Literatura traducida: ¿Por qué es tan difícil acceder al mercado anglo-americano? (ARI)

Literatura traducida: ¿Por qué es tan difícil acceder al mercado anglo-americano? (ARI)

Tema: Este ARI examina cuestiones relacionadas con la traducción de obras literarias y las perspectivas que tiene la literatura escrita en español de acceder al mercado norteamericano.

Resumen: Aunque el mundo editorial es uno de los sectores de la industria cultural más grandes y rentables, la literatura de ficción y la poesía traducida de otros idiomas que no sean el inglés no puede existir sin subvenciones en lo que se ha convertido en un entorno globalizado, altamente competitivo y comercial. Este ARI explica brevemente las iniciativas que existen en el sector público europeo para promover la traducción y la publicación de literatura y qué otras barreras se levantan contra las obras de ficción traducidas, en especial en el Reino Unido. Después plantea el ejemplo de la publicación de obras españolas en EEUU, la nueva tendencia por la cual las editoriales estadounidenses publican simultáneamente los títulos en inglés y en español, en lugar de importar títulos en castellano de una empresa editorial española, lo cual establece un vínculo con la tecnología de libros electrónicos y publicación en línea. En un futuro mundo editorial electrónico, las empresas editoriales locales podrán ofrecer también libros en distintos idiomas en línea, sin necesidad de vender los derechos electrónicos a editoriales extranjeras.

Análisis

Literatura traducida e iniciativas para promocionarla
El sector editorial es un sector muy comercial, pero la literatura es también una forma de arte; la literatura puede proporcionar a los lectores una comprensión extraordinaria del pasado y el presente de la cultura, además de ayudarles a reconocer preocupaciones comunes y un patrimonio compartido, promoviendo así el entendimiento intercultural.

La literatura de ficción y la poesía traducidas no pueden existir sin subvenciones en lo que se ha convertido en un entorno global altamente competitivo y comercial. Esto se aplica en especial a la traducción de obras literarias escritas en idiomas que no sean los hablados mayoritariamente, fuera de la corriente dominante anglo-americana.

El Reino Unido y EEUU son los mercados más interesantes pero también en los que resulta más difícil conseguir que una obra sea traducida, al dominar como lo hacen la lingua franca del mundo contemporáneo. Entre 300 y 500 millones de personas en todo el mundo hablan inglés como lengua materna y se calcula que 1.000 millones lo hablan como segundo idioma. Según una reciente estimación, 1.900 millones de personas, casi un tercio de la población mundial, tienen un nivel básico de inglés. Por lo tanto, la traducción al inglés es importante como puerta de entrada a la traducción a otros idiomas, puesto que muchos editores de todo el mundo pueden leer el libro en inglés y decidir si lo traducen a su propio idioma.

Cada año, se publican en el Reino Unido 11.500 libros de ficción. Sin embargo, las estadísticas de la Publishers’ Associationno incluyen datos sobre libros traducidos. Los únicos datos disponibles son cifras de 2004 que indican que alrededor de un 1,8% de las obras de ficción publicadas en el Reino Unido habían sido traducidas. Comparada con el volumen de traducciones de otros países europeos –12,4% en Alemania, 24% en España y 15% en Francia–, la cifra del Reino Unido parece muy pequeña.

A pesar de que al menos el 60% de las traducciones de cualquier país proceden del inglés, el hecho de que el 40% restante sea una traducción de otros idiomas implica un origen más saludable, amplio y de origen más diverso que el 1,8% de traducciones totales al inglés (fuentes: Börsenverein des Deutschen Buchhandels / Ministerio de Cultura de España / French Institute London, Alexandra Buchler Report – Making Literature Travel).

Los lectores de lengua inglesa crecen leyendo exclusivamente publicaciones en inglés; los lectores del resto del mundo siempre han crecido leyendo traducciones.

La situación en EEUU es parecida: en la edición del 23 de abril de 2006 del New York Times, un artículo de Dinitia Smith titulado “PEN World Voices: The New York Festival of International Literatura” revelaba un hecho nada sorprendente pero lamentable: “Andrew Grabois, director de la empresa R.R. Bowker, que monitorea las cifras del sector editorial, indicó esta semana que de los 185.000 libros publicados en EEUU en inglés en 2004, sólo 874 eran libros de literatura adulta traducidos”.

La traducción constituye un coste añadido en el proceso de publicación de un libro. La mayoría de los países europeos llevan a cabo programas para promocionar su literatura nacional en el extranjero y fomentar su traducción, y apoyan además a sus propias empresas editoriales para que ofrezcan literatura internacional a sus lectores locales. Las organizaciones que ofrecen subvenciones, y que son mencionadas más abajo, tienen como fin el promover la literatura propia de un país en el extranjero, aumentando el conocimiento internacional de la cultura de ese país. Estas subvenciones tienen también una finalidad económica pues ayudan al comercio y a la industria editorial del país.

El Ministerio de Cultura español ofrece ayuda a los editores para financiar el coste de las  traducciones de literatura o de obras científicas escritas por autores españoles en cualquiera de las lenguas oficiales de España. Los beneficiarios pueden ser tanto editores españoles como extranjeros. En Francia, el departamento de literatura del Ministerio de Relaciones Exteriores lanzó en 1993 un programa que ofrecía financiación directa a editoriales para ayudar en los costes de promoción o traducción vía el Bureau du Livre (que forma parte de la Embajada Francesa) en Londres. Esta ayuda puede complementar las subvenciones proporcionadas por el Centre National du Livre. Por su parte, la Foundation for the Production and Translation of Dutch Literature existe para promover los intereses de la literatura en lengua holandesa en el extranjero; y la lista continúa… Los beneficiarios de estas ayudas son editores extranjeros: algunos países subvencionan hasta el 70% de los costes de traducción.

Al ser el inglés el idioma en el que resulta más difícil ser traducido y publicado, hay muchas iniciativas de otros países europeos hechas a medida para las editoriales y los agentes literarios del Reino Unido, y que les informan con regularidad sobre nuevos libros y reseñas publicados en esos países. Entre los periódicos y revistas especiales destinados a los editores del Reino Unido para mantenerlos informados estáelNew Books in German (que se publica desde 1996), una revista semestral dirigida principalmente a los atareados editores británicos y norteamericanos a los que les gustaría publicar más traducciones y que aprecian una ayuda independiente a la hora de encontrar los títulos más apropiados entre los miles que se publican al año en Alemania.

Otra iniciativa semejante es el boletín informativo electrónico French Book News, que se envía a editores, librerías y otros, con noticias acerca de libros publicados en Francia e informaciones sobre subvenciones,etc. El boletín informativo es publicado por el servicio cultural de la Embajada Francesa bajo la dirección del Consejo Cultural.

La revista promocional en línea New Spanish Books (misión comercial española – ICEX, dirigida por el departamento económico y comercial de la Embajada Española en el Reino Unido) se creó siguiendo el modelo alemán en 2006. El número de traducciones al inglés de libros escritos originalmente en español realizadas en el Reino Unido (de España o Latinoamérica) ha aumentado, según el director de New Spanish Books, un 50%, desde los 63 libros en 2004 a 93 en 2007; de ellos, 26 eran “clásicos” y 67 “obras contemporáneas”.

La UE fomenta la cooperación cultural entre los Estados miembros y los países candidatos a la incorporación financiando parcialmente algunos proyectos. El gasto de la UE en cultura ha sido considerado tradicionalmente como insuficiente por los operadores culturales de toda Europa. Los recursos destinados a proyectos en el área de los libros y la lectura, y en especial a apoyar la publicación de traducciones, también se consideran escasos, tanto en términos reales como en la proporción que suponen en el gasto total del programa.

Los cambios que han afectado a la edición internacional en la última década –globalización y centralización de la venta de libros, por nombrar solo dos– han tenido un profundo impacto en la publicación de literatura traducida. El espíritu mismo del negocio editorial se ha transformado y parece que ahora se aplica una sola regla: todos y cada uno de los títulos tienen que reportar beneficios. En un mercado de las dimensiones del Reino Unido y EEUU, esto significa vender al menos 20.000 ejemplares, en tanto que los títulos extranjeros, a no ser que sean de algún autor conocido, se publican con una tirada de unos 2.000.

A menudo se cita el coste de la traducción como un factor que inhibe la publicación de mayores tiradas. No puede negarse que las obras traducidas incurren en costes más altos que las obras escritas originalmente en inglés, pero estos costes deben considerarse junto al hecho de que los libros traducidos suelen publicarse con anticipos relativamente bajos. También hay una amplia infraestructura de ayudas disponibles, como se ha indicado anteriormente para compensar la inversión inicial.

Otro argumento que se esgrime con frecuencia en contra de la publicación de traducciones se relaciona con la insularidad cultural o el Little England-ism del público lector y los editores. Las razones podrían estar relacionadas con la historia, puesto que esta actitud se corresponde con el dominio del inglés como idioma universal a lo largo del último siglo. Vinculado a esto está el hecho de que la enseñanza de lenguas extranjeras en el Reino Unido suele considerarse deficiente, lo que lleva a un menor estudio de la obra de autores extranjeros y a una menor curiosidad hacia otras culturas.

La tendencia de edición bilingüe en EEUU
El español es el segundo idioma más utilizado en EEUU después del inglés. Según la edición de 2006 de la encuesta American Community Survey, realizada por la Oficina del Censo de EEUU, el español es el principal idioma de comunicación en el hogar para más de 34 millones de personas de cinco años o más. En EEUU viven más de 40 millones de hispanos, lo cual convierte a esta comunidad de lengua española en la quinta mayor del mundo tras México, Colombia, España y Argentina.

Hace poco más de una década, los libros en español ocupaban un espacio mínimo en las estanterías de las librerías del país. Pero el censo de 2000 y su revelación sobre el rápido crecimiento de la población hispana despertaron un renovado interés entre las empresas editoriales norteamericanas por satisfacer los deseos lectores de los hispanohablantes. Entonces apareció El Código Da Vinci de Dan Brown, que no solo arrasó en las listas de los libros internacionales más vendidos sino que se convirtió rápidamente en una de las traducciones al español más vendidas de todos los tiempos. Mientras que los títulos en castellano más vendidos en EEUU suelen vender entre 15.000 y 20.000 ejemplares, de El Código Da Vinci se vendieron más de 300.000 ejemplares en todo el país, marcando el comienzo de lo que algunos han descrito como una nueva era para los libros en lengua española en Norteamérica.

Los editores han empezado a hacer coincidir la publicación de las versiones en inglés y español. Las traducciones de bestsellers han ayudado al mercado editorial general pues los lectores son ahora conscientes de que la sección de títulos en español en sus librerías está aumentando.

Fue entonces cuando varias editoriales importantes estadounidenses empezaron a establecer departamentos para cultivar nuevos talentos hispanos y centrarse en la venta tanto de libros en español como de libros en inglés orientados hacia el mercado hispano. Por esa época, las grandes cadenas de librerías empezaron a contratar a compradores de libros en español para estudiar la demografía del mercado y ampliar sus secciones de libros en español. Durante muchos años las empresas editoriales españolas fueron las únicas que suministraban al mercado hispano. Ahora compiten con las editoriales norteamericanas en la búsqueda de nuevos autores y derechos de traducción.

La revolución tecnológica en el sector editorial
Con el avance de la tecnología –el “eReader” y el “Kindle” están en el mercado desde el año pasado– la industria editorial cambiará de forma espectacular. Los elementos que se necesitan son: un dispositivo que haga que la lectura sea agradable; un contenido a un precio ajustado; una gran selección de contenidos; y libros electrónicos fáciles de utilizar.

En principio, un libro electrónico es una propuesta atractiva, no sólo porque puede ofrecer características difíciles o imposibles de encontrar en un libro impreso, como hipervínculos, contenido multimedia, opción de corta y pega, altos grados de interactividad y contenidos actualizados. Se puede descargar y leer de forma inmediata, y los editores no tienen que transportar cantidades enormes de libros por todo el mundo y guardarlos en almacenes.

Las estadísticas de ventas de libros electrónicos para abril de 2008 han sido publicadas por la Association of American Publishers (AAP), quien las recopila, como también lo hace el International Digital Publishers Forum (www.idpf.org). Las ventas de libros electrónicos sumaron 3,4 millones de dólares en abril de 2008, lo que supone un incremento del 19,9% respecto a abril de 2007.

El papel sigue siendo el mejor medio para la lectura de un texto, y hasta hace poco ha sido difícil ofrecer una claridad semejante en una pantalla. Pero el desarrollo de la tecnología “e-ink” (tinta electrónica), que utiliza millones de microcápsulas blancas y negras en una pantalla, de la E-ink Corporation, ha mejorado espectacularmente el texto en una pantalla. Sony’s Reader utiliza un “e-ink” y, según la empresa, su batería permitirá pasar hasta 7.500 páginas.

¿Quién está utilizando libros electrónicos en este momento? Dejando aparte productos tipo base de datos y manuales técnicos, la respuesta es: una gran variedad de lectores. “Todas las grandes editoriales ofrecen libros electrónicos, y ello incluye los libros más vendidos y los libros menos vendidos. Entre el 60% y el 70% de la lista de los bestsellers del New York Times está disponible en formato electrónico”, indica Nick Bogaty, director ejecutivo del International Digital Publishers Forum (IDPF).

¿Se beneficiará la literatura traducida de la revolución tecnológica? La literatura traducida funciona bien del inglés a otros idiomas (pero no tanto en sentido inverso) y entre lenguas minoritarias.

Si los libros electrónicos llegaran a estar disponibles para la venta en las páginas web de las editoriales, podrían ser publicadas directamente en varios idiomas, especialmente en inglés, sin necesidad de vender los derechos a empresas editoriales extranjeras o británicas/norteamericanas del Reino Unido o EEUU. Esto puede aplicarse al menos a los derechos electrónicos; por su parte, los derechos del libro en su versión impresa se pueden vender como hasta ahora a editoriales extranjeras.

Del mismo modo que los editores norteamericanos se han dado cuenta de la existencia de lectores en español, y crean estrategias para publicar bestsellers simultáneamente en inglés y español, adquiriendo los derechos en lugar de importarlos desde España, es posible que la revolución tecnológica en la industria editorial pudiera seguir el mismo ejemplo. Una empresa editorial española podría publicar un libro electrónico en los principales idiomas del sector y venderlo directamente a todo el mundo desde su sitio web, o desde un portal especialmente creado, sin necesidad de vender los derechos de traducción a otras editoriales en distintos países.

Con ello se incrementaría enormemente el potencial para hacer que los libros escritos en lenguas minoritarias estén disponibles para todos.

Conclusión: Francia, España y Alemania aventajan con creces al Reino Unido a la hora de ofrecer intercambio literario internacional, cooperación y traducción.

En este ARI se intentan bosquejar las principales razones por las que la literatura traducida es tan escasa en el Reino Unido: razones históricas y culturales, el arraigado provincianismo cultural británico y el poder de la lengua inglesa, como idioma predominante en el contexto mundial, lo cual se refleja también parcialmente en las conglomeraciones de editores y libreros.

Se han apuntado las iniciativas que aplican hoy en día distintos gobiernos europeos para mejorar la situación: subvenciones de otros países, boletines informativos y premios literarios, por ejemplo. ¿Pero por qué siguen siendo reacios los editores que operan en el Reino Unido? Puede que no se trate en absoluto de un problema económico, puesto que en apariencia no faltan recursos para ello.

Si no es el problema de los costes lo que impide que la traducción de literatura tenga una amplia aceptación en Gran Bretaña, quizá la razón sea cultural.

Uno de los principales motivos por los que la UE intenta fomentar el proceso de intercambio cultural y la promoción de literatura europea en otros idiomas es como reacción a la creciente influencia de la americanización. Por un lado, la promoción de la literatura traducida está destinada a fomentar la idea de que compartimos valores humanos comunes; por otro lado, está destinada a llamarla atención y conservar la ilusión de las identidades y diferencias regionales. Una de las razones por las que Gran Bretaña es relativamente indiferente a la idea de reconocer las diferencias culturales –reflejadas en la literatura extranjera– probablemente sea que no interpreta la globalización como una amenaza. La tradicional indiferencia británica hacia los idiomas extranjeros que se afianzó de forma paralela a la imposición del inglés como lengua internacional del comercio, se ha transformado en el culto al multiculturalismo. Puede ser que el “multiculturalismo” proporcione la ilusión de la “otredad” –un argumento podría ser “¿quién necesita leer la traducción inglesa de una novela española o italiana cuando puedes leer a Salman Rushdie o a Zadie Smith en el original?”.

La insularidad cultural británica respecto al continente –unida a esa conexión global a través de la Commonwealth– podría disminuir a medida que las jóvenes generaciones se vean expuestas cada vez más a la cultura europea a través de la educación –incluyendo la literatura extranjera en el currículum escolar– y por medio de los intercambios y los viajes. La agenda cultural de la UE probablemente suponga elevar el perfil de los traductores, con becas y premios que fomenten la calidad y una mayor actividad. Incluso con todas estas transformaciones, la literatura traducida tendrá todavía un largo y difícil camino hacia un reconocimiento significativo en el Reino Unido.

Con el abaratamiento en la producción y la distribución de los libros, gracias a los avances tecnológicos (y aunque la distribución física siga siendo necesaria en muchos casos), el libro electrónico y el lector electrónico abren la posibilidad de la edición en línea, por la que la traducción de literatura podría prescindir de los socios extranjeros y permitirse la venta directa por la editorial a lectores de todo el mundo –siempre que lo permitan las normativas nacionales en cada caso–.

Cristina Fuentes La Roche
Directora del Hay Festival Cartagena de Indias y directora de programación del Hay Festival Segovia