España y Turquía: una relación incipiente (ARI)

España y Turquía: una relación incipiente (ARI)

Tema: En abril, Turquía se unió al pequeño grupo de países (Francia, Portugal, Polonia, Italia, Marruecos y Alemania) con los que España, activo partidario del ingreso de Turquía en la UE, celebra una cumbre gubernamental todos los años. Las posibilidades de aumentar las relaciones bilaterales en el ámbito comercial, de inversión, político y cultural son considerables[1].

Resumen: España y Turquía disfrutan de unas florecientes relaciones políticas y económicas. El comercio entre ambos países, en ambas direcciones, se duplicó entre 2002 y 2008 (sin contar a la UE, Turquía es el tercer socio comercial más importante de España, por detrás de EEUU y México), la inversión directa española en Turquía ha aumentado considerablemente en los últimos cuatro años y el primer ministro turco y el presidente del gobierno español copatrocinan la “Alianza de Civilizaciones” respaldada por Naciones Unidas, una iniciativa de diplomacia preventiva destinada a reducir las tensiones entre Occidente y el mundo islámico.

Análisis: Tras obtener el apoyo de Naciones Unidas en 2005 a la “Alianza de Civilizaciones”, un proyecto iniciado por el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con el apoyo del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, los dos dirigentes acordaron, en septiembre de 2008, intensificar sus relaciones y celebrar una cumbre anual. Turquía tan solo celebra una cumbre anual con otro país, Italia.

Hasta ese momento, Turquía había quedado bastante fuera del radar español, aunque su deseo de ingresar en la UE cuenta con el apoyo tanto de los socialistas en el poder como del Partido Popular (PP), principal partido de la oposición, siendo una de las pocas iniciativas en política exterior que cuenta con el apoyo de ambos partidos. Fue durante el gobierno del anterior presidente del gobierno español, José María Aznar, cuando se presionó para que se reconociera a Turquía como candidato a ingresar en la UE durante la cumbre anual de la Unión celebrada en Helsinki en 1999.

De las grandes economías de la UE, España, el Reino Unido e Italia son los más activos defensores de Turquía. Francia y Alemania se oponen a que ésta se convierta en miembro de pleno derecho y consideran que el establecimiento de vínculos más estrechos entre ese país y la Unión debería adoptar más bien la forma de una asociación privilegiada.

España y Turquía presentan una serie de similitudes históricas que, junto con otra serie de factores más actuales, hacen adecuada una asociación entre ambos.[2] Entre esos factores figuran los siguientes:

  • Están situados a extremos opuestos del Mediterráneo, en la periferia de Europa.
  • Ambos cuentan con un largo pasado islámico (desde 711 hasta la caída del último reino morisco en Granada en 1492, todo el sur de España y partes de la mitad septentrional estuvieron bajo dominio musulmán).
  • Ambos han sido grandes imperios, en el caso de Turquía el Imperio Otomano y en el de España sus colonias en América Latina y las Filipinas.
  • Ambos eran (Turquía sigue siéndolo) economías eminentemente agrícolas.
  • Ambos han experimentado un fenómeno migratorio masivo del campo a las ciudades.
  • Ambos han “exportado” miles de trabajadores a Europa (los turcos empezaron a emigrar a Alemania al mismo tiempo aproximadamente que los españoles en la década de 1960).
  • Ambos han tenido políticas económicas fuertemente estatistas, hasta que sus economías empezaron a abrirse.
  • Ambos fueron reclutados durante los años de la Guerra Fría, por motivos geoestratégicos, por EEUU, que estableció bases militares (en España en 1953 y en Turquía en 1952). Los dos países pasaron a formar parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 1961, Turquía como miembro fundador.
  • Ambos tienen problemas para contener los nacionalismos minoritarios, en el caso de Turquía a los kurdos y en el de España a vascos y catalanes (casualmente, el vascuence es una lengua aglutinante y, en ese sentido, se asemeja más al turco que al español). Ambos países sufren el azote del terrorismo. ETA lleva luchando por un País Vasco independiente desde 1968 y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) por un Estado kurdo independiente.
  • Ambos mantienen también disputas por pequeños territorios que siguen causándoles dolores de cabeza, en el caso de España sus territorios norteafricanos y Gibraltar y en el caso de Turquía, Chipre.
  • Tanto España como Turquía han sido víctimas, además, de “leyendas negras” reales o imaginarias que aún hoy día siguen afectando a su imagen en el exterior.

Los dos países han recorrido un largo camino desde la famosa Batalla de Lepanto que tuvo lugar en el Golfo de Patrás, en la costa occidental de Grecia, en 1591, y en la que la llamada “Liga Santa”, una coalición cristiana integrada por España, Venecia y los Estados Pontificios, derrotó a la flota de galeras de los turcos otomanos y evitó que los musulmanes avanzaran hacia Europa. La batalla, en la que Miguel de Cervantes, autor de El Quijote, perdió el uso de su brazo izquierdo, se conmemora en un cuadro expuesto en el Museo del Prado de Madrid, de un artista desconocido; los niños españoles y turcos aprenden esta historia de forma muy distinta (véase la Figura 1). Por tanto, resulta bastante pertinente que, más de 400 años después, España y Turquía encabecen una iniciativa destinada a promover un mejor entendimiento entre religiones.

Figura 1. Batalla de Lepanto

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Fuente: cortesía del Museo del Prado.

En 1968, tanto España como Turquía tenían poblaciones de unos 30 millones de habitantes. Hoy en día, la población de Turquía es de aproximadamente 74 millones y la de España de 46,6 millones. La edad media de los turcos es de 29 años, frente a los 45 del español. El PIB per cápita de Turquía, unos 13.000 dólares, es aproximadamente el mismo que el de España antes de su ingreso en la UE en 1986. Igual que la renta per cápita de España empezó a aumentar significativamente a partir de 1986 (hasta 30.000 dólares en 2008), espoleada por su ingreso en la UE y la estabilidad macroeconómica, la de Turquía también empezó a aumentar considerablemente a partir de 2002, impulsada por su unión aduanera con la UE (a partir de 1996) y las reformas estructurales llevadas a cabo durante el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que lleva siete años en el poder.

Comercio
Cuando Mariano Rajoy, líder del PP, se reunió con Erdogan en Madrid en 2008, tenía mucho más interés en hablar de posibles negocios para España en Turquía que sobre el decaimiento de las negociaciones de éste último con la UE, y con motivo.

El comercio entre ambos países, en ambas direcciones, aumentó de 2.850 millones de euros en 2002 a 6.600 millones de euros en 2008 (véase la Figura 2). Las exportaciones españolas a Turquía se duplicaron en este período, hasta situarse en 2.980 millones de euros (de un 1% a un 1,6% del total) y sus importaciones desde Turquía aumentaron a más del doble, hasta los 3.660 millones de euros (de un 0,8% a un 1,3% del total). El saldo ha sido favorable a Turquía desde 2004. Aun así, Turquía es un socio comercial considerable. Sin contar a la UE, Turquía es el tercer socio comercial más importante de España, después de EEUU y México. Las exportaciones de España a Turquía en 2008 fueron superiores a sus exportaciones a Polonia y a Rusia, y equivalieron a cerca del 40% de las exportaciones a EEUU.

Figura 2. Comercio de mercancías entre España y Turquía (en miles de millones de euros)

Exportaciones
a Turquía
Importaciones
de Turquía
Volumen
comercial
Saldo
20021,451,402,85+0,05
20031,731,793,52-0,06
20042,592,456,04+0,14
20052,692,885,57-0,19
20062,783,566,34-0,78
20072,944,217,15-1,27
20082,983,666,64-0,68

Fuente: Ministerio de Industria, Turismo y Comercio de España.

Las principales exportaciones españolas a Turquía son de automóviles, maquinaria, calderas, hierro y acero, aparatos eléctricos y productos químicos. Las principales importaciones de Turquía son de componentes para coches (ambos países cuentan con importantes industrias automovilísticas), textil y productos químicos.

Inversión directa
Por lo que respecta a la inversión directa, la relación entre ambos países es muy favorable a España. La inversión directa neta de empresas españolas en Turquía (entradas menos salidas) se situó en 2.150 millones de euros entre 2000 y 2008, frente a los 13,7 millones de euros de inversión directa neta de Turquía en España (véase la Figura 3). Las principales inversiones españolas en empresas turcas fueron la adquisición por parte de La Seda, grupo textil y químico y uno de los mayores productores europeos de fibras y tejidos artificiales y sintéticos, del grupo textil Advansa, que también cuenta con plantas en el Reino Unido y Rumanía, en 2006, por 320 millones de euros; la compra por parte de Mapfre del 80% de la aseguradora Genel Sigorta en 2007, por 285 millones de euros; y la adquisición por el Grupo Essentium del 80% de Universal Cimento, una de las mayores productoras de cemento de Turquía, en 2008, por unos 400 millones de euros. Essentium cuenta además con la posibilidad de hacerse con la totalidad de Universal Cimento.

Sigorta es la 6ª aseguradora de automóviles de Turquía y la 10ª mayor en seguros distintos al seguro de vida. Cuenta con una cuota de mercado superior al 3%. Los niveles de seguros per cápita son muy bajos en Turquía, y por tanto el potencial de crecimiento en este sector es considerable. Asimismo, el sector turco de la construcción está experimentando un boom parecido al que experimentó España antes de que la economía entrara en recesión y varias de las grandes constructoras se vinieran abajo sobrecargadas por sus deudas y por la incapacidad de vender las viviendas que tenían en stock. Entre los futuros proyectos en Turquía, un país con enormes carencias de infraestructura, se incluyen un tercer puente sobre el Bósforo y un túnel para vehículos por debajo del agua.

Figura 3. Inversión directa de España en Turquía (en millones de euros) (1)

200020012002200320042005200620072008
En Turquía25,829,736,12,5-8,0105,5201,41.108650.4

(1) Sin contar las inversiones en entidades con fines especiales (ETVE).
Fuente: DataInvex.

El mayor proyecto con intervención de empresas españolas es la línea de ferrocarril de alta velocidad concluida recientemente entre Ankara y Eskisehir (245 km). Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) suministró 12 vagones por valor de 220 millones de euros y OHL llevó a cabo la construcción de las vías. El resto de la línea a Estambul está en manos de una empresa china. Entre los futuros proyectos ferroviarios, en los que España está bien situada, figuran las líneas Ankara-Sivas, Ankara-Konya y Ankara-Izmir. También se adjudicó a CAF el contrato para suministrar a la ciudad de Antalya, en la costa mediterránea, 14 tranvías, y 33 trenes suburbanos a Izmir, el mayor puerto del país después de Estambul, en la costa del Egeo. El valor de los negocios que CAF tiene en Turquía ronda los 400 millones de euros.

Seopan, el órgano que representa al poderoso sector español de la construcción, desesperado por obtener más contratos en el extranjero para compensar la gran contracción de su negocio nacional, firmó un memorando de cooperación con su homólogo turco en abril. Varias empresas españolas de gran tamaño han obtenido resultados particularmente satisfactorios en América Latina y EEUU, mientras que las empresas turcas han conseguido negocios en las repúblicas túrquicas de Asia Central y en Rusia. Aún está por ver si las empresas españolas conseguirán hacerse con algún negocio considerable en Turquía, ya que las constructoras turcas son tan potentes en su país como las españolas en España y, al igual que éstas, se muestran reacias a renunciar a parte del pastel.

La energía renovable, un sector en que varias empresas españolas son líderes mundiales, es otra área de cooperación potencial, sobre la que ambos gobiernos firmaron un acuerdo durante la cumbre. Al igual que España, Turquía es prácticamente 100% dependiente energéticamente, pero a diferencia de ella recibe dos tercios de su gas natural de Rusia, que ha demostrado ser una fuente poco fiable. Turquía tiene previsto invertir 120.000 millones de dólares en el sector energético de aquí a 2020 (en centrales nucleares, presas para energía hidráulica, etc.). Iberdrola, el mayor productor mundial de energía eólica, tiene acuerdos con Calik Enerji y Turkas pero, a pesar de ello, no ha entrado en el mercado turco por no considerar atractivas sus condiciones, en especial por lo que respecta a la distribución de energía (Turquía no quiere vender empresas con redes y subestaciones, sino solamente derechos de explotación) y a la generación nuclear (las garantías del marco de remuneración no son lo suficientemente estables).

Telvent, la filial de participación mayoritaria del grupo español de ingeniería Abengoa, tiene una presencia activa en el sector energético turco. Ha colaborado con Botas, la empresa estatal de gasoductos de gas natural. Se considera que este sector es particularmente prometedor, ya que Turquía participa en varios proyectos de gasoductos y oleoductos de tamaño muy considerable (Nabucco, Tapco y BTC). Inabensa, otra filial de Abengoa, ha conseguido negocios en el sector de la electricidad.

En el sector del comercio minorista, la española Inditex, el principal minorista de ropa de Europa, tiene en Turquía 93 de sus 4.264 tiendas (véase la Figura 4).

Figura 4. Tiendas de Inditex en Turquía

Número de tiendas
Zara25
Pull and Bear13
Massimo Dutti10
Bershka13
Stradivarius13
Oysho11
Zara Home8
Total93

Fuente: Inditex.

Por lo que respecta al sector de las tecnologías de la información, Indra, la principal empresa española en este sector, logró firmar en marzo un contrato de 38,5 millones de euros para renovar y ampliar la red de vigilancia del espacio aéreo que controla el tráfico aéreo de Turquía. Las estaciones de radar que van a modernizarse son: Merzifon, Ankara, Izmir Adnan Menderes, Izmir Akdag, Batman, Karaman Ermenek, Burdur Eglence, Istanbul Yenibosna, Cyprus Ercan, Esenboga Mira, Bahçe Akçadag, Dalaman Nuribaba, Inebolu Göynük, Erzurum, Agri, Antalya, Trabzon y Kibris Agirdagi.

En el sector bancario, los bancos españoles no han sumado Turquía a la creciente lista de países en los que han adquirido entidades. Banco Sabadell, con sede en Cataluña, es el único banco español con presencia permanente en Turquía, aunque sólo en forma de una oficina de representación.

El sistema bancario turco, gracias a la férrea supervisión del banco central también existente en España, se ha convertido en uno de los más solventes de Europa; tras la reciente intervención del Banco de España en Caja Castilla La Mancha y el primer rescate bancario del país en la actual crisis financiera, Turquía es el único país europeo de gran tamaño sin un banco en dificultades que tenga que ser rescatado.

Cooperación en materia de terrorismo
Tanto España como Turquía siguen sufriendo el azote del terrorismo. El grupo terrorista ETA, fundado en 1959, sigue luchando por la independencia del País Vasco y el PKK, creado en 1973, por un Estado kurdo independiente. El País Vasco disfruta de un considerable grado de autonomía en las esferas de fiscalidad, policía, educación e idioma, a diferencia de las áreas mayoritariamente kurdas del este de Turquía, que están sometidas a un dominio bastante férreo por parte de Ankara.

A las autoridades turcas les gustaría que sus homólogos españoles colaboraran más en la lucha contra el blanqueo de dinero y el narcotráfico del PKK en España y que actuaran con mayor dureza contra este grupo, de la misma forma que se ha estado haciendo cada vez más con ETA. Hay unos 70 turcos encarcelados en España, de los cuales 45 lo están por delitos relacionados con el narcotráfico. Según fuentes oficiales turcas, muchos de los döner kebabs de España son tapaderas del PKK, que los utiliza con fines de propaganda y blanqueo de dinero. La firma de un acuerdo durante la cumbre para incrementar la colaboración en materia de delincuencia organizada es un mecanismo que podría emplearse para endurecer la actitud con respecto a los partidarios y activistas del PKK en España.

Visados
Es mucho más fácil para los españoles entrar en Turquía con un visado que para los turcos entrar en España, un punto de desunión que no se resolvió durante la cumbre. Los españoles pueden obtener un visado por 10 euros en su punto de entrada, en la embajada turca de Madrid o el consulado turco de Barcelona (que se reabrió en 2008), mientras que los turcos tienen que solicitar el visado en Turquía y no hay garantía de que el consulado de Estambul o la embajada de Ankara lo vayan a expedir (como sucedió por ejemplo, inexplicablemente, con los abogados de Gaziantep que habían sido invitados a un partido de fútbol), además, el proceso puede demorarse mucho. Los estudiantes turcos se ven particularmente afectados, entre ellos los que participan en el programa Erasmus; en algunos casos, sus visados tardan tanto en llegar que no llegan a tiempo a las clases que deben cursar en España.

Ankara querría con España un régimen de visados similar al que tiene con Italia, según el cual los visados se conceden mucho más rápido a los turcos, así como de forma gratuita. Dado que Italia, al igual que España, es uno de los 15 países del Acuerdo de Schengen (que establece una zona sin fronteras dentro de la UE), algunos turcos, sobre todo hombres de negocios, frustrados por las restricciones impuestas por España, han optado por hacerse con un visado italiano y después utilizarlo para pasar a España, lo que supone una burla para los estrictos controles de esta última.

El ámbito cultural
Tanto España como Turquía (nacida en 1923 sobre las ruinas del Imperio Otomano) crearon imperios y se erigieron en líderes del mundo cristiano y musulmán, respectivamente. Ambas han dejado una huella indeleble en la cultura mundial. En los últimos 30 años, ambos países han experimentado profundos cambios culturales y el interés mutuo ha crecido considerablemente. Por ejemplo, las exposiciones de Picasso y Dalí organizadas en Estambul atrajeron a más de 250.000 personas y las películas de Pedro Almodóvar gozan de gran popularidad, al igual que la nueva hornada de películas turcas en España. Varios artistas españoles han participado en la bienal de Estambul y algunas galerías turcas participan en ARCO, la feria de arte contemporáneo de Madrid. Además, la mayoría de las novelas de Orhan Pamuk, Premio Nobel de Literatura de 2006, se han traducido al español.

En 2001 España abrió una oficina del Instituto Cervantes en Estambul para la enseñanza del español y la difusión de la cultura hispánica, que cuenta ya con más estudiantes que los departamentos de filología hispánica de las universidades turcas. Sin embargo, en pocas universidades españolas se imparten estudios turcos. En 2006, España y Turquía firmaron un acuerdo trienal de intercambio educativo y cultural para promover la cooperación entre centros de enseñanza superior, al mismo tiempo que algunas escuelas secundarias de Turquía han empezado a impartir clases de español.

Conclusión: Sin duda, las relaciones entre España y Turquía se reforzarán, aun cuando ésta no se convierta en miembro de pleno derecho de la UE. Las negociaciones de Turquía con la Unión y su proceso general de reforma se han estancado en los últimos dos años; sólo se han abierto 11 de los 35 capítulos que deben negociarse para su adhesión, y se ha cerrado uno, desde el inicio de las negociaciones de adhesión en octubre de 2005. Otros ocho se han suspendido hasta que Turquía acceda a abrir sus puertos a los buques grecochipriotas, y cinco han sido bloqueados por Francia, al sostener el presidente Nicolás Sarkozy que abrirlos sería dar por hecho que se llegará a una pertenencia de pleno derecho de Turquía a la UE.

 Turquía tiene que resolver la interminable disputa que mantiene en torno a Chipre (dividido siguiendo criterios étnicos desde que Turquía invadió la isla en 1974), condición previa indispensable para el ingreso turco en la UE, antes de que finalice el año, o de lo contrario se enfrenta a la posibilidad (poca probable) de que se suspendan las negociaciones. Chipre ingresó en la UE en 2004 y la prohibición impuesta por Turquía a los buques grecochipriotas contraviene los principios de la Unión.

España asumirá la Presidencia de la UE en la primera mitad de 2010. Las autoridades turcas esperan que Rodríguez Zapatero encuentre formas creativas de conseguir que se abran más capítulos y hacer así más visible su apoyo a la plena pertenencia de Turquía a la UE. Turquía se muestra reticente a modificar su postura con respecto a Chipre sin una garantía clara de que se le recompensará con una plena pertenencia al final de la tortuosa senda de negociaciones. Dependiendo de lo que pase de aquí a final de año, Ankara percibiría como un signo positivo el que Miguel Ángel Moratinos, ministro español de Asuntos Exteriores, que conoce bien el problema de Chipre, acordara reunirse, por primera vez, con el líder turcochipriota Mehmet Ali Talat antes de que España asumiera la Presidencia de la UE. Washington, que presiona vivamente en favor del ingreso de Turquía en la UE por motivos geoestratégicos propios, ya está actuando en este frente: Talat se reunió en abril con Hillary Clinton, secretaria de Estado de EEUU, en la capital estadounidense.

William Chislett
Escritor


[1] El autor desea dar las gracias a Sénen Florensa, director general del Instituto Europeo del Mediterráneo, y a Ahmet Evin, miembro del Comité Ejecutivo del Istanbul Policy Centre, por invitarle a intervenir en la Conferencia España-Turquía celebrada en Estambul los días 3 y 4 de abril de 2009, poco antes de la primera cumbre bilateral entre los gobiernos de ambos países.

[2] Véase el documento Spanish Trajectory: A Source of Inspiration for Turkey? del autor, Open Society Foundation, Estambul, noviembre de 2008, http://www.aciktoplumenstitusu.org.tr/images/basin/pdf/RaporESP8.pdf.