Introducción

Cuba y EEUU han vuelto a dar una sorpresa al mundo. En 1959 Fidel Castro se hizo con el poder en Cuba y Washington rompió enseguida relaciones con la Isla. La opinión dominante entonces fue que ese enfrentamiento tendría poco recorrido. Pero el recorrido no sólo se fue alargando sino que se situó en el centro de conflictos insospechados como la más grave crisis nuclear que se ha vivido, movimientos guerrilleros en diversos países latinoamericanos, la independencia de Angola y Namibia y continuó incluso después de que dejara de existir la Unión Soviética. Tras medio siglo de opiniones erradas sobre lo que cabía esperar de las relaciones entre Cuba y EEUU, la opinión dominante apuntaba que el desenlace sería un retorno al punto de partida una vez que Fidel Castro abandonara este mundo. Fidel no lo ha abandonado todavía pero –también contra la opinión dominante– pasó el poder a manos de su hermano Raúl. Extremando prudencia, pero escatimando imaginación, la opinión dominante dictaminó entonces que las cosas volverían a donde debían estar en cuanto ambos hermanos Castro pasaran a mejor vida. Y entonces… he aquí que un buen día a finales de 2014 aparecen en televisión Barak Obama y Raúl Castro diciendo al alimón que han acordado tratar de normalizar las relaciones entre Cuba y EEUU e ir arreglando las cosas que durante tanto tiempo y en términos tan graves les han enfrentado. La opinión dominante actual ya no saben qué profetizar y alguien me pide a mí que explique lo qué está pasando, quizá porque a mediados de 2014 ya apunté lo que ha ocurrido. Lo intentaré respondiendo a las preguntas que con más frecuencia escucho al hablar de este tema.

Carlos Alonso Zaldívar
Embajador de España en Cuba, 2004-2008

La Habana. Foto: Angel Domini (CC BY-NC-ND 2.0)