La influencia de la posesión civil de armas de fuego en las tasas de homicidio de América Latina y el Caribe

Documento de trabajo

Resumen

América Latina y el Caribe presentan actualmente las tasas de homicidio más altas del mundo, tanto en relación a su población como en números absolutos. En algunos países, las tasas de violencia armada superan aquellas de países en guerra. Las armas de fuego juegan un papel preponderante en esta problemática. En la región, su letalidad y la proporción de homicidios ejecutados con ellas superan ampliamente el promedio mundial. Los costes humanos, sociales y económicos de la violencia armada son incalculables y afectan negativamente a países y sociedades durante décadas, deteniendo e incluso revirtiendo procesos de desarrollo. Este documento de trabajo analiza el vínculo identificable entre la posesión civil de armas de fuego y los índices de violencia en América Latina y el Caribe. Los resultados muestran que la relación entre la disponibilidad de armas de fuego y las tasas de violencia no es lineal. La proliferación de armas en manos privadas parece incidir menos en las tasas de homicidio que el contexto social en el cual están inmersas. Sin embargo, la prevalencia de catalizadores de violencia armada en algunos países de la región permite suponer que un menor acceso a las armas de fuego debería traducirse en menores índices de violencia.

Introducción

Durante la década pasada, la violencia criminal en América Latina y el Caribe aumentó drásticamente y supuso la muerte de más de un millón de personas (PNUD, 2013, p. V). En el año 2012, 15 de los 20 países con mayores tasas de homicidio eran latinoamericanos (UNODC, 2014). Ese año, la tasa de homicidios de Honduras fue dos veces mayor que la tasa general de muertes violentas de Afganistán y casi cuatro veces mayor que la de Iraq (Geneva Declaration Secretariat, 2015; UNODC, 2014). En la actualidad, la inseguridad define a la región y supone la principal preocupación de sus habitantes (Lagos y Dammert, 2012).

Las armas de fuego juegan un papel preponderante en estas olas de violencia. No sólo son el arma homicida preferida, sino que su uso para cometer homicidios es más frecuente que en el resto del mundo (Gilgen, 2012; UNODC, 2011, pp. 39-45). A medida que aumenta la inseguridad, aumenta también su proliferación en una ciudadanía que se siente asustada y desprotegida. Los esfuerzos de los Estados latinoamericanos por controlar su adquisición y uso han sido tímidos y no han tenido los efectos esperados.

¿Cuál es la relación entre la proliferación civil de armas de fuego y los índices de homicidio de América Latina y el Caribe? El presente documento de trabajo busca responder a esta interrogante analizando las estadísticas sobre posesión de armas de fuego en relación a las estadísticas relativas a homicidios y a homicidios cometidos con armas de fuego. Definimos como armas de fuego las pistolas y revólveres, rifles y escopetas, rifles de asalto, subametralladoras y ametralladoras de hasta un calibre de 14.5 mm. Los términos “armas pequeñas” y “armas de fuego” se usarán como sinónimos.

Los resultados más importantes son:

  • 22 de los 26 países y territorios analizados tienen tasas de homicidio por 100.000 habitantes que superan la tasa global (6,2).
  • En 17 de los 26 países y territorios analizados, el porcentaje de homicidios cometidos con armas de fuego es superior al promedio global (46,3%). En el Caribe y Centroamérica, este porcentaje aumenta incluso al 65% y 69%, respectivamente.
  • La tasa estimada de posesión civil de armas de fuego es relativamente baja en la comparativa global y varía entre dos armas por cada 100 habitantes en Cuba hasta las 32,6 por cada 100 habitantes en Uruguay.
  • No hay una relación lineal entre las tasas de homicidio y la proliferación civil de armas de fuego. Hay países fuertemente armados pero relativamente pacíficos y viceversa.
  • Sí puede identificarse una correlación entre el porcentaje de homicidios cometidos con armas de fuego y las tasas nacionales de homicidio. Es decir, tasas altas de homicidio suelen venir acompañadas de porcentajes altos de homicidio cometidos con armas de fuego.
  • La letalidad de las armas de fuego es especialmente alta en América Central, el Caribe y el norte de Sudamérica. No parece estar determinada por su proliferación, sino por el contexto social en el que se encuentran.
  • Entre los principales factores sociales que actúan como catalizadores de violencia armada en la región están la urbanización rápida y descontrolada, un porcentaje alto de hombres jóvenes que no trabajan ni estudian, la alta desigualdad económica, un historial de conflicto armado reciente, acontecimientos violentos en países vecinos, migraciones masivas y, sobre todo, la presencia de narcotráfico y de grupos armados altamente estructurados.

El documento de trabajo está dividido en nueve apartados. Tras la introducción, se hará un repaso de la violencia armada en América Latina y el Caribe, prestando especial atención al papel que juegan las armas de fuego. En el tercer apartado se presentarán las limitaciones del estudio, derivadas de la falta de información regional sobre homicidios y armas de fuego. En el cuarto apartado se analizará la proliferación de armas de fuego en los países de la región y en el quinto los homicidios. En el sexto apartado se relacionarán ambas estadísticas. En un séptimo apartado se analizarán las respuestas emprendidas por los gobiernos de la región a la proliferación armamentista. El estudio finaliza con las conclusiones y la bibliografía.

Diego Sanjurjo
Politólogo, investigador predoctoral del Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, máster en Políticas Públicas y máster en Cooperación Internacional | @dsanjurjogarcia