Diez puntos de vista sobre el ascenso pacífico de China y sobre las relaciones entre China y Europa

Diez puntos de vista sobre el ascenso pacífico de China y sobre las relaciones entre China y Europa

Señoras y Señores:

Hoy, es para mí un gran placer tener esta oportunidad para intercambiar opiniones con todos ustedes. Espero que a través de nuestras comunicaciones e intercambios podamos mejorar nuestro entendimiento mutuo, ampliar el consenso y aprender recíprocamente del desarrollo respectivo de los ámbitos económico y social con miras a promover el desarrollo común.

He notado que en los últimos años, el rápido crecimiento económico de China ha provocado un debate extenso y entusiasta en Europa. Muchas sugerencias útiles se han planteado para fomentar el desarrollo económico sostenible en China. Existen también reflexiones razonables sobre cómo Europa puede aprovechar las oportunidades que ofrece el crecimiento económico de China para fomentar su propio desarrollo. Por supuesto, hay también preocupación sobre dónde irá China en el futuro, etc. Este debate es tanto constructivo como inspirador para el desarrollo de China. Mi discurso de hoy es también parte de este debate. A continuación, quisiera ofrecerles diez consideraciones sobre el tema: “el ascenso de la China moderna es un ascenso pacífico y la revitalización de la nación china es la revitalización de la civilización”. También quiero explicarles que China debe aprender mucho de las experiencias exitosas de la integración Europea para nuestro ascenso pacífico.

El primer punto, el ascenso pacífico de China se refiere a un ascenso integral del país para llevar a cabo la gran revitalización de la nación china, a partir de la 3ª sesión plenaria del 11º Congreso del Partido Comunista Chino celebrada a finales de los años 70 del siglo pasado y hasta mediados del siglo XXI, cuando China culminará su programa de modernización. Incluye dos aspectos estrechamente vinculados: en primer lugar, marca el camino a seguir en el proceso de desarrollo de nuestro país, con la construcción de forma independiente de un socialismo con características chinas, pero formando parte –no aislándonos– del proceso de globalización económica e intentando que resulte un éxito tanto para nosotros como para la comunidad internacional; y, en segundo lugar, establecer nuestro objetivo de desarrollo nacional, que consiste esencialmente en completar nuestro programa de modernización a mediados de este siglo, para que China pueda salir de su estado de subdesarrollo y se convierta en un país desarrollado de nivel medio. Este programa y este objetivo de desarrollo son los que denominamos “el desarrollo para el ascenso pacífico de China”. Como el presidente Hu Jintao ha reiterado recientemente en muchos acontecimientos internacionales: “el ascenso pacífico de China significa que luchamos por un entorno internacional pacífico para desarrollarnos, mientras empleamos nuestro propio desarrollo para mantener la paz mundial. China es una fuerza firme para el mantenimiento de la paz mundial.”

En segundo lugar, el ascenso pacífico de China se centra en garantizar los derechos de subsistencia, desarrollo y educación para la población china –que comprende de 1.300 millones a 1.500 millones de personas– y garantizar una vida decente y digna a una curta parte de la población mundial. Esto proceso es fundamentalmente diferente a la época Brezhnev, cuando el Partido Comunista Soviético, bajo el lema “revolución mundial”, intentó imponer su hegemonía mediante la expansión militar. Para los chinos, nos llevará todo el tiempo del que disponemos en finalizar esta “enorme tarea” –basada en las condiciones particulares de China, a las que ningún otro país en la historia moderna se ha tenido que enfrentar– para mediados del siglo XXI. Será un éxito enorme e impresionante.

En tercer lugar, el desarrollo hacia el ascenso pacífico está vinculado a la globalización económica. El ascenso pacífico de China coincide con la nueva ronda de la globalización económica, que facilitará a China, durante este ascenso, cubrir sus necesidades de recursos internacionales pacíficamente, mediante el uso del flujo libre de los factores de producción en el mercado global. Es totalmente innecesario saquear los recursos de otros países mediante la expansión exterior o con colonias de ultramar, como hicieron Alemania y Japón en el pasado. En este sentido, es la globalización económica la que está ayudando a la China moderna a lograr su ascenso pacífico. China es una beneficiaria de la globalización económica y, en consecuencia, ha participado tan activamente en esta ronda de globalización –sin precedentes– que ha alcanzado una interdependencia tal con el resto del mundo que ninguna de las dos partes puede ya permitirse perder a la otra. Esta es la razón por la cual China desea mejorar el orden internacional contemporáneo tanto político como económico a través de una serie de reformas, y no tiene la intención ni de desafiar ni de subvertir el orden internacional político y económico ya existente.

En cuarto lugar, el ascenso pacífico de China está relacionado con el sistema socialista con unas particulares características chinas. El Sr Deng Xiaoping definió el sistema socialista con particulares características chinas como “un socialismo que busca constantemente elevar el nivel de productividad en su política interna y que aboga por la paz en su política exterior”. En su gestión de las relaciones entre la reforma, el desarrollo y la estabilidad, la administración del Partido, la nación y las Fuerzas Armadas, así como en el desarrollo de su política interna, exterior y de defensa nacional, los líderes chinos –desde el presidente Jiang Zemin al presidente Hu Jintao– han heredado plenamente y desarrollado conforme a cada nueva situación la gran causa fundada por el Sr Deng Xiaoping. En esta nueva etapa del nuevo siglo, en nuestras políticas internas y exteriores, aplicamos resueltamente la filosofía básica de buscar la paz fuera de China, buscar la armonía dentro del país y buscar una conciliación pacífica entre ambos lados del estrecho de Taiwan, con el fin de construir una China armoniosa y un mundo armonioso. Una filosofía totalmente nueva como ésta ha tenido, tiene y seguirá teniendo una gran influencia en la políticas tanto internas como exteriores de China.

En quinto lugar, el sentido más profundo del “ascenso pacífico de China” es la gran revitalización de la civilización china, que interactúa con otras civilizaciones contemporáneas. La nación china cuenta con magníficas tradiciones, historia y cultura. En particular, creemos en el gran valor de la armonía, en lograr la armonía permitiendo las diferencias, en la sinceridad, la confianza y la amistad, el trato a los países vecinos como amigos y no hacer a los demás lo que no quisiéramos que nos hicieran a nosotros, etc. La nación china ha sufrido enormemente en su historia moderna y entendemos profundamente lo aborrecible que es la política de la fuerza y lo valiosa que es la paz. Por este motivo, el Sr Deng Xiaoping aconsejó repetidas veces al Partido y al pueblo que no buscamos la hegemonía ni en el pasado, ni ahora, ni nunca jamás en el futuro cuando hayamos alcanzado el desarrollo. Hemos convertido ya en una premisa básica de nuestro Estado la de no pretender nunca la hegemonía. Como señaló el Sr Lee Kuan Yew, primer ministro de Singapur, “el ascenso pacífico de China no amenazará a ningún otro país. Al revés, con su dinámica y magnífica cultura nacional, ¡China está dispuesta a encender la luz de la civilización humana!”.

En otras palabras, si la China moderna quiere verdaderamente lograr ese ascenso pacífico, tiene que combinar la civilización material socialista, la civilización política, la civilización cultural y la civilización medioambiental para construir una sociedad socialista armoniosa. En este proceso, integraremos la tradición con la reforma y la innovación, integraremos la dependencia de sí mismo con la apertura al exterior e integraremos la construcción activa de una China armoniosa con la promoción de un mundo armonioso. En nuestro proceso de modernización, iremos adelante con la magnífica civilización china, crearemos una nueva imagen de la nación china y trabajaremos para revitalizar la civilización china, que se caracteriza por la búsqueda de la paz y la creencia en la sinceridad, la amistad, la armonía y el dinamismo. Yo creo que, si pueden ustedes comprender este punto, no existirá ya motivo de preocupación por el ascenso pacífico de China.

En sexto lugar, China se enfrenta a numerosos desafíos en su ascenso, sobre todo en cuanto a recursos y el medio ambiente y los dilemas que se presentan al intentar desarrollar nuestra sociedad y nuestra economía de forma equilibrada. Nuestra manera de abordar estos desafíos es la de las “tres transcendencias”. Transcenderemos la antigua industrialización y fomentaremos una nueva pauta de industrialización; transcenderemos el modo en que ascendieron las modernas grandes potencias y la mentalidad de Guerra Fría –basada en la ideología– y participaremos activamente en la globalización económica; y transcenderemos los modelos anacrónicos para el gobierno de la sociedad y seguiremos construyendo una sociedad socialista armoniosa. En esencia, esto quiere decir que necesitamos realizar un gran esfuerzo para fomentar la gran revitalización de la nación china mientras interactuamos con las demás civilizaciones modernas. Esto es porque el objetivo de las tres estrategias es lograr la combinación eficaz de una “sociedad que emplea sus recursos eficientemente”, una “sociedad del aprendizaje”, una “sociedad de desarrollo urbano y rural equilibrado” y una “sociedad abierta” de características chinas, o, en otra palabras, lograr una sociedad armoniosa y dinámica. En resumidas cuentas, dicha transformación social significa que en la primera mitad del siglo XXI, basado en un socialismo con características chinas, reconstruiremos la nación china, reconstruiremos la sociedad china y reconstruiremos la calidad de los 1.300 a 1.500 millones de ciudadanos chinos.

En séptimo lugar, nuestro sueño de un ascenso pacífico de China solo puede ser un “sueño chino” basado en las condiciones nacionales de China y con la finalidad de resolver los problemas propios de China. No estamos en condiciones de tener ningún otro tipo de sueño. Por ejemplo, hablando del consumo energético, no podemos permitirnos alcanzar el “sueño americano” de un consumo anual per cápita de 25 barriles de petróleo. Nuestro consumo annual per cápita de petróleo es de menos de 1,5 barriles y nos hemos fijado una meta de reducir en un 20% el consumo energético por unidad de PIB para el año 2010, es decir, al término del 11º Plan Quinquenal. En cuanto al movimiento de población, nunca desearemos el “sueño europeo” del desarrollo de exportar 60 millones de personas a colonias de ultramar desde el principio de la historia moderna. Dependemos de nosotros mismos para enfrentarnos al fenómeno de la migración interna de una enorme población rural. También, para aumentar la fortaleza de nuestro país, nunca tendremos el “sueño soviético” de la época de Brezhnev, cuando la Unión Soviética se involucró en una carrera armamentista y “exportó revolución”. Nosotros solo exportamos ordenadores, no revoluciones.

En octavo lugar, el modo chino de desarrollo del ascenso pacífico ha fijado una base sólida para el futuro desarrollo de las relaciones entre China y Europa. Europa ha sido siempre una prioridad para las relaciones exteriores de China. Las relaciones chino-europeas tienen un amplio espacio de cooperación y unas perspectivas excelentes. El mercado chino está abierto para Europa. El año pasado, la Unión Europea, tras su ampliación, sobrepasó a Japón para convertirse en el socio comercial número 1 de China. Al mismo tiempo, China pasó de ser el tercero al segundo mayor socio de la Unión Europea, solamente detrás de los Estados Unidos. Nuestro comercio bilateral total el año pasado alcanzó los 173.000 millones de dólares y para este año se prevé llegar a los 200.000 millones de dólares. Esperamos que mientras fomentamos la cooperación económica, comercial y financiera, científica y tecnológica, educativa y de protección medioambiental, China y Europa intensifiquen el diálogo y las consultas en cuestiones de política internacional, especialmente en temas como la lucha contra el terrorismo internacional, la prevención de la proliferación de armas de destrucción masiva, así como los problemas regionales más preocupantes como Irak, Irán y el programa nuclear de la Península Coreana, etc. La Unión Europea y China compartimos las mismas o similares posiciones con respecto a muchas importantes cuestiones internacionales actuales. El ascenso pacífico de China para llegar a ser un gran país responsable nos ofrece una excelente oportunidad para desarrollar una asociación estratégica. Nosotros, al igual que muchos países europeos, apoyamos el multilateralismo y creemos en el uso de medios políticos para resolver las disputas internacionales y valoramos la diversidad y la tolerancia entre distintas civilizaciones.

En noveno lugar, es importante ver las diferencias en cuestiones comerciales entre China y la Unión Europea en su justa medida. Es inevitable que surjan diferencias cuando el comercio bilateral entre China y la Unión Europea ha registrado un crecimiento tan rápido. La clave es que tenemos que tratar estos problemas desde la altura estratégica de las relaciones bilaterales. El pasado verano alcanzamos un acuerdo sobre los productos textiles aceptable para ambas partes. El acuerdo refleja el compromiso mutuo y la comprensión mutua entre China y la Unión Europea. Creo que si ambas partes se proponen seguir trabajando con este espíritu, podremos enfrentarnos con éxitos a disputas similares en el futuro.

En décimo lugar, China necesita aprender de Europa para resolver los problemas que se le presenten en su ascenso pacífico. Entendemos que la apertura no solo significa  desarrollar los intercambios internacionales sino también aprender de las experiencias de otros países. Desde que China adoptó una política de reforma y apertura, hemos venido aprendiendo de Europa y ya hemos obtenido mucha experiencia con ustedes. Claro que el aprendizaje continúa todavía. Al ir progresando China en su ascenso pacífico hacia el desarrollo, más nos damos cuenta de la importancia de la experiencia europea.

Desde la revolución industrial, Europa ha contribuido enormemente al desarrollo de la civilización humana, pero también ha sufrido el tremendo impacto de las dos Guerras Mundiales. Por tanto, Europa comprende bien el valor de la paz. Especialmente, desde el fin de la Guerra Fría, Europa se ha movido progresivamente hacia la integración y ha creado una nueva situación de unificación pacífica y de auge pacífico. El proceso no está exento de dificultades y problemas. Sin embargo, comenzando con la Coalición Europea de Carbón y Acero, han creado gradualmente la Unión Europea y están ampliándola progresivamente. Europa se ha convertido paso a paso en una fuerza política clave en el mundo. En el proceso de integración, Europa estableció un mercado común, hizo realidad la libre circulación de mercancías, capitales, servicios y personas, y lanzó una moneda única, todos los cuales han supuesto enormes beneficios económicos para los países miembros de la Unión. Son estos beneficios tangibles los que han asegurado el desarrollo sostenible de la Unión Europea. La experiencia así obtenida es de suma importancia para China, tanto al participar en la globalización económica como al promover su ascenso pacífico.

Somos conscientes también de que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Europa ha experimentado un largo cambio histórico y una transformación social. Sobre todo a partir de los años setenta del siglo pasado, han surgido nuevos aspectos de esta transformación, que han causado una acelerada división social y un aumento en la conflictividad, incluyendo los recientes disturbios en París, que han centrado la atención del mundo. Nosotros creemos que el pueblo, siempre tan pleno de recursos, continuará aportando nuevas experiencias a la civilización humana.

En resumen, creo que la experiencia europea de revitalización y ascenso tras la Segunda Guerra Mundial es importantísimas y muy útil para China en nuestro propio proceso de ascenso pacífico y que necesitamos estudiar cuidadosamente y aprender de dichas experiencias. En el mundo actual, tanto China como Europa, situadas en los extremos oriental y occidental del Continente Euro-asiático respectivamente, están inmersos en un proceso de ascenso pacífico. Compartiendo experiencias y aprendiendo el uno del otro podremos ciertamente contribuir a la paz y al desarrollo común. En una situación tan estratégica, necesitamos más que nunca experiencias europeas y amigos europeos. Confío en que el tema y el mecanismo del debate de hoy mostrarán una gran vitalidad.

Muchas gracias.