Primarias en EEUU 2016: hacia una convención republicana abierta

EEUU 2016: Marco Rubio renuncia a la campaña en el Partido Republicano (15/3/2016). Imagen vía AP.org. Blog Elcano
Elecciones primarias en EEUU 2016: Marco Rubio renuncia a la campaña en el Partido Republicano (15/3/2016). Imagen vía AP.org.
Elecciones primarias en EEUU 2016: Marco Rubio renuncia a la campaña en el Partido Republicano (15/3/2016). Imagen vía AP.org. Blog Elcano
Elecciones primarias en EEUU 2016: Marco Rubio renuncia a la campaña en el Partido Republicano (15/3/2016). Imagen vía AP.org.

Las matemáticas están de su lado en las primarias en EEUU 2016: Hillary Clinton va a entrar en la historia cuando se convierta en breve en la primera mujer en disputar la carrera presidencial en EEUU. Su ventaja sobre Bernie Sanders hace prácticamente imposible que su rival pueda alcanzarla. Y ha sido su victoria en Ohio la más preciada de este segundo Súper Martes. Porque si bien sus triunfos en Florida y Carolina del Norte han sido mucho más importantes en cuanto al número de delegados alcanzados, Ohio ha demostrado que ella también puede ganar votos en estados que permiten el registro de los independientes –no olvidemos que tanto Sanders como Trump se alimentan en buena parte de estos votantes–, y entre los trabajadores “blancos” industriales del Midwest, su punto flaco. Y no todos apostaban por que lo consiguiera, sobre todo tras su derrota contra todo pronóstico hace dos semanas frente a Sanders en Michigan, otro estado del medio oeste. Perder en Ohio hubiera acrecentado las dudas sobre su candidatura, Sanders podría entonces haber sumado siete victorias, y todo se hubiera revuelto.

Pero si bien las cosas parecen bastante claras del lado demócrata, el republicano ha entrado en una complicada fase. La victoria de John Kasich en Ohio y la estrepitosa caída de Marco Rubio en Florida han hecho crecer dramáticamente las posibilidades de que se llegue a la convención republicana de julio sin un candidato que haya alcanzado el mágico número de 1.237 delgados que le asegurarían su nominación. Unos delegados que, hay que recordar, todavía no existen.

Todo el mundo habla de que se llegará a una convención contestada o abierta (contested convention) en Cleveland donde cualquier escenario posible es cuando menos caótico. Pero ¿en qué consiste? Habría una primera votación en la que el 90% de los delegados deben votan a los candidatos elegidos en base a las primarias. Si ninguno de ellos consigue la mayoría se pasaría a una segunda votación en la que instantáneamente casi tres cuartas partes de los delegados –más de 1.800 de los 2.472– son “liberados” pudiendo escoger a cualquiera de los que se presenten. Se podría llegar incluso a una tercera votación donde ese número de delegados libre de votar se incrementa aún más,  por encima del 80%, por lo que las cosas son absolutamente impredecibles. Y todo apunta a que la locura irá creciendo a medida que el proceso avance.

Quiénes son esos delegados y cómo se eligen se convierte ahora en clave para el resultado final. La presión se traslada, por tanto, a ese oscuro y complicado procedimiento de elegir a los delegados que por ahora son ficticios. Pero la realidad para los candidatos es que tienen relativamente poco que decir en este proceso que varía enormemente de estado en estado. Cerca de una cuarta parte del total de esos delegados son escogidos directamente por los candidatos vencedores, pero el feroz federalismo que practica el Partido Republicano hace que alrededor del 73 % se escojan en convenciones estatales o comités ejecutivos, pudiendo seleccionar a cualquiera independientemente de a quién apoyen.

Tampoco hay que olvidar que aún no se sabe a dónde irán los votos que deja Rubio, aunque el sentido común dice que será Kasich quién se beneficie por encima de Ted Cruz. Y, además, el próximo lote de estados –New Jersey, Arizona, Delaware, Dakota del Sur y Montana– parece favorecer a Donald Trump, que sigue a la cabeza. Llegados a Cleveland ¿se respetará la voluntad de la mayoría, aunque no sea suficiente? Por ahora se mantendrán en carrera los tres candidatos –Trump, Cruz y Kasich– tratando de recolectar delegados y forzar precisamente esa convención abierta. Luego, se verá.

Pensando en noviembre, los triunfadores de este Súper Martes, Donald Trump y Hillary Clinton, a pesar de ser los favoritos crean demasiado escepticismo, aversión y resistencia en un amplio sector de la población norteamericana, algo inusual en unos comicios generales. Trump asusta a muchos con su oratoria incendiaria y sus propuestas radicales. Y Clinton, aunque vista como una figura política más seria, sigue luchando por ganarse la confianza del electorado. Según Gallup, el 53% de los norteamericanos tienen una opinión desfavorable de Clinton, y un 63 % de Trump; menos de la mitad de los votantes republicanos en los cinco estados de este Súper Martes dicen que Trump es honesto y fiable; y aunque una mayoría de votantes demócratas ve a Clinton como honesta y fiable, siempre es por detrás de Sanders.

Rubio fue profético en su última noche en esta loca competición. Incluso estuvo mejor que nunca en el peor día de su carrera política, ofreciendo un emotivo y profético discurso de despedida:

The politics of resentment of other people will not only leave us a fractured party but will leave us a fractured nation.”

Una nación muy polarizada, eso es lo que nos encontramos.

Próximas citas:

  • 22 de marzo: American Samoa (GOP), Arizona, caucus en Idaho (caucus), Utah.
  • 28 de marzo: Caucus en Alaska (Dem.), caucus en Hawaii (Dem.), caucus en Washington.
  • 5 de abril: Wisconsin.