Resumen[1]

Los cripto activos, que se caracterizan por el uso de blockchain, su naturaleza privada y su ambición de convertirse en un medio de pago e inversión, han crecido en popularidad desde el año 2008. Pretenden descentralizar las finanzas y eliminar el papel de los intermediarios financieros tradicionales. Hoy en día hay miles de criptomonedas en circulación y el blockchain, junto con los smart contracts que soporta, ha permitido el desarrollo de cientos de aplicaciones de finanzas descentralizadas (DeFi) que forman sus propios ecosistemas. Su popularidad y volumen de mercado ha crecido de tal manera que hace inevitable el escrutinio de los reguladores y de la sociedad en general para entender cómo funcionan estos mercados y su papel. Las criptomonedas tienen un marcado carácter especulativo y apenas están ligadas a transacciones económicas reales. Por ello, los reguladores deben reaccionar de manera rápida e, idealmente, coordinada, para incorporar a las criptomonedas y otros cripto activos dentro de los marcos regulatorios existentes, o diseñar otros nuevos que los acomoden minimizando las externalidades negativas que ya existen. Parece inevitable que parte de la tecnología que soportan las criptomonedas se extienda a otras aplicaciones e industrias. El objetivo debe ser encontrar el delicado equilibrio entre la protección y seguridad de los stakeholders involucrados en estos activos sin asfixiar el desarrollo innovador de la tecnología.

Introducción

Hasta la crisis financiera de 2008, el término “cripto activos” estaba reservado para unos pocos ingenieros e informáticos que buscaban nuevas maneras de expandir las posibilidades de la tecnología y la descentralización financiera. Estos tecno-entusiastas teorizaban y lanzaban los primeros proyectos que incluían, por ejemplo, la tecnología de blockchain (cadena de bloques). Sin embargo, fue el artículo de 2008 de Satoshi Nakamoto sobre Bitcoin el que empezó a colocar de manera acelerada a los cripto activos como un tema de gran relevancia en las discusiones de inversores, instituciones financieras, reguladores y el público general. La crisis del COVID-19, aceleradora de muchas tendencias, sólo ha aumentado el interés por este sector.

Los cripto activos llegaron a alcanzar una capitalización de mercado por encima de 3 billones de dólares a finales de 2021. Su interrelación con los mercados bursátiles y financieros globales está creciendo, el perfil de los inversores en los mercados de cripto activos se está diversificando, y las aplicaciones y naturaleza de su mercado también se expande: de criptomonedas a stablecoins (monedas estables), a ecosistemas DeFi (finanzas descentralizadas), los NFT (tokens no fungibles), Web3 y el metaverso y un largo etcétera que se empieza a definir como la “criptoeconomía”. Lo que antes era un mundo “virtual” en los márgenes de la sociedad, está tomando mucho protagonismo, aunque todavía son muy pocos los que lo comprenden bien.

Es por eso por lo que es imprescindible analizar con detenimiento en qué consisten los cripto activos, la tecnología que los vertebra, sus modelos de gobernanza y sus riesgos. Los principales defensores de las criptomonedas y la tecnología blockchain argumentan que su modelo descentralizado llevará a la sustitución de muchos de los servicios del sistema financiero actual y a introducir mayor eficiencia en muchos otros sectores de la economía. Los detractores opinan que se trata de un gran fraude, controlado por pocos actores, basado en una burbuja especulativa inflada por los inversores amateur y que además permite la financiación de actividades delictivas. En cualquiera de los casos, los reguladores de todo el mundo deben tomar decisiones coordinadas para acomodar el boom de los cripto activos y asegurar la estabilidad financiera, la efectividad de las políticas monetarias y la protección de los inversores. Los sistemas financieros se enfrentan a un reto de gran calado cuyos impactos, tanto beneficiosos como perjudiciales, tienen un enorme potencial transformador.

Este documento de trabajo pretende presentar el actual estado de la cuestión[2] del mercado de cripto activos que facilite la comprensión de este fenómeno para no expertos. Tiene, por tanto, un fin más descriptivo que analítico. En primer lugar, se definen los cripto activos, se explica brevemente el funcionamiento de la cripto economía y las características de los modelos de gobierno resultantes. A continuación, identificamos los principales cripto activos y su relevancia en el mercado. Después, se describen los riesgos de este tipo de inversiones y el público al que están alcanzando. Finalmente, incluimos dos secciones dedicadas a las políticas públicas en las que, por un lado, se analizan los principales avances regulatorios en materia de cripto activos en el mundo y, por otro, se describe brevemente las principales iniciativas que están sobre la mesa para crear Central Bank Digital Currencies (CBDC), es decir, monedas digitales soberanas como respuesta a las criptomonedas y stablecoins.


[1] Nuestro agradecimiento a John Whelan, Andrés Ortega, Miguel Ángel Fernández Ordoñez y David Tercero-Lucas por sus comentarios a versiones anteriores de este DT.

[2] Es importante señalar que este es un sector que está cambiando a una velocidad vertiginosa, y lo que hoy es el estado de la cuestión puede quedarse desactualizado en pocos meses.


Imagen: Red de Bitcoin mundial. Foto: TamimTaban