Transiciones digitales sostenibles: instrumentos en el largo plazo

Transiciones digitales sostenibles. Imagen de la instalación Pleasant Places, de Quayola. Foto: Ars Electronic (CC BY-NC-ND 2.0). Blog Elcano
Transiciones digitales sostenibles. Imagen de la instalación Pleasant Places, de Quayola. Foto: Ars Electronic (CC BY-NC-ND 2.0)
Transiciones digitales sostenibles. Imagen de la instalación Pleasant Places, de Quayola. Foto: Ars Electronic (CC BY-NC-ND 2.0). Blog Elcano
Transiciones digitales sostenibles. Imagen de la instalación Pleasant Places, de Quayola. Foto: Ars Electronic (CC BY-NC-ND 2.0)

Afirmar que la transformación digital está alterando de forma radical todas las dimensiones de la sociedad y la economía no debería ser una sorpresa a día de hoy. Lo que realmente resulta inaudito y poco abordado es cómo debemos prepararnos ante el cambio que el propio paradigma de sostenibilidad va a experimentar con la transformación digital, en sus sentidos medioambiental, económico, financiero, industrial, educativo, demográfico, político y social.

No es sólo que las tecnologías existentes, emergentes y disruptivas ayuden a conseguir objetivos de sostenibilidad en el largo plazo, gracias a su “efecto palanca”, o como acelerador. También es que la propia digitalización sea sostenible en sí misma. Y no es una tarea sencilla.

El escenario de futuro empieza ahora

Hacer del nexo entre digitalización y sostenibilidad una visión de largo plazo es necesario porque, tal y como indica la teoría de la dependencia del camino, el resultado de un proceso no depende sólo de la situación actual, sino de toda una secuencia de decisiones tomadas a lo largo del tiempo. La creación de nuevos currículums educativos sobre digitalización, ecosistemas transfronterizos de innovación industrial, o la mayor autonomía estratégica mediante manufactura aditiva –impresión 3D– ya no son tareas compartimentadas. El esfuerzo coordinado permitirá la adaptación de toda una fuerza de trabajo –con sus particularidades de edad, género, sector, región– a un mercado laboral más exigente en habilidades digitales. También la transición hacia nuevos modelos de economía sostenible, como el negocio circular.

Igual de importante será la generación y mantenimiento de confianza ciudadana en las instituciones públicas ante estos procesos de transición, y la garantía de estabilidad social sin mayores niveles de descontento y rechazo a unos ciclos siempre marcados por el escepticismo social. El esfuerzo de comunicación pública, transparencia y divulgación social a todas las edades y grupos será esencial.

Proyección de la creación neta de empleo a partir de iniciativas digitales en el sector de la logística (2016-2025). Fuente: Understanding the impact of digitalization on society, World Economic Forum (2020).
Proyección de la creación neta de empleo a partir de iniciativas digitales en el sector de la logística (2016-2025). Fuente: Understanding the impact of digitalization on society, World Economic Forum (2020).

El Foro Económico Mundial pronostica que la digitalización creará más que destruirá empleos. Pero que la sociedad transite y se adapte a estos cambios estructurales dependerá de una colaboración público-privada más intensificada –y bien estructurada por ambos lados– para la adaptación del mercado de trabajo y para la propia protección del usuario en los servicios digitales.

Se necesitarán espacios de diálogo en donde todos los actores involucrados –más de los que pueden imaginarse– canalicen sus ideas en un sentido tanto permanente como puntual, cuando la necesidad lo apremie. Este mecanismo de dos velocidades permitirá proyectar una gobernanza anticipatoria –con objetivos, indicadores y escenarios potenciales, plausibles, probables, preferibles–, a la vez que evitará el cortoplacismo latente de los pequeños pasos.

Dos ejes-tractor para totalizar la sostenibilidad

Con el fin de hacer de lo digital algo debidamente sostenible en el largo plazo, hay dos ejes esenciales a utilizar como “maquinaria”. El primero es distinguir de forma clara lo que son las políticas públicas “de” lo digital y “a través” de lo digital (public policy on and through the digital). No porque sean excluyentes, sino porque de entender su diferencia depende el éxito y la efectividad a la hora de vincular políticas sectoriales con instrumentos gestores de lo puramente digital.

Políticas públicas de y a través de lo digital

Políticas públicas de lo digital Políticas públicas a través de lo digital
Regulaciones:

  • Protección de derechos digitales.
  • Mercados (comercio electrónico, gatekeepers, hiperescaladores de datos…).
  • Legislación propia de lo digital (IA, 5G, IoT, impresión 3D, blockchain) o legislación ya existente y complementaria (Propiedad Intelectual; privacidad).
Paso del evidence-based policymaking al data-driven policymaking.

Aprendizaje de experiencias pasadas: formulación, implementación, evaluación, calibración.

Reto: Ni todo está dataficado, ni todos los datos están en manos de las autoridades públicas. Un primer paso es partir de la Base de Datos para el Bien Social y una adecuada gestión del Programa de Donantes de Datos planteadas en la Estrategia Europea de Datos, la Estrategia Nacional de IA, y la Carta de Derechos Digitales.

Estímulo económico y fiscal:

  • Mission-Oriented Innovation Policies (MOPs): destinadas a proyectos de misión-país.
  • Instrumentos financieros específicos: fondos de capital riesgo público-privado, (European) Digital Innovation Hubs, otros.
  • Sandboxes.
Vertebración de políticas sectoriales (descarbonización, vivienda, empleo, autonomía estratégica europea en baterías y materias primas) mediante fondos conjuntos para acelerar procesos con capacidades digitales.
Arquitectura institucional:

  • Traslación de medidas provenientes de la Unión Europea en Agencias y Ministerios.
  • Establecimiento de Comités de Diálogo de carácter público-privado y social.
Los ciclos de políticas públicas se aceleran, se intensifican, y las fases se entremezclan y no siempre siguen el camino tradicional.

Reto: Planificar en el largo plazo requiere monitorización y evaluación periódica. Se necesita comunicación constante.

Fuente: elaboración propia.

El segundo eje no se refiere a las políticas públicas, sino a los liderazgos –en plural– necesarios para hacer de la transformación digital un activo tractor, al modo Mazzucato, de cambios sostenibles en el largo plazo: en capacidades, intención y actitud. De acuerdo con el informe de 2020 del Foro Económico Mundial, sólo un 13% de líderes empresariales afirma que sus organizaciones están preparadas para la era digital, cuando el 70% del valor de nuevos negocios hasta 2030 nacerá en plataformas digitales. A ello se une que sólo el 20% de las pequeñas y medianas empresas en Europa están actualmente digitalizadas, con la consecuente pérdida de competitividad en sus sectores. Que el 58% de las grandes compañías sí lo estén es positivo, pero lo cierto es que el 97% del ecosistema español continúa siendo de pymes.

Hacer sostenible lo digital es dotar de liderazgo(s) a las pymes. Ello requiere también adaptar las nuevas formas de cadenas de provisión –que pasan a estar más localizadas–, la operacionalización –que ya no es sólo jerárquica, sino horizontal y rápida–, o el propio valor de la innovación industrial –que pasa de ser lineal y de shareholder, a ser dinámica y multiactor (stakeholder).

Transformar estos procesos deberá hacerse en conjunción con una economía verde que, de acuerdo con el primer Informe de Prospectiva de la Unión Europea, plantea varios escenarios para 2050 y caminos para llegar a los objetivos de descarbonización, y de limitar el incremento de la temperatura. El tercer liderazgo estará en manos de la propia adaptabilidad de la sociedad (y sus particularidades) a esta transformación digital.

Conclusiones

La transformación digital está permeando –y lo hará con mucha mayor intensidad, velocidad, alcance y direcciones– en todos los sectores, niveles territoriales y dinámicas actuales de colaboración entre actores. Del mismo modo que la transformación digital va a cambiar el propio paradigma de la sostenibilidad, este cambio tecnológico debe ser sostenible en sí mismo. Esto le dota de un valor añadido (oportuno y necesario): cada uno de los pasos que componen estas transformaciones (en plural) se hace con miras al largo plazo. De ahí la necesidad de establecer un anclaje de instrumentos y liderazgos como los presentados para garantizar que los futuros escenarios sean no sólo plausibles, sino también accionables, gestionables y resilientes. Medidas específicas para objetivos holísticos, tanto a nivel estatal como en coordinación con el resto de actores de la Unión Europea.