África, el AFRICOM y el camino hacia la estabilidad

África, el AFRICOM y el camino hacia la estabilidad

Buenas tardes y gracias por invitarme a esta bella ciudad que es Madrid. Es un honor poder hablar aquí, en el Real Instituto Elcano.

El novelista Alejandro Dumas dijo que África empieza en los Pirineos. La proximidad geográfica de España con África le permite una perspectiva y una relación únicas con ésta. Esta cercanía ha permitido a España servir de puente entre culturas. Cuando visité Fez me sentí como en La Habana. La influencia de España en la cultura de Marruecos y Cuba ha enriquecido dichas culturas, pero también a España, que se ha convertido en el vínculo de unión entre África y el hemisferio occidental.

En el mundo actual de rápidas comunicaciones, España llega a todo el mundo. Estados Unidos está especialmente agradecido a España por su colaboración en África y en el resto del mundo. España y Estados Unidos comparten preocupaciones y compromisos similares. Ambos somos miembros de la OTAN, ambos somos democracias, ambos creemos en el Estado de Derecho y los derechos humanos y a ambos nos preocupan las amenazas transnacionales relacionadas con el cambio climático, el terrorismo y la actividad delictiva. Ambos países tratan de ayudar a los países africanos y a otros países en desarrollo a mejorar sus economías e instituciones para mejorar así la vida de sus ciudadanos. En este sentido me gustaría reconocer el liderazgo y la visión de la embajadora Carmen de la Peña, directora general de Política Exterior para África del Ministerio de Asuntos Exteriores. La Sra de la Peña cree en África y en la importancia de mantener nuestra buena relación de cooperación.

Tanto España como Estados Unidos están decididos a ayudar a África a convertirse en un continente democrático, estable y próspero. Para ello debemos ayudar a los países africanos y a la Unión Africana a encontrar soluciones que pongan fin al conflicto en el Cuerno de África, donde al-Shabab y al-Qaeda han convertido a Somalia en un territorio violento; en los Grandes Lagos, donde las milicias se ceban con civiles inocentes; en el oeste de África, donde el terrorismo y el comercio ilícito están minando los gobiernos legítimos; y en Sudán, para encontrar una paz duradera.

África presenta complejos desafíos para España y Estados Unidos; unos desafíos que, de no resolverse de manera satisfactoria, podrían no sólo llegar a dañar a uno o varios Estados de África, sino desplazar a poblaciones enteras por amplias regiones y amenazar los intereses de Europa y Estados Unidos en África y en sus respectivos territorios.

Y aún así existe una diferencia importante entre España y Estados Unidos en lo que respecta a África. España está situada en primera línea. 6.600 kilómetros de océano separan Miami de Mauritania, mientras que la distancia marítima entre España y África se limita a sólo 15 kilómetros.

Hoy en día, África se encuentra en la antesala de un futuro aún incierto, un futuro que ha sido determinado por grandes reinos e imperios, por el colonialismo y por el legado de fronteras controvertidas e instituciones occidentales, y actualmente por la lucha de los Estados africanos por conservar sus ricas culturas y tradiciones mientras tratan de convertirse en naciones modernas capaces de ofrecer a sus ciudadanos alimentos, salud, seguridad y prosperidad.

La palabra egipcia af-rui-ka significa “girarse hacia la apertura del Ka”. El Ka hace referencia al útero o al lugar de nacimiento. África es nuestra herencia común: los primeros Homo sapiens se descubrieron en el valle de Awash en la depresión de Afar, en la actual Etiopía. Aquellos hombres salieron de África para poblar el resto de la Tierra.

Aun así, también crearon grandes civilizaciones en África. El Antiguo Egipto duró más de 3.000 años y albergó las grandes religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo e islamismo). El rey Menelik, hijo de la reina de Saba de Axum (Etiopía) y del rey Salomón del Yemen instauró una dinastía judeocristiana en Etiopía que se mantuvo hasta el siglo XX. En el Sáhara africano los imperios maliense y solinka eran centros de saber islámico. En Tombuctú y Gao los ancestros de los actuales imanes se remontan a los siglos XIII y XIV, y estudiosos y escribas produjeron manuscritos sobre religión, astronomía, música y matemáticas. En la actual Nigeria, las ciudades-Estado yoruba se convirtieron en centros religiosos y culturales. En el sur de África, el reino de Zimbabue que floreció del 1200 al 1500 sigue conservando el misterio de sus grandes recintos construidos sin mortero.

Hoy en día, la apertura africana al mundo (el Ka) puede observarse en su cultura, sus artistas, sus músicos, sus cineastas, etc., cuyo talento e innovación son reconocidos en el mundo entero. Y también en sus hombres y mujeres, en personas como Nelson Mandela, cuya visión dio lugar a una nueva nación basada en la tolerancia y el entendimiento, en el ejemplo de servicio dado por el ghanés Kofi Annan, antiguo secretario general de las Naciones Unidas, o en personas como nuestro propio presidente, Barack Obama, cuya herencia africana pone de manifiesto que en la creación de Estados Unidos intervinieron también africanos, además de españoles y personas de otras muchas partes del mundo.

Aun así, la llegada tardía de África a la escena internacional implica que, además de disfrutar de oportunidades (territorios y personas con un potencial excepcional), también se enfrenta a importantes desafíos. Los gobiernos africanos (a diferencia de los europeos o asiáticos e incluso de Estados Unidos) han tenido poco tiempo para madurar sus instituciones y perfeccionar su sistema de gobierno antes de tener que enfrentarse a las amenazas transnacionales del siglo XXI.

Los principales puntos de conflicto en África (por desgracia esto significa que estamos hablando de una buena parte del continente, si consideramos que los países vecinos se ven afectados por los flujos de refugiados, el comercio ilícito y el aumento de la violencia) son el Cuerno y el oeste de África, Sudán y la región de los Grandes Lagos.

Hoy en día no hay guerras locales: son todas regionales, desplazando, dañando y destruyendo millones de vidas. El conflicto de Darfur surgió poco después de que se firmara el acuerdo de paz entre el norte y el sur de Sudán, extendiéndose al Chad. La guerra en la República Democrática del Congo, que en un determinado momento implicó a 11 países, surgió a raíz del genocidio en Ruanda. En Somalia, los enfrentamientos entre clanes han sido explotados por extremistas afines a al-Qaeda. En la actualidad, al-Shabab y sus aliados están adiestrando a combatientes extranjeros para que cometan atentados terroristas dentro y fuera de Somalia.

Las amenazas transnacionales como el extremismo religioso, el tráfico de drogas, armas y personas, los flujos financieros ilegales y el cambio climático hacen aún más mortíferos los conflictos africanos de hoy en día. El terrorismo y el extremismo se alimentan de las divisiones étnicas y religiosas. El extremismo aumenta la rigidez e intransigencia de los conflictos y los hace mucho más difíciles de resolver. El cobijo ofrecido por las regiones aisladas y sin gobernar tiene su origen en las diferencias étnicas y religiosas existentes y minan la capacidad de los gobiernos legítimos. En la actualidad 23 de los 53 países africanos tienen mayorías islámicas, y esa cifra aumentará hasta 30 en el futuro próximo. La forma en que estos países hagan frente al extremismo influirá enormemente en el continente africano y en Europa y Estados Unidos.

Los cárteles delictivos minan la capacidad de los gobiernos con su comercio ilícito de minerales y su narcotráfico. La piratería y el robo de petróleo proliferan en aquellas zonas sin un sistema de gobierno, como en la región de los Kivus, Guinea Bissau, el norte de Malí, Puntlandia o Somalia. El cambio climático contribuye al conflicto en Sudán y el oeste de África al obligar a las poblaciones a migrar para tratar de encontrar nuevas zonas de pastoreo y terreno agrícola con las que reemplazar a las que han perdido. La deforestación de África duplica a la media mundial. El 90% de los antiguos bosques de África se han destruido y el 65% de las tierras agrícolas sufren degradación del suelo.

Estas amenazas transnacionales no se originaron en África. Llegaron de Europa, Oriente Medio y Estados Unidos. Los Estados africanos, muchos de los cuales se independizaron hace tan sólo medio siglo, no tienen capacidad para hacerles frente. África requerirá de nuestra ayuda para combatirlas con éxito, y ese éxito aumentará la seguridad de todos.

El presidente Obama definió la política de Estados Unidos con respecto a África durante su visita a Ghana el año pasado. Allí reiteró el compromiso de Estados Unidos con el desarrollo sostenible, la promoción de una buena gobernanza, el Estado de Derecho, unas instituciones fuertes y transparentes y el fin de los destructivos conflictos que lastran a África. Pero ante todo, Obama dijo que “el futuro de África depende de los africanos”.

La tarea de ayudar a los gobiernos a mejorar su capacidad para poner fin a los destructivos conflictos que azotan a África deseada por el presidente es responsabilidad de los Departamentos de Estado y Defensa.

El Mando para África de Estados Unidos (AFRICOM) tiene la misión de ayudar a las instalaciones de defensa de los países y a las organizaciones regionales y subregionales de defensa a dotarse de capacidad para ayudar a los africanos a crear entornos seguros y protegidos en los que el desarrollo y la democracia puedan prosperar. Su misión es promover la paz y la estabilidad cooperando con sus socios africanos para fomentar la capacidad de los ejércitos profesionales encabezados por ministros de Defensa civiles. El AFRICOM trata de llevar a cabo programas de cooperación sostenidos, eficaces y coherentes en materia de seguridad que permitan a las naciones africanas y a las organizaciones regionales dotarse de fuerzas profesionales que puedan evitar y frenar los conflictos, tanto los derivados de rivalidades nacionales como los derivados de amenazas transnacionales.

El AFRICOM es el mando estadounidense más reciente. Se creó en octubre de 2008 mediante la fusión de las responsabilidades en la zona geográfica de África anteriormente asignadas a tres de los seis mandos militares estadounidenses: el Mando Central (CENTCOM), el Mando en Europa (EUCOM) y el Mando en el Pacífico (PACOM). El AFRICOM también asumió la responsabilidad de gestionar Camp Lemonnier y las operaciones de la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada – Cuerno de África (CJTF-HOA) destacada en Yibuti.

La decisión del secretario de Defensa de crear un mando para la totalidad de África se ajusta a la práctica militar estadounidense de asignar las responsabilidades relativas a un continente o una misma región geográfica a un solo mando. De esta forma, el SOUTHCOM se encarga de Sudamérica, el PACOM de la región del Pacífico, el CENTCOM de Oriente Medio y el EUCOM de Europa. Haciendo responsable de África a un solo mando se consigue que la asistencia prestada al continente en materia de seguridad sea cada vez más eficaz, al aumentar el conocimiento y la experiencia que el AFRICOM tiene con respecto a África.

El AFRICOM es también un experimento de cooperación civil y militar. Un embajador ocupa uno de los dos puestos de comandante adjunto y se cuenta con personal civil del Estado, la USAID y el FBI en todo el Comando. La sede del AFRICOM está en Stuttgart y sus componentes del Ejército, la Armada, las Fuerzas Aéreas, las Fuerzas Especiales y la Guardia Nacional le dotan de los conocimientos y los recursos necesarios para llevar a cabo tareas de capacitación, supervisión y ejercicios militares en todo el continente.

Mi Oficina, la Oficina del Subsecretario Adjunto de Defensa para Asuntos Africanos de la Oficina del Secretario de Defensa, se encarga de las relaciones de Estados Unidos con los Ministerios de Defensa y los ejércitos de los países africanos. Colaboramos estrechamente con el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado para velar por que las actividades del AFRICOM contribuyan a la consecución de los objetivos prioritarios de política exterior y la visión estratégica del presidente.

Los principales objetivos de seguridad de Estados Unidos son ayudar a las infraestructuras africanas de defensa y seguridad a combatir el extremismo y el terrorismo, mitigar las catástrofes humanitarias y frenar las actividades delictivas. A continuación lo explicaré en mayor profundidad.

  • Lucha contra el terrorismo: ésta es la principal prioridad de seguridad del Departamento de Defensa en África y en el resto del mundo. Garantizar la seguridad de sus ciudadanos y sus intereses es una responsabilidad fundamental de Estados Unidos y de todos los gobiernos. La principal forma de conseguir este objetivo es ayudando a los militares africanos a desarrollar su capacidad de protección de los ciudadanos y de lucha contra el terrorismo y el extremismo, que se ceban en las poblaciones vulnerables y debilitan la capacidad de los Estados para gobernar.
  • Mitigación de las catástrofes humanitarias: nuestro objetivo en África es contribuir a reducir el sufrimiento humano, ya sea provocado por conflictos humanos o por desastres naturales. No sólo porque se lo debamos a nuestros semejantes en dificultades, sino también porque los desplazamientos masivos de refugiados desestabilizan a los países africanos, generan problemas políticos en toda la región y privan a África de sus inestimables recursos humanos. Reduciendo el conflicto en África también ayudamos a contener el efecto de los flujos de refugiados en la región y en Europa y Estados Unidos.
  • Freno a la delincuencia: la piratería, el contrabando y el comercio ilícito minan la capacidad de los gobiernos africanos y absorben unos recursos ya de por sí escasos. La piratería del Cuerno de África ralentiza la llegada de la ayuda alimentaria y encarece el comercio. Los cárteles delictivos y los flujos financieros ilegales desvían unos recursos necesarios, corrompen las instituciones y dañan a la sociedad civil. África no puede desarrollar sus instituciones ni beneficiarse plenamente de su riqueza mientras sus recursos humanos, minerales y financieros se desvíen hacia actividades ilícitas.

El AFRICOM contribuye a los esfuerzos del gobierno de Estados Unidos por conseguir estos objetivos (lucha contra el terrorismo, mitigación de las catástrofes naturales y freno a las actividades delictivas) de cinco formas distintas fundamentalmente:

  • El AFRICOM adiestra, supervisa y equipa a los militares africanos mediante programas de ejército a ejército, de capacitación conjunta combinada con intercambios y de operaciones regionales como FLINTLOCK, NATURAL FIRE y GOLDEN EAGLE, entre otras. El AFRICOM también colabora con la Unión Africana, con organizaciones subregionales de seguridad y con los Ministerios de Defensa para mejorar su capacidad y la atención prestada a los derechos humanos y el Estado de Derecho.
  • El AFRICOM desarrolla la capacidad militar de los países para llevar a cabo programas de mantenimiento de la paz. El Programa de Asistencia al Entrenamiento y Operaciones de Contingencia en África (ACOTA) encabezado por el Departamento de Estado despliega tropas del AFRICOM para ayudar en las tareas de supervisión y adiestramiento. Este programa ha tenido un gran éxito, dado que más de la mitad del personal de mantenimiento de la paz de África procede de países africanos.
  • El AFRICOM brinda asistencia directa a los gobiernos africanos y las organizaciones regionales. A menudo esta ayuda adopta la forma de intercambios de inteligencia, transporte aéreo de personal de mantenimiento de la paz o suministro de equipos. Los proyectos humanitarios prestan asistencia médica y veterinaria, ayuda de emergencia y asistencia técnica y financiera para pequeños proyectos comunitarios.
  • El AFRICOM ofrece la posibilidad de realizar operaciones policiales conjuntas con la Armada y las guardias costeras africanas en el marco de la Estación de Asociación con África (APS) y ofrece capacitación y equipamiento no letal.
  • El AFRICOM también está listo para utilizar sus fuerzas con el fin de combatir amenazas directas para los intereses estadounidenses en materia de seguridad o la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.

Las áreas que más preocupan a Estados Unidos y a su Departamento de Defensa son los conflictos regionales. A continuación se mencionan brevemente las zonas que preocupan al AFRICOM en materia de seguridad.

Magreb y oeste de África: el AFRICOM se deriva de la Operación Libertad Duradera – Trans-Sáhara del EUCOM que despliega a Fuerzas Especiales del AFRICOM para adiestrar y equipar a los ejércitos regionales (fundamentalmente a los de Malí y Mauritania), a fin de que dichos ejércitos nacionales puedan mejorar la seguridad y combatir la amenaza de al-Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).

El gobierno de Estados Unidos considera que la región debe encabezar la lucha contra la amenaza que supone el AQMI. Nuestra estrategia general es colaborar con la región, nuestros aliados (Francia, España y el Reino Unido), la Unión Africana y las Naciones Unidas para mejorar la gobernanza y ofrecer proyectos de desarrollo y de mejora de la capacidad militar. Aun así, nos preocupa el aumento de la amenaza representada por AQMI. El Sáhara es una zona más peligrosa que hace cinco años, especialmente para los europeos, que han sufrido secuestros. Los rescates y el narcotráfico permiten a AQMI reclutar a nuevos miembros y adquirir armas. AQMI no sólo mina la capacidad de los gobiernos para gobernar, sino que utiliza las zonas aisladas para planificar atentados contra objetivos en África y Europa.

Cuerno de África: el extremismo en Somalia pone en peligro la supervivencia de la nación somalí y ha demostrado su capacidad para llevar a cabo atentados terroristas contra personas inocentes de países vecinos. A Estados Unidos le preocupan los combatientes extranjeros que están siendo adiestrados en los campamentos de al-Shabab y la relación de esta organización con Yemen y con al-Qaeda.

El papel del AFRICOM en esta región ha sido tradicionalmente un papel militar, para tratar de velar por que los terroristas somalíes no atenten contra ciudadanos o propiedades estadounidenses en la región y fuera de ella. El AFRICOM colabora con el Departamento de Estado para establecer formas de poder ayudar a las fuerzas africanas de mantenimiento de la paz procedentes de Uganda y Burundi que sirven en Somalia. También está prestando asistencia de ejército a ejército a las fuerzas armadas nacionales desplegadas en el Cuerno. Estados Unidos valora el liderazgo de España y el adiestramiento impartido por la Unión Europea al Gobierno Federal de Transición (GFT) de Somalia. Estados Unidos considera al GFT el gobierno legítimo y sigue comprometido con el proceso de paz en Yibuti.

La región de los Grandes Lagos no supone una amenaza terrorista, pero el grado de violencia observado contra la población civil resulta inaceptable. Como mejor se afronta este desastre humanitario originado por el hombre es a través de las Naciones Unidas, dados el número de países afectados y la complejidad del conflicto. El AFRICOM está entrenando a un batallón para dotar de un componente profesional a las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo (RDC) que protegen a civiles y combaten a los insurgentes.

Sudán puede llegar a convertirse en la emergencia más compleja del continente. Este Estado, el de mayor tamaño de África, ha sido incapaz de ofrecer a sus ciudadanos una paz y una seguridad duraderas. El éxito del esfuerzo conjunto de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas y la Unión Africana en Darfur dependerá en última instancia de la resolución del conflicto norte-sur, para lo cual resultará fundamental poder votar en un referéndum justo y transparente. Todas las partes deberán respetar la decisión del sur de erigirse en nación independiente o formar parte de un Sudán unitario. Por eso es crítico que tanto Europa como la Unión Africana y las Naciones Unidas sigan estando involucradas en el proceso y prestando asistencia al sur del Sudán para que pueda existir como entidad democrática y viable, ya sea como parte de Sudán o de forma independiente.

Actualmente Estados Unidos está entrenando a un batallón fluvial e impartiendo distintos cursos de capacitación para oficiales y suboficiales del Ejército de Liberación del Pueblo Sudanés (SPLA), para ayudar al sur a responder al conflicto interno y proteger sus fronteras. Estas actividades siguen la línea del Acuerdo de Paz General y complementan las actividades llevadas a cabo por la ONU, la Unión Africana y la Unión Europea.

Cuando hablo de África a menudo hablo de los desafíos a los que se enfrenta y no de las oportunidades de las que dispone. Sin embargo, las oportunidades de África son su futuro. Quienes trabajamos en ese continente podemos contribuir de forma fundamental a que África y los africanos se beneficien de su futuro. Y podemos hacerlo respetando sus tradiciones y su cultura, permitiendo que sea África la que lidere el proceso y ofreciendo a los africanos las herramientas que necesitan para hacer frente a los desafíos y aprovechar las oportunidades.

Si lo conseguimos, los africanos podrán disfrutar de la libertad que Franklin D. Roosevelt deseaba para ellos y para el resto del mundo.

“Libertad de expresión y reunión en todos los lugares del mundo; libertad de religión en todos los lugares del mundo; ausencia de hambre en todos los lugares del mundo; y ausencia de temor en todos los lugares del mundo”.

Para finalizar me gustaría compartir con ustedes un dicho africano:

“Que los dioses, las máscaras y las estatuas nos mantengan unidos; que nuestros hijos crezcan orgullosos, autosuficientes y generosos”.

Vicki Huddleston, Deputy Assistant Secretary for Africa, Departamento de Estado EEUU.


* Ver vídeo de la conferencia (en inglés)