Resumen

¿Hasta qué punto la UE está bien preparada para hacer frente al “siglo de Asia-Pacífico”, consecuencia del espectacular auge económico de esa región? Este Documento de Trabajo ofrece, en primer lugar, una panorámica del auge económico de Asia-Pacífico en sus diversas manifestaciones: crecimiento del PIB, comercio exterior de mercancías y servicios, consumo de energía y otras materias primas, inversiones directas extranjeras y en el extranjero y reservas en divisas. En la segunda parte se intenta exponer cuáles son los efectos principales de ese auge sobre la UE. Se analizan brevemente el comercio exterior de la UE con Asia-Pacífico en bienes y servicios, las relaciones energéticas de la UE –medidas por su abastecimiento externo de carbón, petróleo y gas natural– con esa región, las inversiones directas de empresas europeas en Asia-Pacífico, las inversiones asiáticas en Europa y la inmigración asiática en la UE.

Introducción

En un informe reciente del banco HSBC se señala que, entre las 20 mayores economías del mundo, se contaban en 1970 11 países europeos y en 2010 ya sólo siete. Es más, según las previsiones de HSBC (2011), hacia 2050 habrá únicamente cinco (el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España).

Por el contrario, si entre esas 20 primeras economías había únicamente tres países asiáticos en 1970 (Japón, la India y China), ese número ha aumentado a cuatro en 2010 (los tres anteriores más Corea del Sur). En 2050 serán seis (por este orden, China, la India, Japón, Corea del Sur, Indonesia y Malasia).

El auge pasado, presente y potencial de Asia de finales del siglo XX y principios del siglo XXI es, por tanto, un fenómeno de enorme alcance. Por sus efectos sobre el conjunto del mundo ha sido comparado con la Revolución Industrial e incluso con el Renacimiento.

La primera parte de este trabajo busca ofrecer una panorámica del auge económico de Asia, tal y como se ha producido hasta ahora, en sus diversas manifestaciones: crecimiento del PIB, comercio exterior de mercancías y servicios, consumo de energía y otras materias primas, inversiones directas extranjeras y en el extranjero y reservas en divisas.

En la segunda parte, se intenta exponer cuáles son los efectos principales de ese auge sobre la UE. Se analizan brevemente: el comercio exterior de la UE con Asia en bienes y servicios; las relaciones energéticas de la UE, medidas por su abastecimiento externo de carbón, petróleo y gas natural, con esa región; las inversiones directas de empresas europeas en Asia; las inversiones asiáticas en Europa; y la inmigración asiática en la UE.

El auge económico de Asia: dimensiones principales

Asia-Pacífico, con la excepción de Japón en algunos campos, ha destacado durante los últimos decenios por su alto crecimiento económico, su creciente peso en el comercio internacional, el incremento de su consumo de energía y de otras materias primas, sus crecientes inversiones extranjeras y en el extranjero y su cada vez mayor potencial financiero, medido por el incremento de sus reservas en divisas.[2]

Crecimiento económico
Es bien conocido que los mayores países de Asia (por tamaño de su PIB), con la excepción de Japón desde 1990, han registrado un alto crecimiento económico en los últimos decenios. Esa expansión, que ha sido superior a la registrada por el resto del mundo, ha permitido a los países asiáticos escalar posiciones en el ranking de principales economías del planeta, según el tamaño del PIB. Como puede verse en la Tabla 1, en 1990 entre las 15 mayores economías del mundo había cuatro asiáticas: Japón (nº 2), China (nº 10), la India (nº 12) y Corea del Sur (nº 15); 20 años después, en 2010, China había pasado al nº 2, la India había subido hasta el nº 10 y Corea del Sur se había mantenido en el nº 15, mientras que Japón había bajado al nº 3.

Tabla 1. PIB en 1990 y 2010 (millones de dólares corrientes)

 PIB en 1990Rango en 1990PIB en 2010Rango en 2010
EEUU5.800.525114.657.8001
China390.278105.878.2572
Japón3.058.03825.458.8723
Alemania1.547.02633.315.6434
Francia1.248.56342.582.5275
Reino Unido1.017.79262.247.4556
Brasil507.78492.090.3147
Italia1.135.54352.055.1148
Canadá582.73571.574.0519
India325.928121.537.96610
RusiaSD1.465.07911
España520.70981.409.94612
Australia327.526111.235.53913
México287.803141.039.12114
Corea del Sur270.405151.007.08415
Países Bajos295.57013

Fuente: FMI.

El crecimiento del PIB en las grandes economías de Asia ha sido muy elevado en los últimos decenios, con la excepción de Japón desde 1990, cuando se inició su larga recesión. Como puede verse en la Tabla 2, el crecimiento anual medio del PIB ha sido muy superior en Asia, sin contar Japón, que en el resto del mundo. Ha rondado el 8% o 9% en Asia Oriental y Pacífico y el 6% o 7% en Asia meridional, frente al 3% del conjunto del mundo y el 2,5% de los países de ingreso alto. Es más, el crecimiento ha sido del el 10% en China desde 1980 y el 8% en la India desde 2000, unas tasas espectaculares.

Tabla 2. Crecimiento anual medio del PIB, 1980-2009 (en %)

 1980-19901990-20002000-2009
China10,210,610,9
India5,86,07,9
Brasil2,82,93,6
Rusia2,8-4,76,0
EEUU2,93,52,0
Japón4,01,31,1
Alemania2,11,51,0
España3,22,62,8
Países de ingreso bajo y mediano3,03,96,4
   Asia Oriental y Pacífico7,88,59,4
   América Latina y el Caribe1,83,33,8
   Asia meridional5,75,67,3
Países de ingreso alto3,22,72,0
Mundo3,12,92,9

Fuente: Banco Mundial, varios Informes sobre el desarrollo mundial.

El resultado de ese diferencial de crecimiento ha sido, como es lógico, un aumento pronunciado de la parte de Asia en el producto bruto mundial.

Si se toma, en primer lugar, Asia en su conjunto, se observa en el Gráfico 1 que la parte de los países asiáticos en la economía mundial ha pasado del 17,6% en 1980 al 26,7% en 2010. Ese aumento se ha registrado a expensas de la UE, cuya proporción ha descendido del 34,1% en 1980 al 24,9% en 2010, a pesar de sus sucesivas ampliaciones, y también de EEUU, cuya parte se ha reducido del 26,0% al 23,3%. Es de destacar que la proporción de América Latina y el Caribe, otra zona “emergente”, se ha mantenido constante durante los últimos 30 años. Además, las previsiones del FMI para 2016 (hechas en abril de 2011) sugieren que la parte de Asia seguirá aumentado, hasta casi el 30%, y que continuarán disminuyendo las proporciones de la UE y de EEUU.

Gráfico 1.

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Fuente: FMI.

Si, a continuación, se distinguen Japón y Asia emergente, se puede observar (Gráfico 2) que la parte de Japón ha disminuido del 14% en 1990 al 9% en 2010, como consecuencia de la larga recesión que ha vivido el país durante los años 90 y 2000. Pero el resto de Asia, que se podría llamar “Asia emergente”, ha aumentado su participación en el producto bruto mundial del 8% al 18%. En otros términos, el auge de Asia en la economía mundial es tanto más sobresaliente que se ha producido con un declive muy notable de Japón, hasta hace poco la segunda mayor economía del mundo y la tercera desde 2010.

Gráfico 2.

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Fuente: FMI.

Finalmente, se puede ver en el Gráfico 3 que los principales países que han protagonizado el auge de Asia han sido: China, cuya parte ha pasado del 1,9% en 1980 al 9,3% en 2010; la India, cuya proporción ha aumentado del 1,7% al 2,4%; y varios países del resto de Asia, zona que, en conjunto, ha pasado del 4,0% al 6,2%. En el Gráfico también se observa que las previsiones para 2016 indican que la parte de China y la India seguirá creciendo (hasta el 12,4% y el 3,1%, respectivamente).

Gráfico 3.

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Fuente: FMI.

En suma, el rápido crecimiento del PIB de Asia, excepto Japón, en los últimos decenios ha hecho que su parte de la economía mundial haya pasado del 8% en 1990 al 18% en 2010. En cifras redondas, la proporción de China ha pasado del 2% al 10% y la de la India ha crecido del 1,5% al 3%. Durante ese período, y a pesar de sus sucesivas ampliaciones, la UE ha visto descender su peso en la economía mundial del 32% al 26%.

Conviene tener en cuenta que los Gráficos anteriores incluyen también una previsión para 2016, con las estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) de abril de 2011, que permite concluir que la tendencia anterior no sólo se mantiene sino que, en algunos casos, incluso se acelera. En 2016, con arreglo a esas proyecciones, el peso de Asia alcanzará el 30% mientras que el de la UE seguirá reduciéndose hasta el 23%.

En la Tabla 3 figura la distribución ya no del PIB en unos años dados sino del incremento del PIB en diferentes períodos. Por ejemplo, en 2005-2010 China fue responsable del 20,9% del crecimiento mundial, una proporción mayor que las de la UE (14,4%) o EEUU (11,6%). En otras palabras, en años recientes, China ha sido un motor de la economía mundial incluso mayor que el de áreas o economías de mayor tamaño. Tal cosa se ha debido en parte a la crisis financiera internacional iniciada en 2007, que, como es bien conocido, ha afectado mucho más a los países ricos que a las economías emergentes y en desarrollo. Pero también al tamaño crítico que ha alcanzado la economía china, que le permite ya tener efectos muy apreciables en el crecimiento global (véase Bustelo, 2011a). Así, las previsiones para 2010-2015, un período que cabe considerar post-crisis, con la posible excepción de Europa, sugieren que el peso de China en el incremento del producto bruto mundial seguirá siendo muy grande (18,6%) y superior a los de la UE y EEUU.

Tabla 3. Contribución al aumento del producto bruto mundial, dólares corrientes, 1980-2015


(%)
1980-19901990-20002000-20052005-20102010-2015
UE29,614,639,514,416,9
Japón17,216,4-0,95,24,1
NEIA (1)3,55,72,92,14,0
EEUU26,341,520,111,614,8
China1,68,17,920,918,6
India1,31,52,54,24,3
Resto del mundo20,512,328,041,637,3
Total100,0100,0100,0100,0100,0

(1) Nuevas economías industriales asiáticas (Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur).
Fuente: elaboración propia con datos del FMI.

Comercio exterior
Una segunda faceta en la que el auge de Asia ha sido sobresaliente es la referida al comercio internacional de bienes y servicios.

En lo que se refiere a las exportaciones de mercancías (Tabla 4), el peso relativo de Asia ha pasado del 26,1% en 1993 al 31,5% en 2010. En ese último año Asia supuso casi la misma proporción que la UE, el primer bloque comercial del mundo (34,6%). Es de destacar que la proporción de Asia apenas creció antes de la crisis financiera reciente, porque el aumento del peso de China, la India y otras economías emergentes se vio contrarrestado por la caída de la proporción de Japón, que fue muy pronunciada desde los años 90 del siglo XX. Adviértase igualmente que el aumento del peso de China en las exportaciones mundiales de bienes ha sido espectacular: pasó del 2,5% en 1993 (menos que la parte de América Latina, que fue del 4,4%) al 10,4% en 2010 (frente al 5,8% de América Latina). China es el mayor exportador mundial desde 2009 y sus ventas al exterior ascendieron a 1.578.000 millones de dólares en 2010, muy por delante ya de EEUU (1.278.000 millones de dólares). También se ha producido un aumento muy pronunciado de las exportaciones de la India (0,6% del total mundial en 1993 y 1,4% en 2010), aunque la proporción alcanzada es claramente inferior a la de China. Los principales exportadores asiáticos, según datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), fueron en 2010 los siguientes: China, Japón, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur, Taiwán, la India, Malasia, Tailandia e Indonesia.

Tabla 4. Peso en las exportaciones mundiales de mercancías, 1993-2010 (%)

 19932003200820092010
Asia26,126,227,629,431,5
China2,55,99,19,610,4
India0,60,81,11,31,4
Japón9,96,45,04,65,1
EEUU12,69,88,28,58,4
América Latina y el Caribe4,45,25,75,75,8
UE37,442,437,537,734,6

Fuente: OMC.

En cuanto a las importaciones de mercancías (Tabla 5), el peso relativo de Asia ha pasado del 23,6% en 1993 al 29,9% en 2010. Asia se mantiene todavía a cierta distancia de la UE (38,8% en 2010). En este caso también, el aumento de la parte de Asia se ha registrado sobre todo en tiempos recientes, ya que, aunque el peso de China y la India ha crecido, tal aumento se ha visto compensado por la caída del peso de Japón, que ha pasado del 6,4% en 1993 al 4,5% en 2010. En cualquier caso, también en importaciones de mercancías el auge de China ha sido espectacular: su cuota de las importaciones mundiales ha aumentado del 2,7% en 1993 al 9,1% en 2010. El incremento del peso de la India en las importaciones mundiales ha sido menos espectacular que el incremento de su proporción en las exportaciones mundiales. China es, desde hace años, el segundo mayor importador mundial, situándose por delante de Alemania y por detrás únicamente de EEUU. En 2010 las importaciones chinas fueron de 1.395.000 millones de dólares. Los principales importadores asiáticos en ese año fueron, por este orden, China, Japón, Hong Kong, Corea del Sur, la India, Singapur, Taiwán, Tailandia, Malasia e Indonesia.

Tabla 5. Peso en las importaciones mundiales de mercancías, 1993-2010 (%)

 19932003200820092010
Asia23,623,526,327,429,9
China2,75,47,07,99,1
India0,60,91,82,02,1
Japón6,45,04,74,44,5
EEUU15,916,913,512,712,8
América Latina y el Caribe5,24,85,75,55,9
UE36,141,838,837,438,8

Fuente: OMC.

En lo que atañe al comercio internacional de servicios, figura en la Tabla 6. La parte de Asia en las exportaciones mundiales de servicios ha aumentado del 22,1% en 1993 al 26,6% en 2010. Aunque la parte de China ha crecido mucho, del 1,6% en 1993 al 4,6% en 2010, incluso más impresionante ha sido el aumento de la proporción de la India, que se ha quintuplicado en ese período, al pasar del 0,6% en 1993 al 3% en 2010. Ese aumento espectacular se debe sobre todo a la fuerte competitividad internacional de las exportaciones indias de servicios de tecnologías de la información (STI), que se trata, por ejemplo, en Bustelo (2011b).

Tabla 6. Peso en el comercio internacional de servicios, 1993-2008 (%)

 ExportacionesImportaciones
 199320082010199320082010
Asia22,122,426,227,524,727,4
China1,63,74,62,14,45,5
India0,62,83,00,82,63,3
China+ India2,26,57,62,97,08,8
EEUU16,716,214,110,813,610,2

Fuente: OMC.

La parte de Asia en las importaciones mundiales de servicios comerciales se ha mantenido estable entre 1993 y 2010, pese al fuerte aumento de la proporción de China y, sobre todo, de la India. China y la India, conjuntamente, efectuaron casi el 9% de las importaciones mundiales de servicios en 2010, un porcentaje que no está ya muy alejado del de EEUU (10,2%).

Energía y otras materias primas
En la Tabla 7 se recoge la evolución del consumo de energía primaria, de carbón, de petróleo y de gas natural entre 1990 y 2010. Destacan varios aspectos importantes. En primer lugar, la parte de Asia en el consumo mundial de energía primaria ha aumentado del 22,0% en 1990 al 38,1% en 2010. Ese aumento se debe, prácticamente en su integridad, al incremento del consumo de China y la India, que ha pasado del 10,8% al 24,6%. El consumo de esos dos países se ha triplicado con creces entre 1990 y 2010. China e India han sido responsables de más de la mitad del aumento en el consumo mundial de energía en los últimos 20 años.

Tabla 7. Evolución del consumo de energía, carbón y petróleo, 1990-2010

 1990%2010%FactorAumento
(valor)
Aumento
(%)
Consumo de energía primaria (mtep)       
Asia1.784,922,04.573,838,12,62.788,971,8
China684,98,42.432,220,33,61.747,345,0
India193,42,4524,24,42,7330,88,5
China + India878,310,82.956,424,63,42.078,153,5
Mundo8.120,3100,012.002,4100,01,53.882,1100,0
        
Consumo de carbón (mtep)       
Asia825,236,92.384,767,12,91.559,5118,0
China529,923,71.713,548,23,21.183,689,5
India107,84,8276,67,82,6168,812,8
China + India637,728,51.990,156,03,11.352,4102,3
Mundo2.233,7100,03.555,8100,01,61.322,1100,0
        
Consumo de petróleo (mbd)       
Asia13,813,527,2431,22,013,4364,0
China2,323,59,0510,43,96,7332,1
India1,211,83,323,82,72,1110,1
China + India3,535,312,3714,23,58,8442,1
Mundo66,39100,087,38100,01,320,99100,0
        
Consumo de gas natural (mtep)       
Asia139,17,9510,817,93,7371,734,2
China13,70,898,13,47,284,47,8
India10,80,655,71,95,244,94,1
China + India24,51,4153,85,46,3129,311,9
Mundo1.769,30100,02.858,1100,01,61.088,8100,0

Fuente: BP y elaboración propia.

Un segundo aspecto destacado es que el consumo de carbón de Asia (sobre todo de China y, en menor medida, de la India) se ha triplicado en el período en cuestión, mientras que el consumo mundial ha aumentado un 60%. China fue responsable en 2010 de casi la mitad del consumo mundial de carbón.

En tercer lugar, el consumo de petróleo de Asia se ha duplicado entre 1990 y 2010 (y el de China se ha cuadruplicado). Asia fue responsable de casi dos terceras partes del aumento de consumo de petróleo en el mundo (a China e India les correspondió más del 40%).

Finalmente, en cuanto al gas natural, el peso relativo de Asia es mucho menor (17,9% en 2010). Sin embargo, el consumo de China se ha multiplicado por siete y el de la India por cinco, mientras que el consumo global ha crecido sólo un 60%.

En lo que se refiere a las materias primas distintas del petróleo, baste señalar que la parte correspondiente a Asia del consumo mundial de varios minerales y metales (Gráfico 4), que rondaba el 40% a principios de los años 2000, se acercó en 2009 al 65%. Especialmente notable ha sido el aumento del peso de China, que supone ya más del 40% del consumo mundial de aluminio y zinc y entre el 35% y el 40% de cobre y níquel (Gráfico 5).

Gráfico 4.

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Fuente: ABARE.

                                      
Gráfico 5.

image005 1 1
Fuente: ABARE

Inversiones extranjeras y en el extranjero
Asia se ha convertido en una región que ha recibido una creciente inversión directa extranjera (IDE). Entre 1990 y 2010 la IDE recibida por Asia (Tabla 8) aumentó de 24.400 millones de dólares (el 11,8% del total mundial) a 276.000 millones (el 24,7% de total mundial).

Tabla 8. Inversión directa extranjera, 1990-2010 (millones de dólares y porcentaje)

 1990%2008%2009%2010%
Asia24.41311,8306.86617,3244.98922,0276.60024,7
China34131,6108.3126,195.0008,5101.0009,0
India2370,140.4082,334.6233,123.7002,1
Hong Kong3.2571,659.6213,448.4494,362.6005,6
Singapur5.5742,710.9120,616.8091,537.4003,3
Japón1.7530,824.4261,411.9391,12.0000,2
América Latina y el Caribe8.9264,3183.19510,3116.55510,5141.10012,6
UE104.41550,4536.91730,3361.94932,5289.80025,8
EEUU48.22223,3324.56018,3129.88311,7186.10016,6
Mundo207.278100,01.770.873100,01.114.189100,01.122.000100,0

Fuente: UNCTAD.

Los principales países receptores son China, Hong Kong y la India. En los tres casos, su parte de la IDE mundial ha aumentado sustancialmente. Entre 1990 y 2010, la proporción de China ha pasado del 1,6% al 9,0%; la parte de Hong Kong ha crecido del 1,6% al 5,6% (es sabido que parte de la IDE en Hong Kong acaba en China); y el peso relativo de la India ha aumentado del 0,1% al 2,1%. Por tanto, China se ha consolidado con un receptor privilegiado de la inversión multinacional: incluyendo Hong Kong, en 2010 recibió 163.700 millones de dólares, el 14,6% del total mundial. Es de destacar que China, incluyendo Hong Kong, recibe ya más inversión directa que el conjunto de América Latina y el Caribe (141.100 millones de dólares).

Menos conocido que la IDE en Asia es el proceso de inversión en el exterior por parte de empresas de los países asiáticos. En la Tabla 9 se observa, en primer lugar, que el peso relativo de Asia como zona de origen de IDE ha disminuido entre 1990 y 2010, del 24,7% del total mundial al 20,9%. La razón es el pronunciado descenso de la parte de Japón, que suponía la quinta parte de la IDE mundial en 1990 y sólo el 4% en 2010. Por el contrario, China, que invirtió en el extranjero apenas 830 millones de dólares (el 0,3% del total mundial) en 1990, realizó en 2010 unas inversiones en el exterior que superaron los 68.000 millones (el 5,1% del total mundial). En 2010 China invirtió fuera de sus fronteras más que Japón. En cuanto la IDE india, su peso empieza a ser apreciable (15.900 millones en 2009, con un crecimiento extraordinario en los últimos años, aunque en 2010 registró una ligera caída).

Tabla 9. Inversión directa en el extranjero, 1990-2010 (millones de dólares y porcentaje)

 1990%2008%2009%2010%
Asia58.97224,7294.27215,3307.74928,0281.90020,9
China8300,352.1502,756.5005,168.0005,1
India30,018.4991,015.9001,413.2001,0
Hong Kong2.3771,050.5812,664.0005,876.1005,7
Japón48.12419,8128.0196,674.6996,853.7004,0
América Latina y el Caribe4.5081,982.0084,347.6004,383.9006,2
UE135.66855,8992.10651,4433.60039,4450.00033,4
EEUU27.17511,2330.49117,1248.07422,5325.50024,2
Mundo243.186100,01.928.799100,01.100.993100,01.346.200100,0

Fuente: UNCTAD.

La IDE japonesa en el extranjero (73.500 millones en 2007 y 128.000 millones en 2008) se recuperó, hasta el comienzo de la crisis financiera internacional reciente, tras muchos años de declive, provocados por la prolongada recesión interna. En 1990 era de 48.000 millones de dólares, año a partir del cual empezó a caer (rondó los 15.000-30.000 millones hasta 2000). En 2006, con 50.200 millones, recuperó el nivel de 1990. En 2008, las principales zonas de destino de la IDE japonesa fueron EEUU (34,2%), Asia (17,8%, especialmente China, India y Singapur) y la UE (17,5%), con una inversión significativa (17,2%), en las Islas Caimán, por razones fiscales. En 2010, la IDE de Japón fue de 53.700 millones, lo que indica el efecto negativo de la crisis internacional en la expansión de sus empresas en el extranjero.

Según datos de la UNCTAD, el stock de inversión directa en el extranjero de China ha aumentado de 27.768 millones de dólares en 2000 a 229.600 millones en 2009, mientras que el de la India ha crecido de 1.733 millones en 2000 a 77.207 millones en 2009. Esos datos ponen de manifiesto que China y, en menor medida, la India se ha convertido en los últimos años en importantes inversores en el extranjero, aunque su parte conjunta del flujo total mundial sigue siendo todavía relativamente pequeña (6,5% en 2009).

Las inversiones chinas en el extranjero están protagonizadas por un reducido grupo de empresas cuya marca comienza a ser conocida a escala internacional (Lenovo, Haier, Huawei, TCL, ZTE, CNOOC, Sinopec, etc.). En 2009-2010 las principales adquisiciones de empresas extranjeras se han producido en los sectores energético y minero: de Sinopec en Syncrude (Canadá), por 4.650 millones de dólares; de Sinopec y Shell en Arrow Energy (Australia), por 3.200 millones; de Yanzhou en Felix Resources (Australia), por 3.200 millones; de CNOOC en Bridas (Argentina), por 3.100 millones; y de Sinopec y CNOOC en Devon Energy (Azerbayán), por 3.000 millones, etc.

Aunque la IDE china está muy diversificada geográficamente: el 40% se destina a Asia (la India, Hong Kong, Vietnam, etc.) y el 30% a Europa (el Reino Unido, Alemania, etc.), siendo destinos de menor importancia África, Brasil y Rusia. Los principales sectores son los de energía y materias primas, tecnologías de la información y la comunicación (TIC), industria pesada y electrónica.

Los motivos que impulsan a las empresas chinas (estatales o privadas) a invertir en el exterior son diversos. Además de la voluntad de convertirse en grandes empresas multinacionales, muchas de ellas pretenden:

  • Circunvenir barreras comerciales en los mercados en los que se enfrentan con dificultades para exportar (Haier y ZTE en los países ricos y Huawei en África y Rusia).
  • Acceder a marcas renombradas (por ejemplo, en las compras de Thomson TV y RCA por TCL, de la división de ordenadores de IBM por Lenovo, de Ssangyong por SAIC, de MG Rover por SAIC y Nanjing Automobile, de Volvo por Geely, etc.).
  • Acceder a tecnologías avanzadas y a conocimientos modernos de gestión (por ejemplo, el caso de Lenovo e IBM).
  • Controlar fuentes de materias primas energéticas y no energéticas (minas en Australia, campos petrolíferos en Asia Central y América, como en el caso de la compra de la filial de Repsol en Brasil por Sinopec en octubre de 2010 y de los activos petrolíferos de Occidental en Argentina en diciembre de 2010, etc.).

Cabe esperar que la inversión china en el extranjero aumente de forma apreciable en los próximos años. Algunas estimaciones sitúan la inversión media anual, en 2010-2020, entre los 100.000 millones y 200.000 millones de dólares.

En lo que atañe a la inversión en el extranjero de empresas indias, es de mucho menor tamaño, aunque ha crecido sustancialmente en los últimos años. A diferencia de la inversión china, la de la India se destina en un 70% a la UE y EEUU. Los principales sectores son los del software (con las inversiones de Infosys, TCS y Wipro), industria farmacéutica (Dr. Reddy, Tata Group y Ranbaxy) y componentes de automoción (Tata Motors, Mahindra & Mahindra, Bharat Forge, etc.). De menor importancia son, hasta ahora, los sectores de energía y otras materias primas, aunque hay inversiones significativas: las de ONGC en Brasil y la de Tata Steel en la europea Corus, entre otras. En los últimos años, han destacado grandes operaciones, como la compra de Jaguar y Land Rover por Tata Motors, la de Corus por Tata Steel y la de Novelis por Hindalo.

Reservas en divisas

La acumulación de reservas en varios países asiáticos ha sido impresionante en los primeros años del siglo XXI (Tabla 10). Entre diciembre de 2001 y abril de 2011 las reservas en divisas de China han pasado de 212.000 millones de dólares a más de 3 billones. Las de Japón han crecido de 388.000 millones a más de 1 billón. Taiwán, Corea del Sur, la India, Hong Kong y Singapur también han visto aumentar mucho sus reservas en divisas.

Tabla 10. Principales poseedores de reservas en divisas, 2001-2011 (millones de dólares)

  Diciembre de 2001Marzo de 2011Factor
1China212.2003.045.00014,3
2Japón387.7001.041.4002,7
3Arabia Saudí15.200466.00030,7
4Rusia102.800447.5004,4
5Taiwán122.200347.2002,8
6Corea del Sur102.800294.3002,9
7India44.900274.3006,1
8Brasil35.900307.1008,6
9Hong Kong111.200261.7002,4
10Singapur74.900230.7383,1

Fuentes: FMI y bancos centrales.

Las razones por las que los países asiáticos acumulado reservas son bien conocidas. Una de ellas es la esterilización del superávit corriente y/o de las entradas de capital, mediante la adquisición de divisas para así contrarrestar el aumento de la demanda de moneda nacional y, por tanto, su apreciación, que hubiese sido muy nociva para las exportaciones de bienes y servicios. Otro motivo ha sido el de crear un seguro ante el riesgo de una crisis de balanza de pagos. No hay que olvidar que la India tuvo una grave crisis de ese tipo en 1991, que Corea del Sur se vio directamente afectada por las crisis asiáticas de 1997-98 y que China, Hong Kong, Taiwán y Singapur vivieron muy de cerca dichas crisis. Más recientemente, las perspectivas de incremento en el valor del yuan y en los tipos de interés del país, dada la creciente inflación, han sido también causas del aumento en las reservas de China.

Se cree que dos terceras partes de las reservas en divisas de China están denominadas en dólares. En octubre de 2010 China poseía 900.000 millones de dólares en títulos del Tesoro de EEUU, lo que suponía el 20% de la deuda pública en manos de no residentes y el 7% de la deuda total.

El impacto en Europa del auge de Asia

Comercio exterior entre la UE y Asia
En la Tabla 11 figura la distribución de las importaciones de mercancías de la UE en 2000 y 2010. La parte de Asia (sin contar Asia occidental y el Golfo Pérsico, que se incluyen en Asia en las estadísticas de Eurostat, pero que han sido restadas en el análisis siguiente) ha crecido de 34,1% al 39,1% en ese período. En otros términos, dos quintas partes de las importaciones de mercancías de la UE proceden ya de Asia. El aumento de la proporción de Asia se ha producido a expensas de la de EEUU (20,8% en 2000 y 11,3% en 2010), porque el resto de Europa, África y América Latina han mantenido prácticamente constantes sus cuotas, mientras que Rusia ha visto aumentar la suya del 6,4% al 10,5%.

Tabla 11. Distribución de las importaciones de mercancías de la UE-27 (%)

 20002010
Asia (1)34,139,1
China7,518,8
Japón9,34,3
ASEAN7,65,8
Corea S2,72,6
Taiwán2,91,6
Hong Kong1,20,7
India1,32,2
Asia Central0,51,1
Europa extra EU-2714,515,9
EEUU20,811,3
Rusia6,410,5
África8,68,9
América Latina y el Caribe5,26,1
Resto6,03,9
Total100,0100,0

(1) Sin Asia occidental y Golfo Pérsico.
Fuente: Eurostat.

Por países, destaca el fuerte incremento de la parte de China (del 7,5% al 18,8%). Por tanto, casi una quinta parte de las importaciones de la UE procede ya de China, una proporción claramente superior a la de EEUU, que, sin embargo, era mucho más importante que la de China en 2000. El resto de los principales países asiáticos han visto descender su parte en las importaciones de la UE. La razón es que se han dedicado cada vez más a exportar componentes y productos intermedios a China, que los ha ensamblado para su venta en los mercados occidentales (ese fenómeno se denomina “cadena de producción asiática”, en virtud de la cual países como Japón, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia y Malasia exportan bienes de equipo e intermedios a China, que vende los productos finales en el mercado internacional).

Las importaciones procedentes de Asia y singularmente de China han causado cierta aprensión en la UE, por su rápido crecimiento. Además, se ha observado que China ha ido sofisticando progresivamente sus exportaciones, de manera que está ya compitiendo no sólo con países en desarrollo de Asia meridional y América Latina (en productos textiles y artículos de confección, por ejemplo) sino con los propios países ricos. China es un competidor cada vez mayor de los países desarrollados en mercados internos y externos, ya que su perfil exportador se está empezando a asemejar al de esos países en lo que afecta incluso a algunos productos de alta tecnología.

Ese efecto negativo de las exportaciones chinas en la economía de los países desarrollados se ve compensado, sin embargo, por dos factores: (1) la extrema competitividad de los productos chinos ha permitido a los países ricos contener su propia inflación, al menos hasta el aumento reciente de los precios del petróleo y de otras materias primas; (2) puesto que China realiza, hasta el momento, fundamentalmente labores de ensamblaje y de procesado con bienes intermedios importados, el auge exportador de China se ha manifestado también en auge importador.

En cuanto a las exportaciones de la UE (Tabla 12), destaca un aumento –aunque menos importante que en el caso de las importaciones– de la parte de Asia, que ha pasado del 22,9% al 25,9% de las ventas totales al exterior entre 2000 y 2010. De nuevo aquí, la proporción destinada a China –y también a la India– ha aumentado (del 3,0% al 8,4% y del 1,6% al 2,6%, respectivamente), aunque ha disminuido la parte de Japón (del 5,4% al 3,2%).

Tabla 12. Distribución de las exportaciones de mercancías de la UE-27 (%)

 20002010
Asia (1)22,925,9
China3,08,4
Japón5,43,2
ASEAN4,94,5
Corea S2,02,1
Taiwán1,81,1
Hong Kong2,42,0
India1,62,6
Asia central0,20,6
Europa18,520,0
EEUU28,017,9
Rusia2,76,4
África8,09,3
América Latina y el Caribe6,56,4
Resto7,16,8
Total100,0100,0

(1) Sin Asia occidental y Golfo Pérsico.
Fuente: Eurostat.

En suma, China representa ya casi el 20% de las importaciones de la UE, pero supone únicamente el 8,5% de sus exportaciones. No obstante, esa última proporción está aumentando, aunque a menos velocidad que la primera. En cualquier caso, China es para la UE un mercado exterior casi tan importante como toda África y mayor que el de Rusia.

En lo que se refiere a las importaciones de servicios comerciales de la UE, la parte de Asia ha aumentado ligeramente, del 17,8% en 2003 al 20,7% en 2009, según datos de Eurostat. Tal cosa se ha debido al incremento de la parte de China (del 1,5% al 3,2%) y de la India (del 1,0% al 1,7%). Sorprende que el incremento de la parte de China haya sido mayor que el correspondiente a la India, considerado un país de ejerce de back office de muchas empresas occidentales. La explicación quizá reside en que lo es sobre todo de compañías británicas y menos de las de Europa continental, para las que seguramente tenga más importancia en esas labores el Norte de África o América Latina.

En cuanto a las exportaciones de servicios comerciales de la UE, Asia supone sólo el 10,4% (en 2009), una proporción inferior a la de EEUU (10,6%) y, sobre todo, a la de Europa extra-EU (40,8%). China es destino de apenas el 1,7% de las exportaciones de servicios de la UE, cifra prácticamente similar a la de la India (1,5%).

El abastecimiento de energía de la UE
Las importaciones de energía (carbón, petróleo y gas natural) de la UE figuran en la Tabla 13. En ese Tabla se aprecia que sólo hay un país asiático que tiene cierta importancia (Indonesia, con el 6,5% de las importaciones de carbón de la UE en el período 2005-2009). Australia, que a veces se incluye en la región de Asia-Pacífico, supone el 9,8% de las importaciones de la UE. Otra conclusión es que el peso de Asia Central (las antiguas repúblicas soviéticas de la región: Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán) es todavía muy escaso (sólo el 0,9% en gas natural y menos aún en petróleo y carbón), aunque el futuro gasoducto Nabucco podría aumentar esa importancia.

Tabla 13. Importaciones de energía de la UE, cantidades acumuladas en 2005-09 (en % de las importaciones extra-UE)

 CarbónPetróleoGas natural
Noruega 25,722,0
Rusia21,636,530,6
Sudáfrica17,0  
EEUU8,7  
Colombia10,9  
Indonesia6,5  
Asia central0,20,60,9
Australia9,8  
Argelia 14,412,6
Libia 2,82,1
Nigeria 3,53,0
Trinidad y Tobago 1,11,0
Qatar 2,32,0
Resto del mundo25,313,125,8

Fuente: Eurostat.

Por el momento la inmensa mayoría de las importaciones de carbón de la UE procede de Rusia, Sudáfrica y Colombia. Las importaciones de petróleo se concentran en Rusia, Noruega y Argelia. Las compras de gas natural se originan principalmente en Noruega, Rusia y Argelia.

No cabe descartar que, ante el deseo de la UE de reducir su dependencia respecto de Rusia y a la vista de la eventual inestabilidad que podría darse en Argelia, aumente en los próximos años la importación de petróleo y, sobre todo, gas natural desde Asia Central. Pero de momento, la proporción es muy pequeña.

Inversiones europeas en Asia
Las inversiones directas de las empresas de la UE en Asia (a los efectos de este apartado, la suma de China, Japón, la India, la ASEAN, Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong) son relativamente escasas. En 2007, el último año anterior a la crisis financiera reciente, ascendieron a 41.250 millones de euros, el 7,5% de las inversiones totales de la UE. En 2009, bajaron a 18.750 millones, el 6,5%.

En 2007 la gran mayoría de la IDE de la UE fue a parar a EEUU (31,6%) y a los centros financieros extraterritoriales (offshore financial centres, 28,8%). Es más, en 2009 la proporción dirigida a África (7,5%) superó a la destinada a Asia.

Inversiones asiáticas en Europa
La IDE de países asiáticos, en porcentaje de la IDE total recibida por la UE, ha disminuido en años recientes, en parte como consecuencia de la crisis. En 2007 alcanzó 39.500 millones de dólares, el 9,5% de la inversión total. Los principales países inversores fueron Japón (4,4%), Singapur (2,5%) y Hong Kong (1,4%). En ese año China y la India invirtieron en la UE unas cifras de 754 millones de euros (0,2%) y 1.169 millones de euros (0,3%), respectivamente, unas cantidades relativamente pequeñas. En 2009, la inversión total de los países asiáticos fue de 5.553 millones de euros, equivalentes al 2,6% de la inversión total.

Los datos, todavía provisionales, para 2010 indican que la inversión china ha aumentado ligeramente (hasta 866 millones de euros, el 1,6%) mientras que la inversión india ha disminuido (hasta 568 millones, el 1,0%). En ese año, destaca la fuerte inversión procedente de Hong Kong (11.341 millones, el 20,9% de la inversión total). Cabe pensar de una parte de las inversiones chinas en la UE se ha canalizado a través de Hong Kong.

En suma, en 2010, China (incluyendo Hong Kong) invirtió más de 12.000 millones de euros en la UE y supuso casi una cuarta parte de la inversión total recibida por la UE.

Inmigración asiática en la UE
Por último, cabe hacer una breve referencia a la inmigración asiática en la UE. Según los últimos datos disponibles, en 2010 había 4,13 millones de inmigrantes asiáticos en la UE, equivalentes al 20,5% de la población inmigrante total procedente de países extra-EU. Esa cifra es inferior a los 4,77 millones de inmigrantes procedentes de África (el 23,7% de la inmigración total).

Para una población total de más de 500 millones de personas, la inmigración extra-EU supone apenas el 4% de la población total, mientras que la inmigración asiática representa el 0,8% de esa población.

Por grandes regiones de Asia, los inmigrantes asiáticos se repartían de la siguiente manera: 1,64 millones de personas de Asia meridional; 942.000 personas de Asia nororiental; 795.000 personas de Asia sudoriental y 642.000 personas de Asia occidental.

En lo que se refiere a la evolución reciente de la inmigración asiática en Europa, cabe hacer algunas reflexiones sobre el caso de la inmigración china. En la Tabla 14 figuran las entradas de inmigrantes chinos en 2000, en 2007 (primer año anterior a la crisis) y en 2009, con arreglo a los datos más recientes de la OCDE, en los siete países de la UE con mayor inmigración (más de 100.000 inmigrantes, en cada caso, en 2009).

Tabla 14. Inmigración china en varios países de la UE (en miles)

 200020072009Inmigración en 2009Factor 2000-09
Alemania14,713,615,4606,31,05
España4,820,418,6469,33,88
Reino Unido19,621,022,0430,01,12
Italia15,417,418,3286,21,19
Francia1,83,74,1126,22,28
Países Bajos1,84,94,3104,42,39
República ChecaSd1,00,6102,5sd
Total58,182,083,32.124,91,43

Fuente: OCDE, 2011.

En esos siete países la inmigración china pasó de 58.100 personas en 2000 a 83.300 en 2009, un aumento del 43%. El crecimiento de la inmigración china fue más fuerte en España, Francia y los Países Bajos. Es de destacar igualmente que la crisis frenó el ritmo de entrada de inmigrantes chinos en España, los Países Bajos y la República Checa.

Conclusiones

El auge de Asia está llamado a continuar en próximos decenios. Según un estudio prospectivo reciente del Banco Asiático de Desarrollo, la parte de Asia en el producto bruto mundial pasará del 26% en 2010 al 51% en 2050, convirtiendo plenamente al siglo XXI en el “siglo de Asia” (BAsD, 2011).

Esa previsión se basa, claro está, en el supuesto de que Asia podrá mantener tasas elevadas de crecimiento en los próximos 40 años, lo que depende naturalmente no sólo de que no se registren acontecimientos extraordinarios que frenen abruptamente esa expansión (los llamados “cisnes negros”, que podrían ser conflictos bélicos, cambios políticos repentinos, crisis económicas o medioambientales, catástrofes naturales, etc.) sino también de que Asia sea capaz de resolver, razonablemente bien, los desafíos que tiene por delante. Entre tales retos se cuentan la pobreza (todavía hay en Asia 950 millones de personas que viven con unos ingresos diarios inferiores a 1,25 dólares), la urbanización acelerada, el envejecimiento demográfico en algunos casos (como Japón pero también China), la necesaria reducción de la intensidad en consumo de recursos, la imprescindible adaptación al cambio climático o la constante modernización de sus sistemas de gobierno.

En particular, es preciso que Asia cambie sus pautas de consumo si quiere disfrutar de un desarrollo sostenible y contribuir a la lucha global contra las amenazas medioambientales, tal y como sugiere Nair (2011).

Si se cumple la previsión del BAsD, la parte de Europa en el producto bruto mundial podría pasar del 26% en 2010 al 18% en 2050. Esa caída se sumaría al descenso de América del Norte, cuya parte pasaría del 26% al 15%. Dicho de otro modo, en 2050 Occidente supondrá una tercera parte de la economía global, mientras que Asia representará más de la mitad.

La UE necesita ajustarse, mejor de lo que lo está haciendo hasta ahora, al advenimiento en curso del siglo de Asia (véanse las dimensiones políticas de ese ajuste en Islam, 2011).

Las páginas precedentes han intentado sugerir que, pese a unos intercambios crecientes, la UE debería exportar más mercancías y servicios a Asia, no sólo para reducir el importante déficit bilateral sino también para vincularse más adecuadamente con unos mercados dinámicos. El informe citado del BAsD prevé que la clase media en Asia aumentará en nada menos que 3.000 millones de personas de aquí a 2050, con lo que se está abriendo el mayor mercado de consumo de la historia de la humanidad.

Una de las formas de exportar más a los países asiáticos es incrementar las inversiones directas en ellos, ya que las inversiones suelen arrastrar exportaciones, especialmente si, como es previsible, la producción de las fábricas extranjeras se orienta hacia los mercados interiores. No tiene sentido que la inversión de empresas de la UE en Asia suponga sólo el 7% de toda la inversión exterior de la UE. Esa proporción debería ser aumentada. La mayor parte de la inversión europea fuera de la UE se dirige a mercados maduros y de escaso crecimiento (como EEUU) o a centros financieros extraterritoriales. Esa situación deberá cambiar si la UE desea sacar más y mejor provecho del auge asiático.

En cuanto a la energía, no cabe hacerse muchas ilusiones sobre el potencial que puede ofrecer Asia central como zona de suministro de la UE. En otras razones, las resistencias de Rusia a esa diversificación están siendo muy importantes. Y, en cualquier caso, las predicciones de los especialistas anticipan que Asia Central no supondrá más del 6% de la producción total de energía hacia 2025 o 2030.

Por el contrario, sí cabe esperar un aumento de la inversión directa de empresas asiáticas (sobre todo chinas e indias), así como de la inversión en cartera (en títulos de deuda pública y en acciones bursátiles, entre otros activos), en la UE. Los temores a una supuesta “desnacionalización” empresarial y a una eventual pérdida de soberanía económica y política parecen muy exagerados, al menos por el momento.

También es de prever un aumento de la inmigración asiática en la UE. Hasta la fecha, esa inmigración sólo supone el 20% de la inmigración total extra-UE y menos del 1% de la población total de la UE. En este caso también, los temores no están fundamentados. De hecho, la inmigración china en los principales países de la UE ha aumentado un 40% en el último decenio, sin que tal cosa haya provocado tensiones sociales de importancia, incluso tras el inicio de la crisis financiera internacional reciente.

En definitiva, el auge de Asia, cuyas diversas facetas se han intentado poner de manifiesto en las páginas anteriores, es seguramente el acontecimiento más importante que ha vivido el planeta desde, al menos, la Revolución Industrial. De las iniciativas de los propios europeos depende que la UE sea capaz de sacar provecho, una vez superados sus problemas internos, de ese auge y pueda así evitar la irrelevancia en los asuntos globales.

Referencias

Banco Asiático de Desarrollo (2011), Asia 2050. Realizing the Asian Century, BAsD, Manila.
Bustelo, P. (2010), “El ascenso económico de Asia-Pacífico: contornos, alcance e implicaciones estratégicas”, en El auge de Asia: implicaciones estratégicas, Cuaderno de Estrategia, nº 143, Instituto Español de Estudios Estratégicos e Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado, Ministerio de Defensa, Madrid, pp. 83-120.
Bustelo, P. (2011a), “Las contribuciones de China al crecimiento económico global”, Economía Exterior, nº 56, primavera, pp. 29-38.
Bustelo, P. (2011b), “Chindia. Consecuencias económicas globales y en España”, Información Comercial Española. Revista de Economía, nº 859, marzo-abril.
HSBC (2011), The World in 2050. Quantifying the Shift in the Global Economy, HSBC, Londres.
Islam, S. (2011), Europe and the Asian Century, Friends of Europe, Bruselas.
Nair, C. (2011), Consumptionomics: Asia’s Role in Reshaping Capitalism and Saving the Planet, John Wiley and Sons, New Jersey.
OCDE (2011), International Migration Outlook 2011, OCDE, París.


[1] Texto de la conferencia pronunciada, con el título “Europa ante la emergencia asiática”, en el Curso de Verano “La odisea de Europa en la globalización: ¿un viaje sin destino?”, organizado por EUROBASK (www.eurobask.org) en la Universidad del País Vasco (San Sebastián), los días 18 a 20 de julio de 2011. El autor agradece la amabilidad de EUROBASK al permitir la reproducción de este trabajo.

[2] Existen naturalmente otras dimensiones del auge de Asia, como son su impacto en el medio ambiente, el turismo o la ciencia y tecnología, que, por razones de espacio, no se puedentratar aquí. No obstante, véase una visión general de esos aspectos en Bustelo (2010).