Toros, kimonos y canguros

Bandera de España con toro. Campeonato Europeo de Atletismo 2010. Blog Elcano
(Campeonato Europeo de Atletismo 2010 / La voz Libre)
Bandera de España con toro. Campeonato Europeo de Atletismo 2010. Blog Elcano
(Campeonato Europeo de Atletismo 2010 / La voz Libre)

Muchos piensan que la asociación de España con la imagen de un toro, que ha confirmado el último Barómetro de Imagen de España, es una mala noticia para nuestro país. Dicen que es  una imagen “estereotipada” y “antigua”, sin relación con la realidad española actual y  lejana a la que les gustaría que España transmitiese: un país de tecnología y cultura, donde el Museo del Prado, la energía solar o la biotecnología fueran las señas de identidad, por poner algún ejemplo.

Sin embargo, las imágenes o iconos que se asocian con los países son siempre “antiguos” porque se han formado y difundido muy lentamente.  Pensemos, por ejemplo, en Japón. ¿Cuál es la primera imagen que se les viene a la cabeza si piensan en ese país?. Apuesto a que para la mayoría de los españoles Japón se asocia al kimono, al sushi, a los samuráis o los luchadores de sumo. Ninguna de estas cosas está relacionadas con el país de tecnología punta y alta productividad que es realmente Japón. ¿Y Holanda? ¿No son los tulipanes y, quizá, los molinos los que identifican el país en la imaginación de los demás?  ¿Y Australia? Allí instituciones y empresas utilizan masivamente al canguro como icono para identificar a su país, junto al búmeran. ¿Significa esto que imaginamos a los australianos cazando canguros con búmeran, a los holandeses cortando tulipanes o a las japonesas vestidas habitualmente con el kimono?. Está claro que no.

De la misma forma, que a España se la asocie con el toro no implica que los demás tengan una imagen antigua de nuestro país, que piensen que asistir a las corridas de toros es nuestro entretenimiento habitual o que crean que  los españoles tenemos alma de torero,  arrojados y dispuestos a sacrificar animales por amor al arte. Simplemente saben que aquí, efectivamente, se celebran corridas de toros, un espectáculo muy peculiar que está cada vez más dirigido a los turistas y que despierta muy poco interés entre las generaciones jóvenes de españoles. Por no hablar de los “San Fermines” y su encierro, convertido desde hace mucho tiempo en una carrera de extranjeros ante los toros que se difunde en televisiones de todo el mundo.

Por otro lado, la preeminencia del toro en la imagen de España está en parte motivada por la costumbre extendida desde hace ya algunos años entre los españoles de incorporar el toro a la bandera nacional, en sustitución del escudo. En la gran exhibición de banderas nacionales que se vió en todo el país durante los últimos Mundiales de fútbol, el de Brasil y sobre todo Sudáfrica al acercarse la final, el perfil de un toro recortado en negro en el centro de la bandera se ha exhibido por doquier. El mundial de Sudáfrica, en 2010, fue la primera ocasión desde el final del franquismo en que la bandera española se exhibía masivamente en las calles de todo el país de forma espontánea, lo que supuso el fin de una era en que la bandera se asociaba al pasado franquista y era por eso rechazada. Esa sustitución del escudo por el toro puede interpretarse como una forma de popularizar la bandera, alejándola de signos del pasado medieval –los del escudo- que despiertan escasa emoción o identificación entre los individuos de hoy. Por último, la industria turística española y sus campañas de promoción aprovechan la existencia de este icono, que identifica fácilmente a España en los países más lejanos, los que menos conocen la realidad española en Asia y América, reforzando así el peso del toro en la imagen del país. Todo ello permite prever que el toro seguirá siendo durante mucho tiempo uno de los principales elementos que se asocian espontáneamente con España.

Algunos enemigos de las corridas de toros creen que eso implica una imagen internacional de crueldad de los españoles, pero los resultados de la encuesta del Barómetro de Imagen de España no confirma esto. En la respuesta espontánea a la pregunta de “¿Qué se le ocurre a usted cuando piensa en España”, sólo el 0,8% de los entrevistados en Alemania y Reino Unido,  el 0,3% en Francia, EEUU y Brasil y nadie en México, Marruecos, Argelia, Corea o Indonesia  mencionan el maltrato a los animales.