Migrantes senegaleses en Francia, Italia y España: primeros resultados de la encuesta MAFE-Senegal en Europa (ARI)

Migrantes senegaleses en Francia, Italia y España: primeros resultados de la encuesta MAFE-Senegal en Europa (ARI)

Tema: Hay importantes diferencias en la selección de los flujos senegaleses hacia sus tres destinos europeos más habituales: Francia, Italia y España. Esto plantea nuevos interrogantes sobre cuestiones centrales para una adecuada gestión de dichos flujos y su integración en Europa. [1]

Resumen: Desde finales de los 90, al ya tradicional flujo magrebí hacia Europa se fue uniendo un número creciente de subsaharianos que intentaba cruzar el Mediterráneo. Los asaltos a las vallas de Ceuta y Melilla a lo largo de 2005 y la denominada “crisis de los cayucos” en el año 2006 consagraron ante la opinión pública española y europea la imagen de unas fronteras débiles y porosas ante lo que se presentaba como una masa de desposeídos dispuesta a todo por alcanzar “El Dorado”. Sin embargo, estas imágenes rara vez son debidamente contextualizadas en el tiempo y en el espacio. La ausencia de datos fiables contribuye a reforzar una imagen sesgada hacia el lado seguramente más dramático de la experiencia migratoria de los subsaharianos en Europa.

En este ARI, utilizando los datos procedentes del Proyecto Migrations between Africa and Europe (MAFE), se proporciona una descripción sistemática y detallada de las características y trayectorias del principal colectivo subsahariano en España, el senegalés, en relación con tres destinos europeos más habituales: Francia, Italia y España. Los resultados revelan importantes diferencias en la selección de los flujos a cada destino, a la vez que plantean nuevos interrogantes sobre cuestiones centrales para una adecuada gestión de los flujos procedentes de dicha región y su integración en Europa.

Análisis

La encuesta MAFE-Senegal en Europa
El proyecto MAFE ha realizado encuestas paralelas tanto en las zonas de origen como de destino de los migrantes senegaleses, ghaneses y congoleños. Este ARI examina sólo los resultados obtenidos para los senegaleses en España, Italia y Francia –los principales destinos europeos de los flujos con origen en Senegal–.[2] En 2008 se entrevistó en cada uno de estos países a 200 migrantes senegaleses de entre 25 y 70 años de edad que habían llegado a Europa siendo ya adultos. Para seleccionarlos, se utilizaron diferentes estrategias: un muestreo nominal y aleatorio basado en el Padrón Municipal en España y un muestreo no probabilístico por cuotas en Italia y Francia.[3] Esto permitió cubrir una mayor diversidad de lugares en España, de naturaleza tanto urbana como rural, pero obligó a concentrar la muestra en zonas predominantemente urbanas en los otros dos destinos, lo que tendrá su reflejo en algunos de los resultados que se comentan a continuación.[4] Además, se sobrerrepresentó a las mujeres y las personas de más edad respecto a su peso real en la población inmigrante con el fin de poder realizar afirmaciones fiables sobre ellas. Por tanto, todos los descriptivos expuestos aquí han sido calculados con los respectivos pesos muestrales.

En cualquier caso, lo que resulta fundamental a la hora de interpretar correctamente las tablas y gráficos de este documento es que la población de referencia no es toda la población de origen senegalés residente en los países europeos señalados, sino sólo la población nacida en Senegal, emigrada como adulta a Europa y que en 2008 tenía más de 24 años de edad. Ni migrantes que vinieron a Europa como niños, ni tampoco integrantes de lo que generalmente se conoce como “segunda generación” forman parte de nuestras muestras.

Principales rasgos de las comunidades senegalesas de España, Francia e Italia: (1) distribución por sexo y edad y antigüedad de su residencia
Como puede apreciarse en la Tabla 1, la distribución por sexo de la población senegalesa de edad adulta en Francia es bastante equilibrada (47% mujeres), mientras que continúa estando fuertemente masculinizada tanto en Italia (12%) como en España (15%). Las diferencias no son estadísticamente significativas entre España e Italia pero sí entre ellos y Francia, como indican las iniciales anotadas como supra-índices.

Tabla 1. Muestras de migrantes senegaleses en MAFE-Senegal, por sexo y país de residencia en 2008

 

Francia

Italia

España

Total

 

N

% ponderado

N

% ponderado

N

% ponderado

N

Mujeres

92

47I (E)

79

12 (F)

102

15 (F)

273

               

Hombres

108

53 (I, E)

124

88 (F)

98

85 (F)

330

               

Total

200

 

203

 

200

 

603

Nota: las letras entre paréntesis indican que la diferencia entre el país de la columna y el indicado por la inicial son estadísticamente significativas al 90% (E = España, I = Italia, F = Francia). Datos ponderados.

Además, estos resultados resultan coherentes con lo que puede deducirse de los Gráficos 1 y 2, en relación con la estructura por edad y la antigüedad de la presencia senegalesa en cada destino. En media, los senegaleses que viven en Francia llevan allí más tiempo que los senegaleses de Italia o España, lo que explica también que sean mayores en edad y tengan una distribución por sexo más equilibrada. En concreto, en 2008, los senegaleses habían pasado en Francia entre 15 y 17 años, según se trate de mujeres u hombres, mientras que las cifras correspondientes en Italia oscilaban entre ocho y 11 años, y equivalían a siete u ocho años en España, sin que pudieran apreciarse en este caso diferencias significativas por sexo.

Si el mayor equilibrio en la composición por sexo de la comunidad senegalesa en Francia puede atribuirse a la mayor antigüedad de su asentamiento, que ha permitido tanto la culminación de muchos procesos de reagrupación familiar como una incipiente migración femenina independiente con frecuencia vinculada a la realización de estudios, llama la atención el contraste entre Italia y España.

Pese a la mayor antigüedad del flujo senegalés hacia Italia, la distribución por sexo allí es aún más desequilibrada que en España, donde hombres y mujeres tienen una estancia media de igual duración. Esto nos plantea preguntas interesantes sobre quiénes son estas mujeres senegalesas que llegaron “tan pronto” como los hombres a España, en relación a la experiencia francesa e italiana, y sobre cómo han diferido, o no, la incidencia y ritmo de la reagrupación familiar entre los senegaleses en ambos destinos, y si ha sido la demanda de mano de obra femenina en nuestro país o la legislación en materia de reagrupación la causante de estas diferencias.

Gráfico 1. Distribución por edad y sexo en cada país de residencia en Europa

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Gráfico 2. Duración media de la residencia en el destino actual, por país y sexo

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(2) Etnia, afiliación religiosa y origen socio-económico
Los resultados de la encuesta MAFE-Senegal revelan además curiosas diferencias en la composición étnico-religiosa de las comunidades senegalesas en Europa, que son importantes porque se relacionan con el distinto origen geográfico y, a veces, social de los flujos, y también porque suelen ir asociadas a distintos patrones en las relaciones de género y a diferentes tipos de actividad económica. Todo ello, evidentemente, puede condicionar los procesos de integración de esta comunidad y, por tanto, debería informar las políticas de los países receptores que, con frecuencia, tienden a desconocer la heterogeneidad de los grupos a que se dirigen, uniformados bajo la etiqueta de la nacionalidad.

En primer lugar, se confirma la arrolladora presencia de los wolof en Italia (80%), así como su afiliación mayoritaria a la cofradía murid (66%), como estudios previos habían indicado (Schmidt di Friedberg, 1994). En cambio, en España y en Francia la composición étnica y religiosa de la población senegalesa resulta claramente más diversa. En Francia, el peso similar de los wolof y los pulaar y su convivencia con muchos otros grupos étnicos minoritarios reflejan claramente la transformación de las principales zonas emisoras hacia la antigua potencia colonial a lo largo del tiempo (Lessault y Mezger, 2009; Lessault y Beauchemin, 2009). En España, ligeramente más de la mitad son wolof pero sólo un tercio del total se declaran murids, lo que indica bastante heterogeneidad religiosa respecto al caso italiano.

Los resultados del Gráfico 4 sobre el origen geográfico de los flujos senegaleses hacia Europa acentúan la imagen de diversidad ya comentada. En Italia llama la atención el claro predominio de la región de Dakar como lugar de origen de prácticamente la mitad de los senegaleses entrevistados en dicho país, sean hombre o mujer. Por el contrario, en España sorprende el claro contraste por sexos: mientras que Dakar es también la región de la que son originarias casi la mitad de las senegalesas en España, el porcentaje de hombres del mismo origen es de sólo un 26%, muy similar al que encontramos en Francia con independencia del sexo de los entrevistados.

Averiguar el origen de estas diferencias entre hombres y mujeres en España, pero también entre Italia y España como destinos casi coetáneos, resulta fundamental si queremos entender mejor las dinámicas migratorias que nos unen con Senegal. Por ejemplo, la presunción de que la intensidad de la actividad comercial y las prácticas transnacionales asociados a ella entre los senegaleses italianos se debe al papel de las redes religiosas de los murids (Riccio, 2001; Bava, 2003) podría esconder, en realidad, una clara selección del flujo hacia Italia entre hombres de origen arrolladoramente urbano-capitalino frente al caso español. La discrepancia por sexos en cuanto al origen capitalino o no de los senegaleses españoles, por otra parte, nos habla de también de corrientes migratorias femeninas paralelas a las masculinas, pero autónomas, a las que ya se refería Jabardo en su obra (2006), y que cuadran bien con la similitud en la duración de residencia media de uno y otro sexo que se comentaba en el Gráfico 2.

Gráfico 3. Religión y etnia mayoritarias de los senegaleses, por país de residencia en Europa

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Gráfico 4. Proporción de senegaleses nacidos en la región de Dakar, por sexo y país de residencia

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Por otra parte, son los senegaleses de Francia y no los de Italia, a pesar del origen capitalino de éstos, quienes proceden en mayor medida de familias “privilegiadas” (Gráfico 5). En concreto, el 43% de los senegaleses que residían en Francia en 2008 tenían padres que ocuparon puestos de dirección o que eran empleadores o asalariados cualificados en su adolescencia. El porcentaje correspondiente en Italia y en España era tan sólo del 23% y del 16%, respectivamente. Además, la proporción de migrantes nacidos de padres empleados por cuenta propia en España (53% del total en este país) y de asalariados no cualificados en Italia (39%) supera significativamente el peso relativo de estas mismas categorías en los otros dos destinos, por razones que resultan difíciles de determinar pero que, sin duda, apuntan a diferentes mecanismos de selección en los flujos a cada destino, y que podrían tener algún reflejo sobre las posibilidades de integración de los afectados en sus países de residencia.

Gráfico 5. Estatus socio-económico del padre cuando el inmigrante tenía 15 años, por país de residencia actual del migrante

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Gráfico 6. Nivel educativo de los inmigrantes senegaleses, por país de residencia actual en Europa

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Con respecto al nivel educativo de los propios migrantes senegaleses, y no ya de sus padres, el Gráfico 6 confirma y acentúa en gran medida el patrón de selección por destinos que reflejaba el Gráfico 5. Si se tiene en cuenta que, en Senegal, la tasa bruta de escolarización en primaria en 1971 era del 38% y en 1980 del 43% (WDI, 2010), los resultados sugieren una clara selección positiva de los migrantes en cuanto a su nivel educativo con respecto a la población de origen, ya que los inmigrantes nunca escolarizados representan el 16% del total en España, el 17% en Francia y sólo el 3% en Italia.

Ahora bien, no deja de sorprender que el porcentaje de los que nunca han estado escolarizados sea el mismo en España y en Francia, a pesar de que los flujos hacia España están compuestos por personas pertenecientes a cohortes más jóvenes, que han crecido en Senegal con un acceso a la educación primaria más generalizado. En España, casi la mitad de los senegaleses mayores de 24 años no habían llegado a completar la primaria, mientras que los porcentajes equivalentes en Francia (con un flujo más antiguo) y en Italia son sólo del 18% y del 22%, respectivamente, lo cual indica un perfil educativo mucho más bajo en España que en los otros dos grandes destinos europeos. Esto se confirma de nuevo al mirar al extremo superior de la distribución, los universitarios, que representan el 30% en Francia y el 14% en Italia, pero sólo el 3% en España.

(3) Situación laboral y económica en Europa
En cuanto a la situación laboral y financiera de los senegaleses en Europa, es importante recordar que los resultados se refieren al año 2008 y, por tanto, no reflejan el fuerte impacto que la crisis económica actual está teniendo sobre la población objeto de estudio. En aquel momento, la inmensa mayoría de los senegaleses estaban trabajando, incluso si se trataba de mujeres (entre el 60% y el 70% de ellas, según el país de residencia), como refleja el Gráfico 7. El mayor contraste entre destinos deriva de la ausencia absoluta de senegaleses que estuviesen estudiando en España e Italia frente a Francia, donde éstos representaban el 9%.

Figure 7. Situación laboral en 2008, por sexo y país de residencia

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Figure 8. Tipo de empleo de los inmigrantes senegaleses ocupados en 2008, por sexo y país de residencia

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El tipo de empleo que tenían estos mismos entrevistados en el año de referencia no presenta notables diferencias entre países, con dos excepciones: una, la relativa al empleo agrícola que sólo parece relevante en España (20% de los hombres), algo en gran medida derivado de las zonas de muestreo que incluye la encuesta de este país, frente al caso italiano, por ejemplo; y otra, la existencia de empleos de alta cualificación para un 18% de los hombres en Francia, frente a sólo el 6% y el 2% en Italia y España. En el caso de las mujeres, no hay diferencias significativas aparte de las ya mencionadas para los hombres (Gráfico 8).

A fin de determinar mejor en qué medida las diferencias en la situación económica y los empleos ocupados por los senegaleses en los tres países objeto de estudio llevan aparejadas, o no, diferencias relevantes en cuanto a su situación económica, se ha examinado la respuesta de los entrevistados a otras dos preguntas del cuestionario que les interrogaban sobre si consideraban que tenían suficiente para vivir (Gráfico 9) y sobre cómo valoraban sus condiciones de vida en relación a la de otras personas que vivían en el mismo pueblo o ciudad en que fueron entrevistados (Gráfico 10).

Gráfico 9. Respuestas a la pregunta “Globalmente, ¿diría que durante este período tenía usted asegurado lo que necesitaba para vivir?”

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Gráfico 10. En relación a otra gente de ese pueblo/ciudad donde estaba este alojamiento, usted diría que sus condiciones de vida eran

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Resulta interesante leer los resultados a ambas preguntas conjuntamente. La proporción de quienes revelan notable inestabilidad con respecto a su capacidad para afrontar los gastos necesarios para cubrir sus necesidades básicas (ie, los que respondieron “Depende” a la primera pregunta, Gráfico 9) son muchos más en España que en Italia o Francia (47% frente al 14% y al 9%, respectivamente). Sin embargo, y pese a ello, los migrantes senegaleses en España no consideraban que sus condiciones de vida fuesen peores que las de otra gente viviendo en el mismo pueblo o ciudad en el momento de la encuesta, en comparación con los senegaleses de Francia e Italia, sino incluso al contrario (Gráfico 10). De hecho, las únicas diferencias estadísticamente significativas en esta pregunta se dan entre Francia e Italia, en concreto respecto de la mayor proporción de inmigrantes que consideran vivir en mejores condiciones que sus “vecinos” en Italia, y la mayor proporción de inmigrantes en Francia que consideran vivir igual que quienes les rodean. Lamentablemente, sin realizar análisis adicionales resulta difícil decir si la peculiaridad española se debe a cuestiones de selección, contextuales o relacionadas con el diseño muestral. Sin embargo, esta última posibilidad por sí sola no parece explicación suficiente ya que las diferencias, aunque menores, se mantienen incluso eliminando de la muestra a los que trabajan en la agricultura, por ejemplo.

(4) Experiencia migratoria
Una de las cuestiones que más relevancia han adquirido en el debate público y mediático sobre la migración subsahariana a Europa en general, y sobre la senegalesa en particular, tiene que ver con la precariedad de su viaje, que con frecuencia se describe asociado a la actividad de las mafias y a la irregularidad (De Haas, 2008). En línea con ello, el interés por sus rutas migratorias a través de África y el modo en que podrían usar sus redes en Europa para eludir de forma eficaz los controles de extranjería han sido temas de especulación habitual entre periodistas, políticos e investigadores.

Con la intención de determinar el peso real que tales cuestiones tienen en el conjunto de los flujos senegaleses en los principales destinos europeos, se han investigado algunos aspectos de su experiencia migratoria. En primer lugar, como resume la Tabla 2, los senegaleses residentes en Francia por lo general se dirigieron a dicho país directamente, sin estancias de tránsito en países africanos o europeos (sólo un 4%). En cambio, un 13% de los senegaleses que estaban en Italia en 2008 había realizado estancias de tránsito en otros países europeos, y un 9% de los que residían en España habían pasado en su viaje a Europa por otros países africanos, lo cual indica curiosas diferencias en las rutas seguidas por unos y otros.

Tabla 2. Estancias realizadas en otros países africanos y europeos por los inmigrantes senegaleses en Europa antes de instalarse en el país de residencia actual

   

España

Italia

Francia

Tránsitos (%)

Europa (España, Francia e Italia)

2 (I)

13 (E)

4

África

9 (I)

2 (E)

4

Estancias previas en otro país africano (%)

Total

13 (I)

4 (E, F)

10 (I)

Mujeres

2 (F)

1 (F)

7 (E, I)

Hombres

15

5 (F)

13 (I)

Estancias previas en otro país europeo (%)

España

8 (F)

6

Italia

4

13

Francia

2

3 (E)

Nota: las estancias se refieren a períodos de más de un año de duración o a estancias que se iniciaron con la finalidad de instalarse en dicho país; los tránsitos se refieren a estancias que se realizaron en el viaje que tenía como destino final querido y sabido otro país.

El mayor contacto de los senegaleses italianos con otros países europeos no parece ser algo coyuntural, que se limite sólo a la experiencia del viaje, pues son también ellos quienes más dicen haber residido previamente tanto en Francia (3% frente a sólo el 2% entre los españoles), como en España (8% frente a sólo el 6% entre los franceses). Por ello, no es de extrañar que un 23% de los entrevistados en 2008 en Italia declarara haber llegado allí en su último viaje en autobús, tren o coche (Gráfico 11).

En cambio, como se vio en la Tabla 2, la experiencia migratoria previa de los senegaleses de Francia y, sobre todo, de España parece ser mucho más africana que europea: el 10% de los primeros y el 13% de los segundos declaró haber realizado estancias previas en otros países africanos distintos a Senegal. Y, por ello, no sorprende que a estos países muy pocos llegaran por carretera (en torno al 10%).

Gráfico 11. Medio de transporte usado para llegar al país de residencia actual

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En concreto, de entre quienes residían en España en 2008, un 26% habían llegado por mar (24% en patera y 6% en barco), medio menos habitual pero aún así frecuente entre los que residían en Italia (el 2% y el 12%, respectivamente). En cualquier caso, la inmensa mayoría llegaron por avión, especialmente en Francia pero también a Italia o España (85%, 65% y 60%, respectivamente), del mismo modo que la gran mayoría no parecen haber transitado por otros países ni residido temporadas largas en ellos antes de llegar a su destino actual en Europa.[5]

Con estos datos de fondo, resulta obligado examinar la situación documental de estos inmigrantes, cuestión que ha sido y es objeto de agrios debates, no siempre bien informados.

Gracias a la naturaleza biográfica retrospectiva de la encuesta MAFE-Senegal se puede comparar, además, cómo ha evolucionado dicha situación a lo largo del tiempo, entre el momento de la primera entrada en Europa y años después, cuando fueron entrevistados en 2008.[6] Las diferencias esperadas entre Francia, por un lado, y España e Italia, por otro, se confirman. De los que realizaron su entrada a Europa por España, el 38% no tenían documentos, aparte del pasaporte, que pudieran avalar la regularidad de su posible estancia. Evidentemente, entre ellos están todos los que llegaron a nuestro país en patera, pero también más de la mitad de los que llegaron en barco, una cuarta parte de los que llegaron por tierra desde otros países europeos e incluso el 15% de los que vinieron en avión. Otro 25% franquearon las fronteras españolas provistos de algún tipo de visado pero no obtuvieron ningún permiso de residencia en el año posterior a su entrada y devinieron, por tanto, irregulares.

Los porcentajes respectivos en Italia son muy similares. Un 32% llegó sin documentos; entre ellos están no sólo los pocos que llegaron a aquel país en patera, sino también casi la mitad de los que llegaron en barco, en autobús o en tren, y casi una cuarta parte de los que llegaron en avión, lo que sugiere algunas deficiencias en la implementación de los controles fronterizos. Otro 32% aproximadamente llegaron con algún visado pero no habían obtenido permiso de residencia alguno después de que caducara.

Una vez más, las diferencias entre España e Italia en este aspecto no resultan estadísticamente significativas, frente a lo que ocurre con Francia donde el 78% entraron con la documentación adecuada, el 16% excedió la vigencia de su visado y sólo un 6% logró entrar al país galo desprovisto de visado alguno. Por tanto, y según estos resultados, a pesar del escándalo mediático que han significado las pateras a las costas españolas, se puede decir que las fronteras italianas han resultado tan franqueables como las españolas como puerta de entrada irregular a Europa para los senegaleses.

Gráfico 12. Documentación al entrar por primera vez en Europa, por país de entrada

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Gráfico 13. Situación documental en 2008, por país de residencia

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Ahora bien, por algún motivo, la población senegalesa residente en España sufría en 2008 niveles de irregularidad residencial (32%) significativamente superiores no sólo a los de Francia (11%), como era de esperar, sino también a los de Italia (18%). Merecería la pena averiguar, por tanto, por qué los procesos de regularización llevados a cabo con frecuencia y relativa generosidad tanto en uno como en otro país, han ofrecido a los senegaleses menos posibilidades de obtener y, sobre todo, mantener su regularidad administrativa en España que en Italia.

Conclusiones: Los resultados expuestos evidencian importantes diferencias en la selección de los flujos senegaleses hacia Europa. Francia ha logrado, sin duda, atraer a los senegaleses originarios de familias mejor formadas y con mayor nivel educativo, una mayor proporción de mujeres, lo que claramente refleja la antigüedad de los flujos, y también mayor proporción de estudiantes, lo que no sorprende teniendo en cuanta los vínculos coloniales con Senegal.

En cambio, España, aparece en el extremo opuesto en cuanto al origen socio-económico y el perfil educativo de estos inmigrantes: más de la mitad proceden de familias en la que el padre era trabajador por cuenta propia, en el sector informal de la economía senegalesa o en la agricultura, y casi la mitad no han completado ni la primaria en Senegal. No se trata, como muchos podrían apresurarse a concluir, de un simple reflejo de la irregularidad de estos flujos en el caso español. De hecho, como reflejan estos datos, la entrada irregular de senegaleses ha sido tan frecuente en Italia como en España. Sin embargo, los senegaleses italianos proceden mayoritariamente de familias asalariadas, tienen mayor nivel educativo y un origen predominantemente urbano capitalino, lo cual representa una ventaja comparativa en su proceso de integración en la sociedad italiana.

Pese a ello, en España, los senegaleses presentan un menor desequilibrio por sexos, una mayor participación femenina en el mercado de trabajo y una menor percepción de privación material en relación a sus vecinos. Todo ello serían buenos augurios para su integración en la sociedad española, siempre y cuando se encuentren mecanismos que reduzcan su irregularidad residencial, que se mantiene en niveles muy elevados y, por motivos poco evidentes, superiores a los de sus compatriotas en Italia.

Amparo González-Ferrer
CSIC

Elisabeth Kraus
CSIC-UPF

Bibliografía

Bava, S. (2002), “Reconversions et nouveaux mondes commerciaux des mourides à Marseille”, Hommes et Migrations, nº 1224, p. 46-55.

Beauchemin, C., y A. González-Ferrer (2011), “Sampling International Migrants with Origin-based Snowballing Method: New Evidence on Biases and Limitations”, vol. 25, art. 3, pp. 103-134, http://www.demographic-research.org/volumes/vol25/3/25-3.pdf.

De Haas, H. (2008), “The Myth of Invasion: The Inconvenient Realities of Migration from Africa to the European Union”, Third World Quarterly, vol. 29, nº 7, pp. 1305-1322.

Flahaux, M.L., C. Beauchemin y B. Schoumaker (2010), “Partir, revenir: Tendances et facteurs des migrations africaines intra et extra-continentales”, MAFE Working Paper nº 7, http://www.ined.fr/fichier/t_telechargement/33237/telechargement_fichier_fr_wp7_mlf_cb_bs_042010.pdf.

Jabardo, M. (2006), “Senegaleses en España. Conexiones entre origen y destino”, Colección Documentos nº 11, Observatorio Permanente de la Inmigración, Madrid.

Lessault, D., y C. Beauchemin (2009), “Ni invasion, ni exode. Regards statistiques sur les migrations d’Afrique subsaharienne”, Revue Européenne des Migrations Internationales, vol. 25, nº 1, pp. 163-194.

Lessault, D., y C. Mezger (2009), “La migration internationale sénégalaise, des discours publics à la visibilité statistique”, MAFE Working Paper nº 5, http://www.ined.fr/fichier/t_telechargement/33235/telechargement_fichier_fr_wp5_dl_cm_042010.pdf.

Riccio, B. (2001), “From ‘Ethnic Group’ to ‘Transnational Community’? Senegalese Migrants’ Ambivalent Experiences and Multiple Trajectories”, Journal of Ethnic and Migration Studies, vol. 27, nº 4, pp. 583-599.

Schmidt di Friedberg, O. (1994), Islam, solidarietà e lavoro. I muridi senegalesi in Italia, Edizioni della Fondazione Agnelli, Turín.


[1] La parte senegalesa del Proyecto Migrations between Africa and Europe (MAFE) fue coordinada por el INED (C. Beauchemin), en colaboración con la Universidad Cheikh Anta Diop (P. Sakho). El proyecto también cuenta con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (A. González-Ferrer), la Universidad Pompeu Fabra (P. Baizán) y el Forum Internazionale ed Europeo di Ricerche sull’Immigrazione (E. Castagnone). La encuesta se llevó a cabo con financiación del INED, de la Agence Nationale de la Recherche, de la Région Ile de France y el Programa del Fonds de Solidarité Prioritaire (FSP) “Migrations internationales, recompositions territoriales et développement”. El Proyecto MAFE se amplió a las migraciones ghanesas y congolesas en 2008, con financiación del VII Programa Marco de la Comisión Europea. Para más información, consúltese la web del proyecto: http://www.mafeproject.com/.

[2] Se omiten aquí los resultados de la encuesta de hogares y de la encuesta a individuos que se realizaron en la región de Dakar en 2008. Para más información sobre estas encuestas, véanse http://www.mafeproject.com/ y Beauchemin y González-Ferrer (2011).

[3] Dichas cuotas se fijaron, principalmente, en relación al sexo, la edad y el estatus legal.

[4] En concreto, en Italia, las regiones seleccionadas fueron Campania, Emilia-Romagna, Lombardia yToscana, y en Francia fueron Ile de France, Rhone-Alpes y Provence-Alpes-Cote d’Azur, mientras que en España se incluyeron todos los municipios de las 12 provincias que concentraban a 1 de enero de 2008 más del 70% de la población de origen senegalés empadronada por entonces: Alicante, Almería, Barcelona, Gerona, Islas Baleares, Las Palmas, Lérida, Madrid, Murcia, Tarragona, Valencia y Zaragoza.

[5] En cualquier caso, esta encuesta sólo incluye a quienes llegaron a Europa pero no a quienes quedaron, voluntariamente o no, en sus países de tránsito. Por ello, estas cifras son una estimación a la baja de dicho fenómeno.

[6] Los resultados resumidos aquí reflejan las respuestas dadas por los propios migrantes sobre su situación documental a lo largo de todo el período desde que llegaran a Europa. Evidentemente, ello obliga a tomarlos con especial precaución. Sin embargo, haber situado las preguntas sobre esta materia al final del cuestionario, cuando se llevaban ya casi dos horas de entrevista reconstruyendo las trayectorias vitales y migratorias de los encuestados, minimizó tanto los recelos como la posibilidad de que suministraran informaciones contradictorias con todo lo dicho hasta entonces sobre sus viajes, estancias cortas, tránsitos, intentos de migración frustrados y muchas otras cuestiones tan o más sensibles que la cuestión de los papeles en el cuestionario.