La OPEP amaga el golpe

(*) Publicado el 28/9/2016 en Expansión.

Los últimos meses han visto repuntar el precio del petróleo hasta tocar los 50 dólares desde los mínimos de principios de año, cuando el Brent llegó a cotizarse por debajo de los 30 dólares. Sin embargo, a la vuelta del verano la Agencia Internacional de la Energía cambió sustancialmente sus perspectivas sobre la evolución del mercado alertando de que sus fundamentales se han deteriorado por un aumento de la demanda mucho menor al esperado, una Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) produciendo en máximos y unos productores estadounidenses con mayor capacidad de adaptación a la caída de precios de la esperada.

El impulso inicial de los bajos precios al crecimiento de la demanda se ha ido desvaneciendo con el tiempo, y los productores tampoco han reducido la producción en la medida de lo esperado. Todo ello apunta a que el mercado del petróleo retrasará su reequilibrio hasta bien entrado 2017 y que los precios no se recuperarán en el último trimestre de este año como se esperaba.

Cita en Argel

La reunión informal de la OPEP con Rusia en Argel ha vuelto a avivar las expectativas acerca de una eventual limitación conjunta de la producción. Debe recordarse que el último año ya ha visto fracasar todas las reuniones del cartel y de éste o sus miembros con Rusia, cuyos negociadores han desfilado sucesivamente por Doha, Viena y Moscú. Aunque ninguno de estos intentos ha fructificado, sí han permitido a los precios vivir algunos días de euforia hasta que se hacía evidente que no había voluntad firme de limitar la producción y así cambiar el sentimiento del mercado. En el mejor de los casos pudo hablarse de una tenue escalada en la presión retórica del cartel y su acompañante ruso, el mayor productor no OPEP y segundo mundial después de Arabia Saudí tras la caída de la producción de Estados Unidos en los últimos meses.

La penúltima parada de la procesión negociadora recaló en China a principios de septiembre en los márgenes del G20, donde el príncipe saudí Mohammed Bin Salman y Vladimir Putin acordaron la posibilidad de entablar una cooperación futura en la materia y celebrar una reunión bilateral para octubre. El ministro de energía ruso, Alexander Novak, mostró la disposición inmediata del Kremlin a limitar la producción al nivel alcanzado en cualquier mes de la segunda mitad de 2016. El impacto de la medida es relativo, pues no por casualidad Rusia ha estado produciendo a niveles récord en estos últimos meses, pero bastó para agitar a los mercados. Khalid Al-Fali, nuevo ministro del petróleo saudí, se apresuró a aclarar que no veía la necesidad de congelar la producción y que todavía había tiempo para tomar una medida así, con lo que los precios retornaron gradualmente a los niveles previos.

“La posibilidad de congelar la producción de cada país a un nivel determinado ha sido descartada, sustituyéndola por la introducción de techos de producción”

La reunión informal de Argel puede elevar algo más el tono acordando una reunión extraordinaria de la OPEP y amagando iniciativas menores que probablemente queden sin aplicación. Pero al igual que en las ocasiones anteriores está por ver que el acuerdo vaya mucho más allá de expresar la voluntad de alcanzar un acuerdo en reuniones sucesivas, informales o extraordinarias, con Rusia o sin ella. De hecho, las expectativas se han moderado en las últimas semanas. Primero aclarando que una reunión informal no puede tomar decisiones, luego recordando que sí puede convocar una reunión extraordinaria de la organización para hacerlo, y en los últimos días matizando el alcance de las medidas a aplicar en esa reunión extraordinaria. Recientemente la posibilidad de congelar la producción de cada país a un nivel determinado ha sido descartada, sustituyéndola por la introducción de techos de producción. Ello permitiría acomodar la oposición iraní a limitar su producción en los actuales máximos de 3,6 millones de barriles diarios (mbd) tras la retirada de las sanciones, acordando un techo que varía según las fuentes entre los 4 y los 4,3 millones de barriles al día.

La realidad geopolítica

Algunos miembros del cártel (empezando por Argelia, anfitrión del encuentro y muy afectado por la caída de los precios del petróleo) se han mostrado favorables a permitir el aumento de la producción de Irán hasta los niveles previos a las sanciones. Éste es el punto que llevó a Arabia Saudí a bloquear las negociaciones precedentes y no parece que vaya a cambiar su postura, aunque podría flexibilizarla. Mientras negocian, el reino y sus aliados Kuwait y Emiratos Árabes Unidos están produciendo a niveles récord en una dura competencia por ganar cuota de mercado, y lo último que harían sería limitar su producción para ceder cuota a Irán o a los productores estadounidenses de fracking de mayores costes. También sería necesario establecer techos generosos para Libia y Nigeria, la primera con un gran potencial de exportación si se estabilizase la situación del país y la segunda con una producción menguada por el recrudecimiento del conflicto con los rebeldes del Delta del Níger. Irak aspira igualmente a un techo compatible con sus progresos en atraer nuevas inversiones extranjeras y las correspondientes expectativas de continuar aumentando la producción.

Al igual que las veces anteriores, los mercados pueden reaccionar a los mensajes que se manden estos días desde Argel; y volverán a hacerlo, en su caso, cuando se produzcan la reunión bilateral entre Rusia y Arabia Saudí y la extraordinaria de la OPEP. Pero parece difícil que una OPEP con preferencias y capacidades cada vez más divergentes pueda transmitir una señal creíble que contrarreste la ralentización de la demanda y la acumulación de existencias. Tal vez el elemento más distorsionador sea que pretenda hacerlo de la mano de Rusia, que pasaría en un par de años del G8 a la OPEP, una degradación inaudita para sus aspiraciones de gran potencia. Eso sí, semejante proto-cartel tendría que cambiar el acrónimo, que es en lo que puede quedarse toda la maniobra ¿Se admiten apuestas por NO-PEP?

Gonzalo Escribano
Director del Programa Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano
| @g_escribano