OPEP: presente, pasado y futuro

OPEP: presente, pasado y futuro

Me han pedido que les hable, señoras y señores, sobre la OPEP: su pasado, su presente y su futuro. Para hacerlo necesitaría días, no horas, y no tengo semejante privilegio. Cuento con un tiempo limitado, tengo que atenerme a las instrucciones de mis anfitriones. Así que voy a hacer una breve valoración del pasado, presente y futuro, subrayando los puntos principales y permitiré que sean ustedes, el público, quienes me hagan preguntas sobre lo que consideran que son los puntos importantes sobre los que les gustaría que me extendiese.

La OPEP, como saben, nació en 1960. En sus 10 primeros años no tuvo impacto sobre el precio del crudo, aunque se había creado con el fin de mantener los precios a los niveles anteriores a agosto de 1960. No pudieron hacerlo. La industria del petróleo estaba en manos de las principales empresas del petróleo y eran ellas las que decidían la producción y los precios. Solíamos llamarlos precios para el pago de impuestos, o precio de referencia (posted price). Durante 10 años lo único que hizo la OPEP fue mejorar sus ingresos por barril por medio de bonificaciones, regalías, etc. Unos pocos centavos aquí, unos pocos centavos allá.

Algo que deben de comprender sobre la OPEP es que no se trata de un frente unido. Sus miembros tienen cada uno distintas políticas e intereses. Algunos disponen de enormes reservas, otros de reservas muy pequeñas. Algunos son políticamente rebeldes y otros se podrían calificar de moderados. En los primeros 10 años fue Venezuela, por un lado, quien pujaba por que aumentasen los ingresos de los gobiernos del Golfo Pérsico para que su petróleo no acabase en Norteamérica compitiendo con el de Venezuela. Por su parte, Irán, durante la era del Sha, se oponía a ello. Arabia Saudí estaba en el medio y lo que quería era acercar las posturas de ambas partes y resolver problemas.

La nueva era del petróleo llegó en 1970 cuando el precio del crudo se decidía conjuntamente entre los productores y las petroleras. Para quienes conocen la historia, hablamos del Tratado de Teherán y del Tratado de Trípoli. Después de estos tratados y durante dos años, una vez que habíamos fijados los precios de forma conjunta y establecido las normas sobre cómo aumentar los precios paso a paso teniendo en cuenta la inflación etc., nos dimos cuenta de que lo que llamábamos el “precio realizado” había subido, por lo que la OPEP merecía una mayor proporción de tal incremento. Queríamos percibir este dinero extra pero Irán se negó. Por entonces, Irán estaba en contra de cualquier aumento de los precios del petróleo. Menciono este hecho para que lo recuerden un poco más adelante durante mi charla. Pero, de pronto, Irán cambió de opinión respecto a un aumento del precio del petróleo, así que fuimos a Viena a negociar con las petroleras. Esto ocurrió sólo tres días después de la Guerra de Octubre. En Viena vimos que las empresas petroleras no querían seguir negociando con nosotros. Querían que fuésemos nosotros quienes decidiésemos el precio del crudo. Así fue como empezó la verdadera vida de la OPEP. Fuimos a Kuwait, esto fue después de la guerra, ¿recuerdan?, y decidimos subir el precio del petróleo de 3,2 dólares por barril para el crudo de referencia, es decir el petróleo arábico ligero, a 5,2 dólares por barril. Luego nos reunimos para decidir sobre medidas –y esta vez sólo se reunieron las compañías petroleras árabes– que permitiesen utilizar el petróleo como arma política en la guerra entre árabes e israelíes. Esto ocurrió hace mucho tiempo.

En fin, lo importante, lo que me gustaría explicarles, es que en la OPEP hay dos factores principales: el factor político y la mala gestión de los precios. Debo ser honesto con ustedes, aunque trabajé en la OPEP durante cierto tiempo –pero no me escucharon– la OPEP estaba mal dirigida y era esto lo que llevaba a una mala gestión de los precios, no los factores políticos. Y los factores políticos no eran las medidas sobre el petróleo tomadas por los árabes y el embargo contra EEUU, aunque pueda parecer así, pero la verdad es que resultaba una afrenta para Norteamérica enfrentarse a un embargo por parte de pequeños países como los del Golfo Pérsico y Libia. Una superpotencia no podía aceptar eso. Era demasiado. La reacción a lo que ocurrió se manifestó por etapas y de distintas formas. Todo ello sería un asunto para otra charla, y en todo caso no voy a hablar de ello hoy. Pero lo que resulta interesante es la mente de ese estratega tan inteligente, Henry Kissinger. Él consideró los distintos modos de hacer frente a la situación pero entonces se dio cuenta de que la subida del precio del petróleo –y esto puede sorprenderles– podría ayudar a restar poder a los productores árabes pues incentivaría la búsqueda de fuentes alternativas al petróleo. Llegó a un acuerdo con el Sha de Irán para ayudarle a subir al máximo los precios del petróleo al tiempo que le facilitaba la compra de armas para que se convirtiera en “el gendarme del Golfo”, tal como se le describió por entonces. El Sha encontró satisfactoria esta solución y así se hizo. Aquí pueden ver el giro de 180 grados en la política de Irán desde no querer un incremento de los precios del petróleo hasta desear una enorme subida de los mismos. Por supuesto, todo esto puede parecerles extraño.

Pero recuerdo que el Rey Faisal de Arabia Saudí estaba convencido de que una fuerte subida de los precios del crudo no era algo positivo para los productores árabes. Se oponía realmente a ello y así comenzó el enfrentamiento entre Arabia Saudí e Irán. El Rey Faisal me envió a hablar con el Sha de Irán para pedirle que detuviese su ofensiva de subida de los precios del petróleo. El Sha le contestó con un mensaje muy interesante. Le preguntó: “¿Por qué estás en contra de una subida del precio del petróleo? ¿Es para complacer a los norteamericanos? Ve a preguntar a Henry Kissinger. Es él quien desea altos precios del petróleo”. Cuando el Rey Faisal leyó este mensaje se dio cuenta de lo que había pasado y dejó de hablar con Henry Kissinger para que aconsejase al Sha de Irán que no subiese los precios del crudo. Les cuento todo esto para ofrecerles el factor político. Probablemente conocían ustedes los factores políticos obvios, pero no éste oculto y confidencial. Hubo varios factores políticos después de aquello. Tenemos la revolución iraní –un factor político–, la guerra entre Irán e Irak, otro factor. Y otros muchos factores políticos que ocurrieron desde entonces en el Golfo, la región del petróleo.

La mala gestión de los precios del petróleo se produjo cuando elevamos el precio del petróleo de la OPEP desde 5,2 dólares por barril a 11,2 dólares en solo cuatro meses. Que EEUU estaba en contra de cualquier descenso brusco de los precios del crudo y que deseaban por el contrario un precio más alto, algo entre ambos extremos, es un hecho conocido por quienes están dentro del negocio del petróleo. Así se demostró en repetidas ocasiones en la historia de la OPEP. Hay un libro, no sé si alguno de ustedes lo ha leído, llamado Un siglo de guerra, escrito por el profesor William Engdahl. Era un hombre sediento de conocimiento. En París se dedicó a recorrer las viejas librerías donde se venden libros viejos. Encontró una caja de papeles y preguntó: “¿Qué es esto?”. Le contestaron que alguien que había muerto había dejado allí sus escritos. Engdahl tomó la caja y la abrió. Allí encontró las actas de una reunión en una isla de Suecia a la que asistieron varias personas, entre ellas Henry Kissinger y la mayor parte de las empresas petroleras, cuando se decidió que el precio del petróleo debería subir un 400%. Y eso fue exactamente lo que ocurrió. De 3,2 dólares a 11,2 dólares, es decir un 400%.

Bueno, les acabo de dar los factores políticos. La mala gestión de la OPEP no consistió siempre en subir los precios, a veces también en bajarlos. Esto ocurrió en 1997 cuando la economía de los Tigres Asiáticos (los países de Asia Oriental), era fuerte pero comenzaba a debilitarse. La OPEP en lugar de reducir la producción, la incrementó provocando la caída de los precios de 1998. Pero gracias al secretario para la Energía de EEUU, Bill Richardson, quien intervino para resolver el problema entre Arabia Saudí e Irán y consiguió introducir el petróleo mexicano, se detuvo la caída de los precios e incluso estos subieron un poco. Por entonces se soñaba con elevar los precios hasta 18 dólares por barril. Pero este sueño no pudo realizarse hasta principios de los noventa. La OPEP tenía lo que se llamaba una “banda de precios”, de 22 a 28 dólares. Si los precios del crudo bajaban a 22 inmediatamente reducían la producción para subir los precios. Si el precio del petróleo subía entonces a 28 dólares, tras 20 días incrementaban la producción para paliar esta situación. Si recuerdan, en el año 2003, en una reunión que se produjo en el mes de febrero en Argelia, el precio del petróleo subió no sólo a 28 dólares sino que superó los 30. Todo el mundo esperaba una reunión de la OPEP en la que se decidiese un aumento de la producción para bajar los precios. Lo que ocurrió en aquella reunión fue muy significativo. Se reunieron y decidieron disminuir la producción. Y aquello fue el comienzo de unos fuertes incrementos del precio del petróleo.

Desde entonces, la política de la OPEP ha consistido en agotar las existencias comerciales de las empresas del petróleo. La existencia comercial es la reserva que tienen las empresas y de la que quieren deshacerse para que no haya espacio para la denominada “gestión de existencias”. En el negocio del petróleo, las empresas agotan sus existencias durante el invierno para hacer frente a la demanda de esta estación y empiezan a acumular reservas en el segundo trimestre y durante el verano para poder responder a la demanda del siguiente invierno. En ese momento, las empresas del petróleo no pudieron hacer esto. Lo ocurrido el año pasado fue muy significativo. Aunque el nivel de reservas en manos de las empresas era menor de lo que se necesitaba, la OPEP redujo la producción en 1,2 millones de barriles al día, lo que provocó una fuerte subida de los precios del crudo.

Creo que ya he hablado suficientemente del pasado. Pasemos al presente. Esta es la situación actual. Los precios están disparados. De hecho, de hecho, hoy mismo en Asia el precio del WTI ha llegado a casi 100 dólares por barril; 99 coma algo. Esto es alarmante, por supuesto, para los consumidores. Tiene que ser preocupante también para los productores de crudo si miran al futuro, porque los altos precios del petróleo reducirán el consumo y alentarán la inversión en fuentes de energía alternativas. En los años setenta, el elevado precio del petróleo ayudó a crear fuentes alternativas de suministro, como el Mar del Norte, México y otros. Y estas fuentes se llevaron parte de los ingresos de la OPEP. Con anterioridad, la OPEP producía un 70% del total de la demanda mundial. Después de aparecer las fuentes alternativas esa cuota de la OPEP descendió al 30% y los países no OPEP se llevaron el 70%. Hoy en día la amenaza para la OPEP no son las fuentes alternativas de suministro sino las fuentes de energía alternativas. Esto es lo que está ocurriendo ahora.

Si me preguntan por el futuro, me resulta más fácil hablarles del futuro a largo plazo. El futuro a largo plazo puedo verlo con claridad, sin duda ni ambigüedad. Será la era de las fuentes alternativas de energía. Esto lleva tiempo, depende de otros factores, pero ya vemos señales. En Norteamérica, por ejemplo, donde la gasolina es el producto más importante en el consumo energético –el 47% del consumo es de gasolina–, cada año se produce un aumento del consumo de gasolina paralelo al aumento de la población. Sin embargo, este año, por primera vez, el consumo de gasolina en EEUU se redujo en lugar de aumentar. En los países de la OCDE, por su parte, en el total de las energías que se utilizan, el consumo del petróleo ha descendido en 400.000 barriles. Etcétera, etcétera. Por supuesto, China y la India son los dos países que están absorbiendo una mayor cantidad de crudo. Aunque en China también se utiliza de forma masiva el carbón licuado. El carbón se transforma en gasolina y en otros líquidos. Y ambos países han optado por el uso de la energía nuclear. Sobre todo en la India y en Oriente. Aquí en Europa, sin embargo, poco se ha hecho respecto a la energía nuclear, si descontamos a Finlandia. Esto es lo que se denomina el “regreso de la energía nuclear”.

Por supuesto, en lo que se refiere al consumo de petróleo, el sector del transporte es el más afectado porque no es fácil sustituir los combustibles tradicionales. Se puede reemplazar la electricidad por energía nuclear o gas. Pero en el transporte esto es algo más difícil. Lo que se está hacienda por ahora es producir bio-combustibles, normalmente metanol, que se añaden a la gasolina. También tenemos coches híbridos, que funcionan con electricidad y con gasolina. Pero el cambio de verdad se producirá el día en que pueda utilizarse el hidrógeno a un precio razonable. Esto ocurrirá en el futuro pero llevará tiempo. Así que ésta es la situación actual. Cuánto tiempo dure depende de cuánto tiempo tengamos el petróleo a precios elevados porque esto permite a las empresas y a los gobiernos de los mayores países consumidores utilizar su enorme superávit para financiar la investigación sobre fuentes alternativas de energía.

Pero estoy seguro de que ustedes están interesados en el futuro inmediato, no tanto en el futuro a largo plazo. En la actualidad tenemos, hasta ayer, una escasez en las reservas, aunque los responsables de la OPEP dirían que son los que dirigen el mercado de futuros quienes tienen la culpa de todo esto. En el mercado de futuros están las empresas, a quienes nosotros llamamos los comerciales, que no se dedican a la especulación porque realizan operaciones de cobertura. Sin embargo, también tenemos los no comerciales, en los mercados de futuros del NYMEX, o de Londres, donde se negocian miles de millones de dólares en petróleo Brent. Ellos sí especulan pero, por supuesto, son inteligentes. No es como ir al casino y apostar por un número, que no sabes si saldrá o no. No, esta gente conoce de antemano el resultado y ahí está el problema. Pero parte del motivo de la escasez de reservas, una buena parte de hecho, es la mala gestión de los precios por parte de la OPEP por haber reducido su producción. Por supuesto esta acción de los no comerciales acelerará el efecto. Hoy en día, en Asia, el precio del WTI en las transacciones electrónicas llega a 99 dólares coma algo. Se acerca a los 100 dólares por barril. Dentro de la OPEP están quienes piensan que 100 dólares es un precio justo para el petróleo. Tan solo hace década y media, 18 dólares era un sueño, algo a lo que aspirar. Por entonces 28 dólares era el máximo en el que podían pensar. Y entonces el precio del crudo subió. No hay límites. Si estás en el gobierno y estás ingresando miles de millones de dólares cada día puede que no veas nada más allá de tus narices. Estás muy contento con el dinero que recibes cada día pero no te das cuenta del precio que tendrás que pagar más adelante.

Pese a todo, vemos algunas señales para 2008. Tan solo en este mes ha habido un aumento en la producción de la OPEP, la producción real; no en el medio millón de barriles decidido por la OPEP, que hemos seguido a través de los movimientos de los buques petroleros. No, se produjeron casi un millón de barriles más. Pero debemos esperar a que los buques lleguen a su destino por lo que la reducción no es inmediata. Hay varias cosas que debemos observar para saber qué ocurrirá en el año 2008. En primer lugar, el invierno: ¿será crudo?, ¿templado? ¿o normal? En segundo lugar, ¿qué hará la OPEP? Se reunirá en diciembre en Abu Dhabi. ¿Van a aumentar la producción como dicen, y como se les está pidiendo desde la AIE (Agencia Internacional de la Energía) y desde EEUU, entre otros? ¿O no? Mucha gente piensa que no elevarán la producción. Si la incrementan y el invierno no es muy crudo, ¿cuál será el efecto? Y algo muy importante, la economía en EEUU. ¿Sufrirá una ralentización debido a la crisis de las hipotecas inmobiliarias? ¿O se va a fortalecer? Estoy seguro de que todo el mundo entre el público está siguiendo estos acontecimientos y sabe lo que está ocurriendo. Si la economía norteamericana sufre un frenazo, China se verá afectada. La relación entre China y EEUU es muy interesante. Es una relación de amor-odio, porque China depende de la economía norteamericana. La mayor parte de las exportaciones de China van a EEUU y, como saben, China es una economía orientada hacia la exportación. EEUU, por su parte, depende de China porque vive con importantes déficit debido a sus ambiciosos gastos en las guerras de Irak y Afganistán. Ocurre lo mismo con otras guerras y con la llamada “guerra contra el terrorismo”. Todo esto exige dinero. Así que piden dinero prestado y la mayoría de estos préstamos proceden de China, quien, en lugar de quedarse con el dinero procedente de ese superávit del déficit comercial que tiene con EEUU, compra bonos del Tesoro y lo invierte en EEUU. Ahora bien, si algo le ocurre a la economía norteamericana y el dólar continúa cayendo, China se encontrará con una situación distinta y con menos dinero para invertir si quieren seguir con su política de inversiones. Norteamérica debe ir al mercado abierto para absorber ese dinero, lo cual no es bueno para la economía norteamericana, ya de por sí en baja forma. Hay que estar atentos a la economía norteamericana. ¿Se producirá una recesión en EEUU? ¿Una desaceleración? Nadie lo sabe realmente.

Por supuesto hay otras preguntas. ¿Atacará EEUU a Irán? Respecto a esta pregunta existen dos escuelas de pensamiento. Todo el mundo puede tener sus propias ideas sobre este asunto. Si EEUU ataca Irán, será un acontecimiento significativo y su efecto –por supuesto aquí tenemos otro “si”– si los iraníes reaccionan, lo cual es lo más probable, será horrible para todo el mundo. Como ha dicho el presidente Hugo Chávez, el precio del petróleo subirá a 200 dólares. Normalmente no presto mucha atención a sus declaraciones pero en esta ocasión creo que tiene razón, porque si Irán cierra el estrecho de Ormuz, estamos perdidos. Que Dios nos ayude a todos. Las primeras economías en colapsar serían la china y la india y, como no, la economía norteamericana iría después. Los estadounidenses pueden vivir sin los 16 millones de barriles diarios procedentes de los productores del Golfo a través del estrecho de Ormuz; ellos cuentan con sus reservas estratégicas y alguna producción autóctona. ¿Pero un precio de 200 dólares el barril? Eso es demasiado, incluso para EEUU.

Por otro lado está Europa. Quizá Alemania tenga una buena reserva estratégica y puede que Gran Bretaña sea capaz de sobrevivir algún tiempo, pero no el resto de los países europeos. Y ¿qué ocurre con los países en desarrollo, unos 75, a menos que la OPEP aumente de inmediato su producción? Así pues, éste es el retrato para 2008. Pero yo estoy convencido de que a medida de que nos adentremos en el futuro, llegarán fuentes alternativas de energía. Ya lo estamos viendo en el mercado y es la política oficial de los principales consumidores, en especial de EEUU.

Turno de preguntas y respuestas

P: ¿Tiene alguna postura o idea sobre cual debería ser el precio del petróleo para que la economía mundial sea sostenible como lo ha sido hasta ahora? Incluso triplicándose este precio la economía no se ha ralentizado en absoluto. Las bolsas están subiendo y a pesar de tener la crisis de las hipotecas basura en EEUU la economía no se está desacelerando. ¿Hasta qué precio se puede mantener la situación?

Mi otra pregunta es: Usted ha indicado que una de las políticas de la OPEP era mantener un precio que fuese la suficientemente bajo para que las fuentes alternativas no resultasen competitivas. En este sentido, ¿hasta qué punto el coste de la energía nuclear es algo que usted ha considerado? Como usted ha dicho el petróleo es necesario para el transporte, por lo que da lo mismo el precio que se le ponga pero podría haber sido sustituido hace 20 años por energía nuclear. ¿Hasta que punto tenían ustedes la energía nuclear en mente cuando intentaban decidir los niveles de precios?

R: Doy gracias a Dios todopoderoso por no ser en este momento el hombre que debe decidir cuál debe ser el precio del petróleo. Si usted habla en la OPEP nada por debajo de 100 dólares les parece justo, al menos a algunos de ellos. Pero no ocurre lo mismo con todos los productores de la OPEP. Sé que Arabia Saudí ha empezado a considerar una bajada de los precios. El mes pasado empezaron a hacer algo muy importante: aumentaron el diferencial del valor. El diferencial del valor es la diferencia entre el precio del crudo ligero y el precio del crudo pesado. El crudo pesado ha sido demasiado caro en los últimos dos o tres años, por lo que las refinerías que no cuentan con instalaciones para realizar el proceso de cracking no podían comprar este tipo de crudo porque era demasiado caro. Y la mayor parte de los excedentes actuales en Arabia Saudí son de crudo pesado. Este país ha aumentado el diferencial del valor, especialmente para EEUU, en las últimas semanas y esto es exactamente lo que necesitan las refinerías que no tienen instalaciones para hacer cracking. Así que han empezado a comprar en EEUU. Esto es un indicio y creo que aceptarán un precio más bajo que el actual. Sin duda, el presupuesto de Arabia Saudí puede vivir fácilmente con un precio de 50 dólares el barril. ¿Hasta qué punto puede Arabia Saudí ejercer su influencia? Tenemos vecinos en Irán, por ejemplo, que desean por lo menos 100 dólares y tenemos un colega en la lejana Sudamérica, en Venezuela; ellos no se conforman con menos de 100 dólares. Como ya he dicho, la OPEP no tiene una única voz. Cada miembro de la organización opina de una forma distinta. Así que si yo pienso, lógicamente, quizá 50 sea suficiente para los países consumidores que están buscando buenos ingresos de las petroleras que pueda invertirse en fuentes alternativas de energía porque es algo imprescindible para ellos. Seguirán en el empeño. El objetivo de estos países es reducir gradualmente su dependencia del petróleo hasta acabar por eliminarla por completo. Así que puede que alcancemos los 50 dólares, pero por favor no me citen como fuente.

Su segunda pregunta se refería a la energía nuclear. El problema de la energía nuclear no es solo una cuestión de seguridad. Pienso que esto es algo que pueden aceptar ahora y que están dispuestos a olvidar Chernobyl, Three Mile Island y todo eso. El problema real es la fuerte inversión de capital. A partir de ese coste inicial el coste operativo es muy pequeño. Se puede producir energía eléctrica a partir de la energía nuclear con muy poco dinero, si se compara con el petróleo o con otras fuentes. Así que lo que están hacienda ahora es realizar fuertes inversiones de capital para lo cual están acudiendo a los bancos. Está ocurriendo ahora mismo, si observamos el número de nuevas plantas nucleares en China, Japón, Corea del Sur y la India. Las plantas nucleares están aumentando sin cesar. Incluso en EEUU están empezando a renovar sus antiguas plantas y ampliar su vida útil. En la actualidad tienen un buen número y hay otras en proyecto. Vuelve lo nuclear. Es un hecho. La inversión se limita al capital inicial. Pero una vez que la cosa está en marcha el coste es inferior a cualquier precio del petróleo. También tenemos el carbón para licuar. Aquí la pionera es China porque dispone de una enorme cantidad de carbón. China ya tiene cuatro plantas terminadas; una de ellas con Shell. También tenemos el gas que es una fuente de energía limpia. Se convierte el gas en líquido. Este proceso ya está demostrado y se está llevando a cabo en Qatar. El gas es también importante en otras zonas. Se puede convertir el gas en líquido y transportarlo. Incluso los aviones pueden volar ya con gas, y eso es lo que ha hecho Qatar. Han comprado aviones capaces de utilizar el gas como combustible. Pero lo nuclear vuelve de todas formas porque, a fin de cuentas, es barato.

AQUI EL EMBAJADOR IRANÍ REALIZA UNA LARGA EXPOSICIÓN SOBRE OTROS FACTORES RELACIONADOS CON EL PETRÓLEO, COMO LA DEVALUACIÓN DEL DÓLAR, LA GUERRA EN IRAK Y LA DISPUTA SOBRE EL PROGRAMA NUCLEAR IRANI, ENTRE OTROS ASUNTOS, PERO NO PLANTEA NINGUNA PREGUNTA CONCRETA.

R: En referencia al dólar, es cierto, el dólar ha bajado. Y con su bajada, se redujeron los ingresos reales de los productores de petróleo. Pero si examinamos lo que ha bajado el dólar, el precio del crudo debería situarse en los 80 y muchos dólares. Eso por un lado. A lo largo de la vida de la OPEP ya hemos vivido esta situación de devaluación del dólar, por ello creamos la llamada “cesta de Ginebra 1” que posteriormente pasó a denominarse “Cesta de Ginebra 2”. Esto es algo muy conocido. Después de ello el dólar subió de forma espectacular. En la OPEP nos encanta el dinero, claro. Pero es natural. El dinero gusta a todos los seres humanos. Así que volvimos al dólar. Luego el dólar bajó y quisimos pasar del dólar al DEG (Derechos Especiales de Giro) pero no pudimos por distintas razones.

He dicho que la OPEP no tiene un frente unitario. Hemos abordado ese tema respecto a la energía nuclear. Si queremos analizar la disputa entre Irán y Norteamérica, no se trata en realidad de la energía nuclear únicamente. Por supuesto a EEUU le preocupan los intereses de Israel, quien a su vez no quiere que Irán sea un vecino poderoso. Ya tiene armas convencionales y se está convirtiendo en una auténtica potencia, la mayor potencia del Golfo. Israel no desea esto ni tampoco por supuesto lo desea EEUU porque en los noventa, cuando George Bush padre vino a liberar a Kuwait, en realidad vino también a establecer una presencia militar permanente en el Golfo. Pero cuando llegó su hijo e invadió Irak, lo que hicieron en realidad fue darle un mayor poder a Irán. Este país se convirtió en una gran potencia, les guste o no a los norteamericanos. La invasión de Afganistán y el derrocamiento del régimen talibán también ayudó a Irán. Los talibán son suníes… gente fanática. Luego llegó EEUU e invadió Irak. Y ahora la situación real es que Irák está ocupada por los estadounidenses y gobernada por los iraníes. Esta es la realidad. El problema ahora, amigos míos, no es lo que parece según (el jefe de la política exterior de la UE, Javier) Solana, y otros, es decir la energía nuclear, porque este asunto viene desde los tiempos del Sha. Él introdujo la energía nuclear y quiso que su país fuese una potencia nuclear. Israel se opone a esto porque quiere ser la única potencia nuclear de la región. El problema es más complicado que eso. Puedo darles una conferencia analizando la situación durante dos o tres horas más. Lo que EEUU quiere es negociar con Irán sobre Irak. Cuando miras a EEUU ves que tienen una agenda, un objetivo. Quieren que los iraníes se retiren y les den paz en Irak. La situación de Irak es una baza para los iraníes a la hora de negociar. Si EEUU puede y quiere ceder algo a los iraníes puede que estos accedan a llegar a un acuerdo, pero cualquier acuerdo tendrá que ver con la presencia militar de los norteamericanos en el Golfo. Lo que hizo George Bush padre. Esta situación, amigo mío, es tremendamente complicada. No deberíamos de mirar realmente al precio del petróleo, si es bueno o malo, eso es muy peligroso. Cuando se contempla la situación si ponerse de un lado ni de otro, creo que la respuesta difiere de lo que ustedes creen. Ustedes son productores de petróleo. En mi Centro de Investigación hemos realizado muchos estudios acerca de la necesidad que tiene Irán de energía nuclear. Estuvimos dos días allí, hablamos con altos cargos iraníes y sabemos que necesitan electricidad. Lo entendemos. Pero, amigo mío, tenemos que velar por nuestros intereses a largo plazo y comparar. Vuestro problema con EEUU no se resuelve con un ataque. No nos digan que no van a atacar. Hay algunas personas dentro de la Administración norteamericana que realmente desean atacar, pero este es el último año de George Bush hijo, por lo que quizá no puedan hacerlo. Ahora bien, lo desean. Como saben ustedes, hay quienes dicen que EEUU nunca atacará porque el presidente no tiene el poder constitucional de declarar una guerra. Esto sólo puede hacerlo el Congreso. Pero él puede hacerlo si esgrime motivos de defensa. Así que si EEUU puede provocar a los iraníes, quienes como bien saben ustedes son listos, desean ser provocados. Si se les provoca y ellos pueden hacer cualquier cosa que pueda verse como un ataque contra intereses norteamericanos, actuarán. O harán que actúe Israel, reaccione Irán o no. No se puede descartar ninguna de las dos posibilidades, pero atacar a Irán es un error mayúsculo. Lo sabemos y es además un error que perjudicará al mundo entero. Estoy seguro, por lo tanto, de que los europeos están preocupados, los chinos están asustados, nuestros amigos en Rusia, a lo mejor. Han sido sus amigos hasta ahora, pero esa amistad se basaba en intereses mutuos. Si el precio del crudo sube a 200 dólares, los rusos volverán a ser ricos porque podrán exportar su petróleo y obtener elevados ingresos.

P: Encuentro muy interesante lo que ha dicho sobre los acuerdos secretos entre Henry Kissinger y el Sha de Irán para hacer subir los precios del petróleo. Usted dice que la política de los países consumidores, en especial de los principales países consumidores, sigue siendo el liberarse de la dependencia del petróleo y lo hacen, supongo, manteniendo los precios altos. Y usted dice además que un eventual ataque contra Irán dispararía los precios. Desde ese punto de vista uno puede imaginar que algunas personas en EEUU estarían interesadas en atacar Irán simplemente para provocar una escalada de precios y favorecer su objetivo de acabar con la dependencia del petróleo.

Y una segunda pregunta muy breve: ¿Ve usted algún futuro, digamos en los próximos dos años, para los contratos de petróleo en euros? Es decir que se cambien las denominaciones de los precios del crudo de dólares a euros?

R: En respuesta a la primera pregunta: si nos fijamos en los intereses norteamericanos, hay quien piensa que EEUU, como cualquier otro consumidor, debería estar interesado en una bajada de los precios del petróleo. Esto no es cierto. Desean tener un precio que no sea demasiado bajo ni demasiado alto, excepto si existe una motivación política. EEUU está formada por muchos estados: estados productores como Texas, Oklahoma, California, etc., y estados consumidores como Massachussets, Nueva York y los demás. Así que si nos fijamos en el interés de los estados productores, EEUU necesita precios del crudo altos. Si nos fijamos en los intereses de los estados consumidores se necesitan precios bajos. Un precio intermedio sería el precio adecuado para EEUU. Por ejemplo, cuando en Arabia Saudí se intentó subir el precio en 1985, por otro motivo, se trataba de una decisión política. George Bush se alarmó tanto que vino a hablar con nosotros. Yo tuve una larga conversación con él y él hizo una declaración –pueden buscarla en los archivos– indicando que cualquier precio por debajo de los 18 dólares era contrario a los intereses nacionales de EEUU. Les cuento esto para que puedan entender. Pero cuando Henry Kissinger lo hizo –y tengo pruebas de ello, no me lo estoy inventando– lo hizo con el fin de castigar a los pequeños países árabes que se levantaron contra una superpotencia. Quiso despojarlos de semejante poder y lo consiguió con un precio alto del petróleo. Cuando se trata de examinar estas cuestiones, o te vuelves codicioso y quieres un precio alto del crudo o tienes un punto de vista estratégico a largo plazo y quieres un precio que no sea demasiado alto.

La segunda pregunta se refiere al euro. Debemos distinguir entre dos cosas distintas al fijar el precio del barril con esta moneda. Como les he dicho, empezamos con el dólar porque era la moneda dominante en el mundo y tenemos lo que se llama el euro-dólar. Es la única moneda que puede expandirse todo lo que se quiera. Tan sólo tiene un límite: el dólar norteamericano. Pero un día la OPEP tomó una decisión –esto es conocido– y establecimos una cesta con seis monedas distintas. Y luego cambiamos aquella cesta por otra con lo que llamamos un promedio ponderado. Después abandonamos esta cesta y volvimos al dólar porque la divisa norteamericana estaba en alza. Queremos dinero. Más tarde algunos países, especialmente Irán, quisieron dejar el dólar y pasar al DEG; otra cesta conocida por parte del público. No funcionó. Ahora tenemos que diferenciar dos cosas: la divisa con la que fijamos el precio –y esto se define por cuánto ganas como productor por tu barril– y la divisa que se utiliza para comprar el barril de crudo. Si ustedes y los países de la OPEP empiezan a utilizar el euro, el valor del euro se dispararía. No sería bueno para los europeos porque para un país como Alemania, también orientado hacia la exportación, sus bienes de consumo no serían competitivos en el mercado si el euro tuviera un valor alto. Los británicos ya están sufriendo por el alto valor de su libra esterlina. Así que debemos distinguir entre cómo fijar los precios y cómo cobrar. Si los pagos se realizan en dólares, significa que quien quiera comprar un barril de crudo debe comprar dólares. Así que hay una demanda de dólares. Cuando dejes de hacer los pagos en dólares, el valor de esta divisa sufrirá una brusca depreciación. Así que estas cosas son muy complicadas. Sé que tanto nuestros amigos de Irán como nuestros amigos de Venezuela prefieren el euro, o cualquier otra moneda, pero aquellos productores de la OPEP que no quieren perjudicar a EEUU, no creo que dejen el dólar. Se quedarán con él. Es un asunto muy complicado. Hay que observarlo desde el punto de vista del mercado del dinero pero también desde un punto de vista político.

P: Hemos hablado desde el lado de los proveedores del mercado. Es lógico porque sabemos que quizá haya restricciones en el suministro e incapacidad para producir lo suficiente. Pero hay un lado de la demanda en la ecuación. Usted ha hablado sobre China. ¿Cree que podría haber cierta lógica en el argumento norteamericano de que China debería permitir una apreciación importante de su moneda porque si se mira desde el punto de vista de reducir el crecimiento de la producción en China, esto quizá podría resolver bastantes problemas porque la situación actual –y esto enlaza de alguna manera con su argumento sobre las divisas– es que China desearía diversificar sus reservas de divisas y no limitarse al dólar, lo que supondría reenviar el problema a algún otro país y tenemos una apreciación general significativa del dólar. Así que esa apreciación a la que China se niega repercute en Europa y en otros países que terminarán por sufrir el problema. ¿Podría ser China una solución general a varios problemas si permitiesen una apreciación?

R: Señor, me huelo por su pregunta que es usted norteamericano (EL INTERPELANTE RESULTA SER DANÉS). ¿Danés? Ah, muy interesante. Mi poder olfativo es… (RISAS).

EEUU desea sobrevalorar la moneda china, sobre todo por el déficit comercial, porque la mayoría de los productos que se fabrican para la exportación en China van a Norteamérica. Y si el valor, o el precio de los productos chinos, sube un poco se reduciría el déficit comercial. Así que hay otro objetivo. En cualquier caso, China necesita energía. Y se trata del país más activo en cuanto a diversificación. Sabe usted que hace dos años construyeron cinco presas. Y ahora están produciendo electricidad, hidroelectricidad, y están embarcados también en este proyecto del carbón licuado, que es muy atractivo, y también la energía nuclear. Se están diversificando enormemente. Están intentando reducir su consumo de petróleo. Las importaciones de petróleo que están haciendo ahora no son para consumo. Han decidido crear una reserva estratégica para 30 días de consumo, están construyendo y comprando para esa reserva estratégica. Así que China no dejará de importar petróleo por culpa de su divisa. China es una gran potencia económica ahora. Pronto será más importante que la economía norteamericana. Por supuesto, Japón ocupa el número dos pero pronto China estará en esa posición. Así que yo no relaciono sobrevaloración o infravaloración de la divisa china con la energía. Lo vinculo a la relación entre los dos socios. Estoy fascinado por la relación de amor-odio entre los dos países, EEUU y China.