Notas sobre el primer seminario CIPI-Elcano en La Habana

Nuestros investigadores Gonzalo Escribano, Carlos Malamud e Ignacio Molina hace unos días en La Habana. Foto: Gonzalo Escribano
Nuestros investigadores Gonzalo Escribano, Carlos Malamud e Ignacio Molina hace unos días en La Habana. Foto: Gonzalo Escribano
Nuestros investigadores Gonzalo Escribano, Carlos Malamud e Ignacio Molina hace unos días en La Habana. Foto: Gonzalo Escribano
Nuestros investigadores Gonzalo Escribano, Carlos Malamud e Ignacio Molina hace unos días en La Habana. Foto: Gonzalo Escribano

El pasado 14 de mayo tuvo lugar el primer seminario conjunto entre el Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) y el Real Instituto Elcano en la Habana.  Con el título “La Unión Europea: perspectivas del proceso integracionista y de su incidencia sobre los equilibrios regionales y globales”, el encuentro se estructuró en tres paneles dedicados a las dinámicas internas y externas de la UE,  las perspectivas de la integración latinoamericana y su interacción con los grandes actores globales, y las repercusiones de la presidencia Trump en el orden internacional. Por parte cubana se contó con una presencia variada de los distintos actores dedicados al análisis y estudio de las relaciones internacionales en el país. Además de los investigadores del CIPI, hubo representación del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), dependiente del ministerio de Relaciones Exteriores, el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), la Universidad de La Habana (con participación de la cátedra Jean Monnet, el Centro de Investigaciones de la Economía Internacional (CIEI) y el Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU)) y la Revista Temas. Se procedió también a la firma de un acuerdo de colaboración entre el CIPI y el Instituto Elcano con el objeto de estructurar la relación y darle continuidad futura.

Durante el seminario tuvo lugar un franco y cordial intercambio de pareceres sobre la situación internacional, con especial foco en el papel de la UE, la integración latinoamericana y el papel de Rusia, China y Estados Unidos, tanto en el hemisferio americano como fuera de él. El papel de la UE estuvo de especial actualidad por la celebración por primera vez del Consejo Conjunto UE-Cuba el día posterior al seminario (15 de mayo) para abordar la ejecución del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, que se ha aplicado de manera provisional desde noviembre de 2017.

En él, ambas partes se comprometieron a iniciar cinco diálogos sobre 1) la lucha contra la proliferación de armas de destrucción masiva, 2) el control de armas convencionales, 3) la solución a las medidas coercitivas unilaterales, 4) la aplicación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y 5) los derechos humanos. En el primer panel del seminario se constató la relevancia de la UE para Cuba, sin dejar de reconocer la solidez de la relación transatlántica pese a los desencuentros europeos con la administración Trump en materia comercial y de política climática. También se debatió la compleja situación geopolítica de la UE, marcada por la rivalidad con Rusia al Este y la fragmentación de la vecindad mediterránea tras las revueltas árabes de 2011.

El segundo panel se centró en los retos de una integración latinoamericana también fragmentada en iniciativas competidoras, sobre las que no faltó la esperada división de opiniones. Hubo también diferencias de enfoque notables respecto al papel de Rusia, percibido como aliado por la mayor parte de los expertos cubanos y como rival estratégico de la UE por parte española. En cambio, hubo cierta sintonía respecto a China y otros actores, siendo destacados por los participantes cubanos el papel de Argelia, Brasil y Vietnam. Evidentemente, las divergencias se ampliaron en lo referido a la situación de Venezuela y las posibilidades de que América Latina ejerza un papel facilitador en el país.

El panel dedicado a Estados Unidos registró también algunos contrastes interesantes. Los analistas cubanos interpretaron la presidencia Trump como la mera continuidad de la política estadounidense, mientras por parte de los participantes de Elcano se apreció una clara ruptura en el campo comercial y climático, pero no tanto en el de seguridad. Por ambas partes se criticó el proteccionismo de la nueva administración y se reivindicaron las medidas de apertura hacia Cuba de la administración Obama revertidas por el nuevo presidente.

Se trató, en suma, de un ejercicio interesante y necesario para contrastar análisis cruzados y mejorar la percepción de las partes sobre sus respectivas preferencias de política exterior. Se creó así una base para análisis futuros más enfocados, dentro de los cuales la relación bilateral hispano-cubana y la relación entre Cuba y la UE, junto a los cinco diálogos en torno a los cuales esta última se estructura, ofrece una agenda de investigación exigente para los próximos años.