La reacciones latinoamericanas frente a los acontecimientos de Libia

La reacciones latinoamericanas frente a los acontecimientos de Libia

No ha habido un pronunciamiento único y ni siquiera los distintos gobiernos iniciaron consultas entre si para coordinar sus respuestas. El tono de las mismas varía en función de la concepción sobre la democracia existente en cada país, de la mayor o menor cercanía entre los dirigentes latinoamericanos y Muamar el Gadafi, tanto en el presente como en el pasado, y de los intereses (petróleo, comercio, construcción de obras de infraestructura) que cada país tiene en sus relaciones bilaterales con Libia.

De momento, las reacciones varían desde la suspensión de relaciones diplomáticas anunciada por el presidente del Perú Alan García, a la cerrada defensa del régimen de Gadafi por parte del presidente nicaragüense Daniel Ortega. En el medio, la variedad de respuestas es amplísima, incluyendo el silencio de algunos. 
Una línea de análisis común en algunos gobiernos, especialmente aquellos que forman parte del ALBA (Alianza bolivariana de los pueblos de nuestra América), es rescatar el pasado revolucionario de Gadafi y presentar la sublevación popular como un intento del “imperialismo norteamericano” para invadir Libia y apropiarse de los recursos petroleros. Esta es el principal hilo conductor de la última “Reflexión” de Fidel Castro, dedicada a los hechos libios. El gobierno venezolano, en sintonía con la postura cubana, dice seguir de cerca los acontecimientos, según manifestó el ministro de Exteriores Nicolás Maduro. De todas formas han comenzado a producirse en círculos bolivarianos algunas reacciones que apuntan al temor de que la trama imperialista contra Libia puede repetirse en Venezuela o en otros países latinoamericanos.

Algunos gobiernos, casos de Bolivia y Argentina, han optado por pedir la solución de los problemas sin condenar el ejercicio de la violencia por parte del gobierno libio. Más contundentes han sido los gobiernos de Brasil, Chile o Costa Rica, por mencionar algunos ejemplos.

A continuación se mencionan algunas reacciones nacionales relevantes:

Argentina

La postura argentina ha sido muy moderada y elude hablar de la responsabilidad del gobierno de Gadafi en la muerte de cientos de ciudadanos libios. En parte, por unas declaraciones de la presidente Cristina Fernández de Kirchner en noviembre de 2008, cuando afirmó: “Yo también, al igual que el líder de la nación Libia, hemos sido militantes políticos, desde muy jóvenes, hemos abrazado ideas y convicciones muy fuertes y con un sesgo fuertemente cuestionador al estatus quo que siempre se quiere imponer para que nada cambie y nada pueda transformarse”. En relación con los actuales sucesos, el ministerio argentino de Exteriores hizo público un comunicado en el que afirma: “El gobierno argentino expresa su profunda preocupación por la grave situación en Libia, lamenta la pérdida de vidas y los actos de violencia acaecidos en los enfrentamientos.. La República Argentina hace votos para una pronta solución pacífica, dentro de un diálogo democrático constructivo y de absoluto respeto de los derechos humanos y de la voluntad del pueblo libio”.

Bolivia

El gobierno instó a Libia a resolver la crisis por vías pacíficas y al margen de cualquier “injerencia” externa.

Brasil

El gobierno repudió y consideró “inaceptable” el uso de la violencia contra los manifestantes y pidió a las autoridades libias que preserven la seguridad de los extranjeros (incluyendo a cientos de ciudadanos brasileños), además de llamar a superar la crisis mediante el diálogo. En una nota oficial del ministerio de Exteriores, que alude al “deterioro de la situación”, el “gobierno brasileño llama a las partes involucradas a que busquen una solución para la crisis por medio del diálogo, y reitera el repudio al uso de la violencia”. El ministro de Exteriores, Antonio Patriota, señaló que Brasil “repudia los actos de violencia contra manifestantes desarmados y ve con gran preocupación lo de Libia, pues parece que se alcanzó un grado de violencia absolutamente inaceptable”.

Costa Rica

El gobierno condenó “las acciones violentas por parte del Gobierno de Libia hacia su población” y abogó por una salida pacífica de la crisis. El ministro de Exteriores René Castro afirmó: “Lo que estamos presenciando es algo que creíamos había desaparecido de nuestra civilización, es una barbarie lo que se ha hecho con la población civil que protesta por su libertad… Es un genocidio lo que sucede en Libia y así debe ser tratado por la comunidad internacional”.

Cuba

Fidel Castro dedicó enteramente su “Reflexión” del 21 de febrero al tema libio. Prueba de que no se trataba únicamente de una opinión personal es que al día siguiente los medios oficiales cubanos se vanagloriaban de la gran cobertura informativa que habían tenido las opiniones del ex presidente en todo el mundo. Tras una larga introducción histórica, justificativa de la “revolución” de Gadafi, Castro afirmó: “Se podrá estar o no de acuerdo con el Gaddafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira… Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días. Los que con pérfidas intenciones inventaron la mentira de que Gaddafi se dirigía a Venezuela, igual que lo hicieron en la tarde de ayer domingo 20 de febrero, recibieron hoy una digna respuesta del Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro… Por mi parte, no imagino al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en parte o en su totalidad. Una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio. A la jefatura de esa organización belicista le urge hacerlo. ¡Hay que denunciarlo!”.

México

En un comunicado oficial, el gobierno de México “condena la violencia en contra de manifestantes civiles y hace un llamado a las autoridades a respetar los derechos humanos, a privilegiar el diálogo con todas las fuerzas políticas y a evitar el recurso de la fuerza”.

Nicaragua

El presidente Daniel Ortega manifestó haber estado en contacto telefónico con Gadafi: “He estado hablando con él, hemos estado hablando por teléfono, lógicamente él está librando nuevamente una gran batalla, ¡cuántas batallas ha tenido que librar Gadafi!”. Según Ortega, en las actuales circunstancias Gadafi está buscando cómo dialogar, “pero (para) defender la unidad de la nación, que no se vaya a desintegrar el país, que no vaya a darse una anarquía en el país”. Ortega describió lo sucesos de Libia como una “situación terrible, donde existe conspiración de todo tipo y enfrentamientos, saqueos del comercio, entre otras situaciones”.

Paraguay

El ministerio de Exteriores manifestó “su preocupación por el rápido deterioro de la situación creada en Libia y exhorta a las partes en conflicto a que tomen las medidas oportunas para que sea respetado el derecho a la manifestación pacífica, descartando la violencia como vía de expresión… A su vez, alienta al Gobierno libio a que realice todos los esfuerzos necesarios para que esta crisis política sea resuelta por medio del diálogo, buscando salvaguardar los intereses del pueblo”.

Perú

El gobierno comenzó por condenar “enérgicamente” la represión de los manifestantes en Libia y pidió la intervención de la ONU “con medidas eficaces” para “fomentar la paz y la tranquilidad” en Libia. Una nota oficial del ministerio de Exteriores “deplora la pérdida de vidas humanas y el uso de la violencia, a la vez que expresa sus sentimientos de pesar a los familiares de las víctimas”, y recuerda que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos garantiza la vigencia de las libertades fundamentales. Posteriormente, el presidente Alan García dijo tajantemente que “Perú suspende toda relación diplomática con Libia, en tanto no cese violencia contra el pueblo [libio]”.

Venezuela

Fue mencionada como posible país de acogida para Gadafi, situación que fue descartada tanto por el gobierno venezolano como por el libio. La administración de Hugo Chávez expresó sus deseos para que “el pueblo libio encuentre, en ejercicio de su soberanía, una solución pacífica a sus dificultades, que preserve la integridad del pueblo y la nación libia, sin la injerencia del imperialismo”. El ministro de Exteriores Nicolás Maduro habló telefónicamente con su colega libio Moussa Koussa, con el que acordó mantener el contacto para “intercambiar información de primera mano sobre la evolución de la situación en ese país hermano”. En su visita a Venezuela en 2009 Gadafi afirmó: “quieren dominarnos, pero nosotros nunca nos vamos a rendir ante nadie. Están enfrentando el renacimiento del Sur. Latinoamérica, África y Asia… vamos a hacer del Sur un nuevo frente”.