población.
  • Tamaño muestral: 1000 entrevistas.
  • Tipo de entrevista: entrevistas telefónicas, tanto a dispositivos fijos como móviles.
  •  Error de muestreo: para los datos globales, con un margen de confianza del 95,5% y en la hipótesis más desfavorable, se sitúa en +/- 3,2 %.
  • Trabajo de campo y tabulación de datos: Random Strategy.
  • Fechas del trabajo de campo: del 14 de febrero al 8 de marzo de 2023.
  • Diseño del estudio y elaboración del informe: Carmen González Enríquez y José Pablo Martínez Romera.

Principales resultados

El abastecimiento energético, principal objetivo de la política exterior

Asegurar el abastecimiento energético se ha convertido para los españoles en el principal objetivo de la política exterior del país: este es el resultado de la gran preocupación causada por la escasez y subida del precio de algunos combustibles, y la repercusión de esto en la inflación. Esa prioridad ha llegado a desbancar del primer puesto a la lucha contra el cambio climático, que, durante años, ha sido señalada como el primer objetivo para la política exterior española.

Gran confianza en Europa y falta de información sobre ella

Como señalan habitualmente las encuestas, entre otras las propias del Real Instituto Elcano o el Eurobarómetro, la opinión pública española es muy europeísta. Uno de los indicios que se recogen en este BRIE es la confianza en las instituciones de la UE: los españoles confían más en las instituciones de gobierno y representativas de la UE que en las españolas. La Comisión Europea y el Parlamento Europeo reciben valoraciones (confianza) por encima del 5 (5,7 y 5,4 respectivamente) mientras que tanto el gobierno español como el Congreso de los Diputados se encuentran por debajo de esa nota, con un 4,8 y 4,4.

Otro indicio recogido en esta encuesta es la confianza en el futuro de la UE: el 87% de los españoles cree que la UE seguirá existiendo sin grandes cambios a largo plazo (47%) o bien que será aún más influyente en los Estados miembros (40%) y sólo una minoría del 13% cree que la UE desaparecerá.

Ese europeísmo de los españoles y esa confianza en el futuro de la UE conviven con una gran falta de información sobre ella. Casi la mitad (48%) de los españoles reconoce que no entiende cómo funciona la UE o que lo entiende sólo a medias. El bajo conocimiento del nombre de la principal representante de la Unión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que sólo recuerda un 28% de los entrevistados, indica desinterés por las instituciones comunitarias.

Ese bajo interés y conocimiento respecto a la UE se plasma también en la pequeña tasa de respuestas a una pregunta abierta sobre las políticas de la UE. Pese a esa actitud positiva genérica ante las instituciones comunitarias, un alto porcentaje de los entrevistados (el 42%) no recuerda ninguna decisión de la UE que le haya parecido positiva.

La edad es un factor clave en las actitudes y opiniones sobre la UE. Las generaciones de mayor edad, que han vivido parte de su vida adulta en la España anterior a su ingreso en la Unión (antes CEE), son las más interesadas en ella, quizá porque pueden percibir la diferencia que supuso para España ese cambio, mientras que las generaciones más jóvenes han desarrollado su vida adulta ya dentro de la UE y ésta se ha convertido en un dato más del ambiente, cuya existencia se da por supuesta.

Grandes problemas de la UE

La guerra en Ucrania sigue siendo el principal motivo de preocupación para los españoles cuando piensan en los problemas de la UE, pero la subida de los precios se encuentra muy cerca, seguida por la desigualdad social y la pobreza. El cambio climático, que aparecía como principal preocupación antes de la guerra, ha quedado relegado a un cuarto puesto, ante la presión de otros desafíos que se viven como más acuciantes: la guerra, la inflación y la pobreza que ésta provoca.

Autonomía energética vs. autonomía militar

Pese al apoyo a Ucrania y la percepción de Rusia como amenaza, que se ha constatado en otras encuestas, sólo una muy pequeña minoría considera prioritaria para Europa una mayor autonomía en el campo militar (3%). Cuando se pregunta sobre los ámbitos en los que la UE debería caminar hacia una mayor autonomía, la mayoría de las respuestas (56%) eligen el ámbito de la energía, en línea con esa gran preocupación por el coste de la electricidad y los combustibles.

Presidencia española de la UE

Una gran parte de los españoles, el 44%, reconoce no saber que España va a presidir el Consejo de la UE en el segundo semestre del año, con una gran diferencia en función de la edad: sólo un 28% de los menores de 29 años lo sabe, frente a un 76% de los mayores de 65 años. Por otra parte, sólo el 28% de los españoles sabe qué es el Consejo de la UE, el órgano de presidencia rotatoria que presidirá España entre julio y diciembre de este año.

Entre los objetivos que deben guiar la actuación de España durante esa presidencia, la lucha contra la inflación y las ayudas a la agricultura son elegidas como prioritarios, una elección que vuelve a reflejar la preocupación dominante actual en la sociedad española por el alza de los precios, en general, y el de la alimentación en particular.

América Latina

La imagen de América Latina está dominada en España por connotaciones negativas, entre las que domina la pobreza, la inseguridad y las carencias de gobernanza y democracia: el 80% de los entrevistados ofrece respuestas que señalan aspectos negativos a una pregunta abierta sobre su asociación mental con América Latina. El 91% considera mala o muy mala la situación económica de la región y el 82% la situación política. Esa percepción es muy estable en la sociedad española, como muestra la comparación de los resultados de este BRIE con datos muy anteriores producidos por el CIS.

Los españoles valoran positivamente la influencia que España ha tenido históricamente en América Latina, aunque las diferencias son importantes en función de la ideología, con una valoración mucho más alta en la derecha que en la izquierda. Comparando estos resultados con datos anteriores, del año 2007, esa valoración no parece haberse visto afectada negativamente por la ola en los últimos años de gestos y declaraciones en países americanos contra la etapa colonial española. Al contrario, se ha producido en España un aumento de las valoraciones muy positivas sobre la influencia histórica del país en América Latina.

A su vez, una gran parte de los españoles supone que los latinoamericanos no comparten esa valoración positiva que ellos hacen sobre la influencia que España ha tenido en su historia. La distancia entre su propia valoración y la que imaginan que hacen los latinoamericanos es mayor entre las personas que se auto consideran de derechas.

Las opiniones se distribuyen de forma homogénea respecto a cuál debe ser el principal objetivo de la política exterior española en América Latina, entre los objetivos posibles propuestos en el cuestionario. La derecha está más interesada en el apoyo a las empresas españolas que operan en América Latina, mientras que la izquierda prioriza la ayuda al desarrollo y la promoción de la democracia.

Cambio climático

Hace dos años, en 2021, se celebró en España, a iniciativa del gobierno, un proceso deliberativo y participativo sobre el cambio climático, denominado Asamblea Ciudadana por el Clima, que produjo una serie de recomendaciones. De entre esas recomendaciones, los españoles consideran la producción de energía renovable como el principal instrumento en la lucha contra el cambio climático. Por otra parte, no son favorables a las medidas que puedan tener un impacto negativo en el precio de los combustibles, como la de suprimir los subsidios al gas, la gasolina o el diésel (otra de las recomendaciones de esa Asamblea). Tampoco favorecen cambios en el estilo de vida, como la reducción del consumo de carne, pese al impacto de la ganadería en la producción de metano.