Al final todo llega: un brasileño dirigirá la OMC

(*) Publicado el 7/5/2013 en Infolatam.

Una de las demandas que los países emergentes vienen planteando en los últimos años es que se les permita ubicar a sus representantes en la dirección de organizaciones económicas internacionales clave. En el FMI y el Banco Mundial, que siempre han tenido a la cabeza europeos y estadounidenses, aún no lo han conseguido. En la Organización Mundial del Comercio (OMC) acaban de lograrlo. El brasileño Roberto Azevêdo sustituirá al francés Pascal Lamy a partir de septiembre de este año al frente de la organización económica internacional más poderosa e influyente del mundo (el FMI puede parecer más poderoso, pero sólo puede imponer políticas a los países a los que ha prestado dinero, mientras que la OMC las impone a sus 159 estados miembros en todo momento, además de contar con el tribunal económico internacional más efectivo, temido y respetado).

Azevêdo, un prestigioso diplomático experto en temas comerciales y actual embajador brasileño ante la OMC, ha logrado vencer al mexicano Herminio Blanco, que ero el otro finalista. Mientras que Blanco contaba con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea por tener una posición más liberal ante la apertura comercial, Azevêdo ha tenido el apoyo de China y otras potencias emergentes, que se han caracterizado por una integración en la economía global más estratégica y selectiva, que en ocasiones incorpora elementos mercantilistas. Aunque entre 2002 y 2005 el tailandés Supachai Panitchpakdi ya dirigió la OMC, que ahora vaya a estar al frente de la misma un brasileño supone un espaldarazo para una de las potencias emergentes más activas en el ámbito del comercio internacional. No en vano, Brasil y la India son considerados desde la Ronda Uruguay del GATT (1986-1994) como los dos países emergentes con intereses más claros y estrategias de negociación más agresivas en el seno de la OMC, siempre con el permiso de China, que se incorporó a la OMC en 2001.

Sin embargo, la tarea de Azevêdo no será fácil. La OMC se encuentra de capa caída al llevar atascada en la interminable ronda de Doha varios años mientras ve  como su efectividad es socavada por un sinfín de iniciativas comerciales de carácter bilateral y regional.

De hecho, el comercio internacional ha sufrido una transformación radical en las últimas décadas a la que la OMC no ha sabido adaptarse. Han aparecido nuevas cadenas de suministro globales que permiten a las empresas multinacionales ubicar distintas partes del proceso productivo en distintos países para aprovechar las ventajas de costes. Sin embargo, estas cadenas de suministro requiere un nuevo tipo de reglas comerciales, centradas en la protección de los servicios o en la seguridad jurídica para las inversiones, aspectos en los que la OMC no ha sido capaz de establecer reglas globales al encontrarse atascada en la estrecha agenda de la Ronda de Doha, que se ha ocupado básicamente del comercio agrícola y del de manufacturas tradicionales.

En definitiva, Azevêdo tendrá la difícil tarea de intentar salvar a la OMC de la Ronda de Doha y lograr que se ocupe de los temas comerciales relevantes para el siglo XXI, cómo multilateralizar la regulación comercial sobre cadenas de suministro globales, abordar los retos de la seguridad alimentaria y energética, o atreverse a entrar en ámbitos como la relación entre comercio y cambio climático, la manipulación de los tipos de cambio o la regulación de los fondos soberanos, que son los temas que interesan hoy a ciudadanos, empresas y gobiernos. Y todo ello en un contexto de creciente rivalidad geoeconómica y de tensiones proteccionistas en los países avanzados que no han logrado todavía dejar atrás la crisis.

Si Pascal Lamy, un hábil negociador con enorme prestigio no fue capaz de vencer las resistencias de los estados miembros de la OMC para cerrar la Ronda de Doha y adaptar la institución a sus nuevos retos, nada asegura que su nuevo Director General vaya a poder hacerlo. Pero un liderazgo brasileño (y latinoamericano) sin duda merecen una oportunidad.

Federico Steinberg es investigador principal de Economía Internacional del Real Instituto Elcano y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.