Tema
El G20 debate desde hace tiempo la aplicación de un tipo impositivo mínimo anual del 2% a las rentas más altas (milmillonarios). ¿Cuál sería el efecto de este impuesto? ¿Cómo puede llevarse a la práctica?
Resumen
La desigualdad patrimonial ha pasado a ser uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan nuestras sociedades modernas por su repercusión en la cohesión social y la estabilidad económica. La cifra de personas con un patrimonio superior a los 1.000 millones de dólares ha crecido a un ritmo anual del 10% en las últimas décadas, pasando de 140 personas en los años 80 del siglo XX a 2.781 milmillonarios en la actualidad. Este aumento ha ido en paralelo a nuevas vías para ocultar la riqueza. A la evasión fiscal extraterritorial y la ocultación patrimonial en instituciones financieras con sede en paraísos fiscales, se añade la inversión en bienes inmuebles, activos susceptibles de eludir el intercambio de información y mantener el secretismo, así como el traslado de residencia de los grandes patrimonios a jurisdicciones donde tradicionalmente se pagan pocos impuestos.
Las investigaciones empíricas constatan el déficit fiscal de los individuos con grandes patrimonios. La mayor parte de la población de un país paga entre un 25% y un 50% de sus ingresos en impuestos a lo largo de toda la distribución de la renta, mientras que los milmillonarios y cienmillonarios pagan entre el 20% y el 25%. En todos los casos, los tipos impositivos efectivos para los milmillonarios son mucho más bajos que los de otros grupos de renta. En ausencia de políticas que hagan frente al déficit tributario de los milmillonarios, la riqueza de este grupo seguirá subiendo hasta rondar el 20% del PIB mundial de aquí a 10 años. Ante esta situación, se está planteando en diversos foros, de manera destacada en el G20, la aplicación de un impuesto mínimo global para la parte más alta de la distribución de la riqueza (milmillonarios y cienmillonarios) como una respuesta normativa necesaria. Ese impuesto consistiría en un tipo complementario para los milmillonarios del equivalente al 2% del valor de su patrimonio.
En el pasado, los intentos de aplicar de forma efectiva un impuesto sobre la riqueza han tenido menos éxito debido a la movilidad de los milmillonarios o de la propia riqueza. La entrada en vigor de la ley FACTA en EEUU y del ECCI en la OCDE sirvió para implantar el intercambio automático de información entre autoridades tributarias para determinados activos financieros. Ampliar el intercambio de información a otras clases de activos podría facilitar la implantación de un impuesto mínimo global. Alcanzar un acuerdo multilateral en torno a un impuesto mínimo global sobre la riqueza de los milmillonarios es una tarea incierta, puesto que las negociaciones de normas internacionales comunes entre países suelen durar años. Aun así, la experiencia reciente demuestra que se pueden cerrar acuerdos con éxito cuando varios países conforman una masa crítica, dan el primer paso de manera unilateral, firman un tratado y empiezan a intercambiar información. Aparte del intercambio automático de información, la creación de un registro mundial de bienes podría ser el objetivo último de los gobiernos en los próximos años, después de la implantación del impuesto.
Análisis
1. Introducción
La tributación a los patrimonios milmillonarios se está erigiendo como un tema prominente en el debate económico mundial. En las últimas décadas, el 1% de los patrimonios más acaudalados ha tenido en sus manos alrededor del 40% de la riqueza mundial, un porcentaje que se ha mantenido en el tiempo prácticamente sin cambios. Una de las razones fundamentales para esta persistencia ha sido la habilidad de los milmillonarios para pagar cuotas impositivas reales más bajas que el resto de la población. A raíz de los debates recientes en la Cumbre del G20 de 2024, ha empezado a plantearse un nuevo enfoque: aplicar un tipo impositivo mínimo anual del 2% a los patrimonios milmillonarios.
El presente estudio examina la dinámica de acumulación de la riqueza por parte de los milmillonarios y cuantifica los ingresos que se podrían generar gracias a ese impuesto. Partiendo del crecimiento patrimonial de los milmillonarios en el último decenio, hemos calculado que, frente al 0,06% actual, la recaudación anual podría ascender al 0,22% del PIB mundial en 2025 y llegaría al 0,27% en 2030. El total de los ingresos tributarios de los próximos siete años sería de unos 2,1 billones de dólares en valor absoluto. Podría convertirse en una fuente sustancial de ingresos que los países aprovecharían para abordar con eficacia los retos fiscales del futuro y reducir las desigualdades. En los siguientes apartados, exploraremos la evolución de los patrimonios milmillonarios en los últimos cuatro decenios y los mecanismos que facilitan la evasión fiscal, presentamos los cálculos de recaudación anual mediante la aplicación de un impuesto mínimo global y, por último, examinamos el papel de la cooperación mundial para llevar a la práctica este impuesto.
2. El escalón más alto de la riqueza mundial
La desigualdad patrimonial ha pasado a ser uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan nuestras sociedades modernas por su repercusión en la cohesión social y la estabilidad económica. La disparidad patrimonial entre ricos y pobres se ha visto exacerbada desde la década de 1970 por la globalización, los avances tecnológicos y algunas decisiones políticas que han favorecido a las personas adineradas y a las grandes multinacionales.[1] Según Forbes, en la actualidad existen 2.781 personas con un patrimonio estimado superior a 1.000 millones de dólares. En comparación con la población mundial, se trata de un grupo ínfimo, pero que concentra una riqueza acumulada de 14,2 billones de dólares. Esta cifra de “milmillonarios” ha ido creciendo a un ritmo anual del 10% en las últimas décadas, hasta pasar de 140 personas en los años 80 del siglo XX a las 2.781 actuales (véase la Figura 1).
Figura 1. Número de milmillonarios, 1987-2024
Para facilitar la comparación a lo largo de los años, se puede calcular el incremento de los patrimonios milmillonarios en porcentaje de la renta mundial, es decir, la parte de la riqueza mundial en manos de las personas con mayores ingresos (Atkinson et al., 2011). Aplicando este método, los milmillonarios representan el 0,0001% superior de la población mundial. Como se muestra en la Figura 2, la riqueza poseída como porcentaje del PIB mundial ha subido del 3% al 13,5% en las últimas cuatro décadas. En la Figura 3 se presentan estimaciones sobre la magnitud de este incremento, utilizando índices anuales compuestos reales de crecimiento de la riqueza (con correcciones para tener en cuenta la inflación mundial). En todas las décadas desde 1980 se ha observado que la riqueza real en manos de milmillonarios ha crecido un 7% al año, mientras que, en comparación, el patrimonio medio por adulto ha subido un 1,8%. A primera vista, se constata que el índice de crecimiento de las personas más ricas del planeta ha cuadriplicado el promedio mundial para un adulto. El efecto compuesto acumulado de este incremento tiene implicaciones enormes para las desigualdades y cabe achacar a este fenómeno el aumento del porcentaje de la riqueza mundial en manos del 0,0001% de la población.
Figura 2. Riqueza del 0,0001% más acaudalado (como % del PIB mundial), 1987-2024
Figura 3. Índices anuales reales de crecimiento: riqueza del 0,0001 % más adinerado y patrimonio medio por adulto
Años | Riqueza del 0,0001% superior | Patrimonio medio por adulto |
---|---|---|
1987-1994 | 7,2 | 0,4 |
1994-2004 | 7,8 | 2,5 |
2004-2014 | 6,6 | 0,4 |
2014-2024 | 6,9 | 3,5 |
Total | 7,1 | 1,8 |
La variación geográfica por continentes es otra característica definitoria del patrimonio mundial de los milmillonarios. En 2024, la amplia mayoría de los milmillonarios residen en Asia, Norteamérica y Europa (2.545 del total de 2.781), mientras que son muchos menos los que viven en Oceanía, Oriente Medio, África o América Latina y el Caribe (véase la Figura 4). En cuanto a la riqueza, la lista la encabeza EEUU; el patrimonio total en manos de milmillonarios es de 6 billones de dólares de un total mundial de 14,2 billones, lo que equivale a un 20% largo del PIB estadounidense en 2024. La última columna de la Figura 4 presenta porcentajes similares para todas las regiones que apuntan a una variación considerable en la propiedad de la riqueza en todo el mundo, ya que se aprecia un acaparamiento del patrimonio en el Norte Global y ese fenómeno escasea en el Sur Global.
En líneas generales, la dinámica patrimonial de los milmillonarios en las últimas cuatro décadas indica que: (a) la cuota de la riqueza mundial en manos del 0,0001% superior de la población, que equivale al porcentaje de los milmillonarios del planeta, ha crecido con fuerza del 3% al 13,5% del PIB mundial; (b) el índice anual compuesto de crecimiento de la riqueza cuadriplica el índice de crecimiento del patrimonio adulto medio, y el efecto total de la diferencia tiene repercusiones profundas para la desigualdad; y (c) existe una variación regional considerable, con más patrimonios milmillonarios en el Norte Global que en el Sur Global.
Figura 4. Desglose de milmillonarios por región en 2024
Región | Nº de milmillonarios | Riqueza (1000m$) | PIB (1000m$) | Riqueza/PIB |
---|---|---|---|---|
Norteamérica | 880 | 6015,5 | 30080 | 20 |
Europa | 677 | 3444,7 | 24843,9 | 13,9 |
Oceanía | 52 | 230,4 | 2135,5 | 10,8 |
Asia | 988 | 3705,3 | 39518,1 | 9,4 |
América Latina y el Caribe | 113 | 537 | 6126,2 | 8,8 |
Oriente Medio | 50 | 185,8 | 3492,6 | 5,3 |
África | 21 | 90,9 | 3240,2 | 2,8 |
Total | 2781 | 14209,6 | 109436,5 | 13 |
3. Movilidad de los milmillonarios
3.1. Movilidad de la riqueza
Una de las vías para ocultar la riqueza ha consistido en desviar el patrimonio financiero al extranjero. Los cálculos recientes apuntan a que, en la actualidad, hay unos 12 billones de dólares en paraísos fiscales, lo que equivale aproximadamente al 12% del PIB mundial (Alstadsæter et al., 2023). Esta forma de evasión fiscal extraterritorial tiene un efecto nada baladí sobre el escalón superior de la distribución de la riqueza. Esta práctica se concentra sobre todo en el 0,1% superior de los hogares más ricos, que son los que poseen aproximadamente un 80% de la riqueza extraterritorial, mientras que el 0,01% posee en torno al 50% (Alstadsæter et al., 2018). El 0,01% de la cima evade alrededor del 25% de sus impuestos valiéndose de las lagunas legales y recurriendo a los paraísos fiscales (Alstadsæter et al., 2019).
En el pasado, la forma más común de ocultación patrimonial era recurrir a instituciones financieras con sede en paraísos fiscales. No obstante, la evolución destacable de las políticas al respecto en los últimos 10 años han puesto coto en gran medida a esta práctica. En 2010 entró en vigor en EEUU la Ley de cumplimiento fiscal de cuentas en el extranjero (FATCA, por sus siglas en inglés), en virtud de la que se exige información a los bancos del mundo entero sobre las cuentas cuyo titular sea un ciudadano estadounidense. Más de 100 países promulgaron en 2014 una legislación similar conocida como el Estándar Común de Comunicación de Información (ECCI). Las instituciones financieras informan sobre los saldos de las cuentas, mientras que las administraciones tributarias intercambian esta información de manera automática. El aumento de la cooperación ha supuesto una reducción del patrimonio financiero no declarado: tras la introducción del intercambio automático de información, se calcula que ahora se grava en torno al 70% del patrimonio mundial extraterritorial, cuando antes de las reformas no superaba el 10% (Alstadsæter et al., 2023).
Tras la introducción del ECCI, los particulares con grandes patrimonios han empezado a recurrir a valerse de otras clases de activos para ocultar la riqueza. Las conclusiones que se desprenden de investigaciones recientes apuntan a los bienes inmuebles como una de las clases de activos que se emplea para eludir el intercambio de información y mantener el secretismo. Los hallazgos cuasiexperimentales documentan un incremento de 45.000 millones de dólares en el mercado de los bienes inmuebles en el Reino Unido tras la entrada en vigor del ECCI (Bomare y Le Guern Herry, 2022). Los datos del mercado inmobiliario de Dubái sugieren que los particulares extranjeros poseen alrededor del 43% del valor total de todos los inmuebles residenciales de la ciudad, mientras que ha quedado documentado un auge considerable de las inversiones rusas en la ciudad emiratí tras la invasión de Ucrania, con un fuerte aumento de las cuentas de servicios públicos y los alquileres residenciales relacionados con ciudadanos rusos (Alstadsæter et al., 2024). Valgan estos datos para ilustrar la movilidad de la riqueza. La información más actualizada sobre patrimonio inmobiliario extraterritorial se puede consultar en el Atlas of the Offshore World del Observatorio Europeo de la Fiscalidad (Alstadsæter et al., 2022), en el que queda documentada la magnitud mundial de esta práctica perniciosa.[2]
3.2. Movilidad de particulares
El ocultamiento de la riqueza en paraísos fiscales también se da a través de la mudanza personal de milmillonarios a otros países o regiones. La Figura 5 muestra el porcentaje de milmillonarios que residen fuera de su país (línea en azul oscuro) o su región (línea en azul claro) por nacionalidades. Este porcentaje ha ido creciendo con el paso de los años. Alrededor del 9% vive ahora en otro país. La Figura 6 presenta el desglose por jurisdicción de residencia de los milmillonarios que viven fuera de su país de nacionalidad. Entre 2002 y 2024 de todos los milmillonarios que viven fuera de su país de nacionalidad, el 22,9% vive en Suiza, el 22,5% en el Reino Unido y el 13,1% en EEUU. En otras jurisdicciones donde tradicionalmente se pagan pocos impuestos se observa un porcentaje bastante elevado en comparación con su población: Hong Kong, Mónaco, Singapur y Emiratos Árabes Unidos. Esta lista de países no resulta sorprendente habida cuenta de sus regímenes favorables en vigor.
Figura 5. Milmillonarios residentes en otro país o región
Varios países han competido entre sí por distintos medios para atraer a particulares con grandes patrimonios (Agrawal et al., 2020; Baselgia y Martínez, 2024; Advani et al., 2023; Jakobsen et al., 2024). La introducción de regímenes preferentes se ha centrado en: (a) una tributación preferente para la renta mundial si se traslada la residencia fiscal; (b) reducciones fiscales para una actividad profesional específica, como por ejemplo deportistas, artistas y nómadas digitales; (c) regímenes especiales para jubilados; y (d) ciudadanía, o pasaporte, o tributación preferente a cambio de invertir en el país. En Flamant et al. (2021) aparecen documentados algunos de estos regímenes en Europa y la tendencia correspondiente al alza desde la década de 1990.
Figura 6. Jurisdicción de residencia de milmillonarios que viven fuera de su país de nacionalidad, 2002-2024
Jurisdicción de residencia | % de milmillonarios |
---|---|
Suiza | 22,9 |
Reino Unido | 22,5 |
Estados Unidos | 13,1 |
China | 7,6 |
Hong Kong | 6,1 |
Mónaco | 5,6 |
Singapur | 5 |
Emiratos Árabes Unidos | 5 |
Otras | 12,2 |
4. El impuesto a los milmillonarios
Calcular la magnitud de la evasión fiscal de los milmillonarios no fue posible durante mucho tiempo por la ausencia de datos al respecto. Hace falta contar con una estimación de su renta mundial, una valoración de la fragmentación de su patrimonio, la consideración de cualquier práctica de elusión y compararlo todo con los impuestos que sí pagan. En los últimos años, se ha empezado a solventar esta carencia gracias a una serie de estudios en EEUU, Francia, Italia y los Países Bajos (Sáez y Zucman, 2019; Bach et al., 2023; Bruil et al., 2022; Guzzardi et al., 2023), mientras que en otros países van apareciendo otros estudios similares.
Figura 7. Déficit tributario de los milmillonarios
Al combinar los datos empíricos de los estudios con trabajos anteriores sobre los tipos impositivos efectivos para particulares a lo largo de toda la distribución de la renta, podemos valorar el porcentaje de impuestos que se paga en cada percentil. En la Figura 7 se muestra un diagrama con los cuatro países. Se clasifica a los particulares en deciles en función de su renta antes de impuestos y destacamos el escalón más alto de la distribución de la renta, en concreto en el 0,1%, el 0,01% y los milmillonarios.
Lo que se constata en los cuatro casos es el déficit fiscal de los individuos con grandes patrimonios: el porcentaje de impuestos sobre la renta cae de manera drástica en la parte más alta. La mayor parte de la población de un país paga entre un 25% y un 50% de sus ingresos en impuestos a lo largo de toda la distribución de la renta, mientras que los milmillonarios y cienmillonarios pagan entre el 20% y el 25%. En todos los casos, los tipos impositivos efectivos para los milmillonarios son mucho más bajos que los de otros grupos de renta, por lo que resultan considerablemente inferiores al tipo impositivo medio de la población. Ese dato muestra que el sistema tributario es moderadamente progresivo, salvo en el escalón más alto, donde pasa a ser muy regresivo.
Este déficit fiscal hace que se prevea un crecimiento continuo del patrimonio de los milmillonarios que afectaría en gran medida a las desigualdades. La Figura 8 presenta una extrapolación del patrimonio de los milmillonarios como porcentaje del PIB mundial hasta 2050. Cabe recordar que este porcentaje ha subido del 3% en 1987 al 14% actual. En ausencia de políticas que hagan frente al déficit tributario de los milmillonarios, creemos que la riqueza de este grupo seguirá subiendo hasta rondar el 20% del PIB mundial de aquí a 10 años. Se está planteando la aplicación de un impuesto mínimo global para la parte más alta de la distribución de la riqueza (milmillonarios y cienmillonarios) como una respuesta normativa necesaria. Ese impuesto consistiría en un tipo complementario para los milmillonarios que paguen menos del equivalente al 2% del valor de su patrimonio.
Figura 8. Proyección de la riqueza del 0,0001% más alto como % del PIB mundial
La Figura 9 presenta los ingresos que se recaudarían gracias a un impuesto mínimo del 2% sobre el patrimonio de los milmillonarios. La base de las proyecciones es el crecimiento en el número y la riqueza de los milmillonarios en los últimos 10 años (5,9% y 9,9% respectivamente), que se puede extrapolar a los años venideros.[3] El monto total de los ingresos adicionales en 2025 ascendería al 0,22% del PIB mundial y llegaría hasta el 0,27% en 2030, lo que supone un incremento considerable frente al 0,06% de hoy. Con la dinámica actual, la riqueza de los milmillonarios crecerá de 14,2 billones de dólares en 2024 (aproximadamente el 13% del PIB de 2024) a unos 25 millones en 2030 (en torno al 20% del PIB previsto para ese año). El monto absoluto de los ingresos recaudados hasta 2030 asciende a 2,1 billones de dólares, lo que puede suponer una importante fuente de ingresos para muchos países del mundo. Estos ingresos tributarios podrían utilizarse a nivel mundial para acelerar con fuerza la transición ecológica, multiplicar la inversión en servicios públicos (sanidad, educación, infraestructuras, espíritu emprendedor) y blindar el Estado del Bienestar.
Figura 9. Proyección de ingresos recaudados con un impuesto mínimo del 2%
Años | Nº de milmillonarios | Riqueza (en % del PIB) | Impuestos pagados ahora (en % del PIB) | Impuestos pagados ahora (en % del PIB) | Ingresos de un impuesto mínimo del 2% (en % del PIB) |
---|---|---|---|---|
2025 | 2931 | 13,75 | 0,06 | 0,22 |
2026 | 3089 | 14,37 | 0,06 | 0,23 |
2027 | 3256 | 15,02 | 0,06 | 0,24 |
2028 | 3432 | 15,71 | 0,07 | 0,25 |
2029 | 3617 | 16,42 | 0,07 | 0,26 |
2030 | 3812 | 17,16 | 0,07 | 0,27 |
5. Aplicación
En el pasado, los intentos de aplicar de forma efectiva un impuesto sobre la riqueza han tenido menos éxito debido a la movilidad de los milmillonarios o la movilidad de la propia riqueza, como ya hemos explicado. No obstante, la entrada en vigor de la ley FACTA en EEUU y del ECCI en la OCDE sirvió para implantar el intercambio automático de información entre autoridades tributarias para determinados activos financieros. En la actualidad, las instituciones financieras proporcionan esta información a las autoridades nacionales, quienes a su vez intercambian información unas con otras. El intercambio tiene como objeto a todas las personas a nivel mundial con independencia del patrimonio, por lo que esta información existe y ya se está intercambiando en el caso de los milmillonarios. Ampliar el intercambio de información a otras clases de activos podría facilitar la implantación de un impuesto mínimo global.
Las clases de activos para las que debe haber un intercambio son principalmente la titularidad de las empresas y los bienes inmuebles. Por lo que respecta a la primera, la mayoría de los países cuentan con un registro de beneficiarios reales en el que se deja constancia del beneficiario final de una empresa. Esta información está en manos de los gobiernos nacionales, pero el nivel de acceso varía de un país a otro. Para individuos con grandes patrimonios, la información sobre beneficiarios reales se puede intercambiar de forma automática, lo que dificulta la estructuración del patrimonio en sociedades ficticias, fideicomisos y holdings que oculten la información sobre la titularidad y los ingresos de los particulares. Una segunda fuente de información plenamente disponible para su intercambio automático son los bienes inmuebles. La mayoría de los países de todo el mundo cuentan con un registro de la titularidad inmobiliaria cuya información, en el caso de los milmillonarios, se puede intercambiar de manera automática en función de la asignación de activos y el país de residencia.
Alcanzar un acuerdo multilateral en torno a un impuesto mínimo global sobre la riqueza de los milmillonarios es una tarea incierta, puesto que las negociaciones de normas internacionales comunes entre países suelen durar años. Aun así, la experiencia reciente nos ha demostrado que se pueden cerrar acuerdos con éxito cuando varios países conforman una masa crítica, dan el primer paso de manera unilateral, firman un tratado y empiezan a intercambiar información. Con este enfoque se aprovecha la existencia de estructuras nacionales, y los países se pondrían de acuerdo para mejorar su capacidad de recopilación de datos e intercambiarían distintas competencias. Cada país mantendría el control sobre sus datos, pero comprometiéndose a intercambiar la información pertinente sobre milmillonarios con los demás firmantes del tratado en cuestión. Este método descentralizado podría ser más flexible y se podría aplicar con mayor rapidez, puesto que se parte de políticas y marcos nacionales ya establecidos. Puede servir para generar una reacción en cadena y que se vayan sumando nuevos países para beneficiarse de la recaudación tributaria adicional.
Aparte del intercambio automático de información, la creación de un registro mundial de bienes podría ser el objetivo último de los gobiernos en los próximos años, después de la implantación del impuesto. Este registro contaría con una estructura centralizada en la que se recopilaría y analizaría la información sobre el patrimonio de los milmillonarios. Se les exigiría que aportasen toda la información a través de sus asesores contables y a los países se les pediría que enviasen los datos que obren en su poder a esta unidad central. la cual se encargaría de agrupar, cotejar y analizar toda la información. Este enfoque vela por la uniformidad y coherencia en la recopilación y la gestión de los datos, lo que facilita que se pueda llevar a cabo una supervisión precisa de la riqueza de los milmillonarios. Al tratarse de un proceso centralizado, el registro mundial de bienes serviría de fuente única y autorizada de datos sobre los activos de milmillonarios (o cienmillonarios) que permitiría aplicar con eficiencia el tipo del 2% del impuesto mínimo global.
Conclusiones
El patrimonio de los milmillonarios ha crecido del 3% al 13,5% del PIB mundial en los últimos 40 años. Los nuevos hallazgos de la investigación económica han puesto de manifiesto que a los milmillonarios se les aplican tipos impositivos efectivos inferiores a los de la población general, de modo que el aumento de la disparidad patrimonial exacerba las desigualdades a nivel mundial. La dinámica de la riqueza revela que, en ausencia de políticas al respecto, la parte que se encuentra en manos de los milmillonarios no hará más que crecer hasta rondar el 20% del PIB mundial en el próximo decenio. La implantación de un impuesto mínimo global del 2% sobre los patrimonios milmillonarios se presenta como una solución viable para hacer frente a estas cuestiones.
Nuestros cálculos indican que ese impuesto podría generar el 0,22% del PIB mundial en recaudación tributaria adicional en 2025, mientras que las proyecciones indican que esos ingresos ascenderían al 0,27% del PIB mundial para 2030. La cantidad total generada a partir de un porcentaje ínfimo de la población mundial podría alcanzar un acumulado de 2,1 billones de dólares en los próximos siete años. Esta nueva fuente de ingresos puede servir de catalizador para sortear los escollos fiscales del futuro y limitar las prácticas de evasión fiscal que han impulsado el crecimiento de la riqueza de los milmillonarios en el pasado. Las conversaciones recientes iniciadas en la Cumbre del G20 de este año en Brasil brindan a los países la oportunidad única de colaborar entre sí para abordar esta cuestión tan importante.
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Apéndices
a. Los datos de Forbes sobre milmillonarios
En este artículo utilizamos los datos sobre milmillonarios de la revista Forbes para calcular el número y la riqueza de los hogares milmillonarios. Forbes empezó a publicar estos datos anuales en 1987 y su objetivo consiste en proporcionar información sobre los particulares milmillonarios y su patrimonio individual. En 2024, alrededor del 87,5% de los milmillonarios contabilizados por Forbes son individuos o parejas casadas (con niños dependientes, como mucho). No obstante, en el 12,5% de los casos, Forbes no logra discernir entre el patrimonio individual de los miembros de una familia y la propia fortuna familiar, por lo que ofrece información sobre la familia en su conjunto cuando su patrimonio supera un umbral mínimo de 2.000 millones de dólares en total, o bien el equivalente a 1.000 millones por cabeza. Estas fortunas familiares sumadas aparecen en la lista como “y familia” (por ejemplo, “Bernard Arnault y familia”). Por nuestra parte, hemos asignado esas fortunas familiares a la persona que ejerce de cabeza de familia (en el ejemplo anterior, Bernard Arnault), lo que se traduce en una leve estimación a la baja del número de hogares milmillonarios.
Existen dos incongruencias destacables en los datos de Forbes. En primer lugar, la publicación no incluye a dictadores ni a las familias reales, salvo en 1997 y 1998, cuando Forbes incluyó en concreto a ocho monarcas y cuatro dictadores.[4] En segundo lugar, de 1997 al año 2000, todos los milmillonarios pertenecientes a una fortuna familiar quedaron englobadas en ese patrimonio familiar (es decir, no se intentó asignar el patrimonio a milmillonarios individuales como sí ocurrió el resto de años). Por lo tanto, el número de milmillonarios es sistemáticamente más bajo en esos años.
Forbes lleva a cabo una importante labor de investigación para compilar estos datos. Cuando resulta posible, efectúan entrevistas a gestores de activos, asesores financieros, rivales, semejantes y abogados de la persona milmillonaria. También recurren a documentos de la SEC estadounidense, archivos de condados, registros testamentarios y artículos de prensa para valorar todos los tipos de activos (por ejemplo, participaciones en empresas, bienes inmuebles, obras de arte, yates, aeronaves, etc.), además de tener en cuenta las deudas y las contribuciones benéficas. Si una persona milmillonaria no quiere revelar el valor de sus negocios privados, Forbes recurre a estimaciones de ingresos o beneficios combinadas con ratios de mercado de empresas similares que coticen en bolsa, y aplica un descuento de liquidez del 10%. En el caso de empresas respaldadas por capital riesgo y compañías sin ventas recientes de capital accionarial, Forbes ajusta las valoraciones sobre la base de las negociaciones en el mercado secundario, los datos aportados por ApeVue, Caplight y Notice.co, las posiciones de inversores institucionales y la evolución del sector desde la última ronda de financiación.
b. Cálculo del patrimonio real del 0,0001% de los hogares más ricos del planeta
Calculamos el patrimonio real (con la corrección correspondiente para tener en cuenta la inflación) del 0,0001% de los hogares más ricos del mundo a través de principalmente dos pasos. En primer lugar, calculamos el número de hogares que conforman el escalón del 0,0001% de los más acaudalados. En segundo lugar, hacemos una estimación del porcentaje de la riqueza en manos de milmillonarios dentro del 0,0001% de los hogares más ricos. A continuación, ya podemos calcular el patrimonio real del 0,0001% de los hogares más adinerados, a partir de la riqueza que aparece en los datos de la revista Forbes.
Primero, calculamos el número de hogares que conforman el 0,0001% de los más acaudalados de todo el planeta teniendo en cuenta a toda la población mundial adulta (es decir, con edad igual o superior a 25 años). Utilizamos la población adulta total a nivel mundial conforme a los datos de las Perspectivas sobre la población mundial 2022 de las Naciones Unidas. Ahí encontramos datos disponibles de 1980 a 2021. Calculamos 2022, 2023 y 2024 presuponiendo una tasa de crecimiento del 1,5% de la población adulta (es decir, la misma tasa media de crecimiento de la población adulta que en los cinco años anteriores a 2022). Después, presuponemos que el 80% de los adultos conviven con otro adulto (por ejemplo, por cohabitar o estar casados) para hacer un cálculo del número de hogares en todo el mundo. Por ejemplo, si tenemos una población mundial adulta de 4.000 millones de personas (población adulta aproximada en 2012), partimos del supuesto de que el 80% de estos adultos (3.200 millones) conviven en el mismo hogar con otra persona adulta (3.200/2 = 1.600 millones de hogares), mientras que el otro 20% lo conforman adultos que viven solos (800 millones de adultos = 800 millones de hogares). Por lo tanto, calcularíamos que los 4.000 millones de adultos viven en 2.400 millones de hogares en todo el mundo (1.600 + 800) y que el 0,0001% superior lo conforman 2.400 hogares (2.400 millones/1 millón).[5] En 2024 en el mundo había 4.883.332.860 adultos que, según nuestras estimaciones, vivían en 2.929.999.716 hogares. En consecuencia, el 0,0001% superior lo conformaban los 2.930 hogares más ricos en 2024, cifra cercana a los 2.781 hogares milmillonarios que aparecen en los datos de la revista Forbes.
En segundo lugar, hacemos una estimación del porcentaje de la riqueza en manos de milmillonarios (ρ) dentro del 0,0001% de los hogares más ricos a través de técnicas de interpolación de Pareto: ρ = (b / 0,0001)(a − 1) / a, donde a es el coeficiente de Pareto (igual a entre 1,3 y 1,4) y b es la fracción de hogares mundiales milmillonarios en dólares estadounidenses. Por su parte, b se calcula como el número de hogares milmillonarios (a partir de los datos de Forbes) dividido por el número de hogares mundiales en el 0,0001% de hogares más ricos (ya calculado anteriormente). En esa ecuación, ρ nunca es superior a 1 durante el período completo (es decir, la riqueza de los hogares mundiales milmillonarios nunca es mayor que la riqueza del 0,0001% de los hogares más acaudalados). El patrimonio del 0,0001% de los hogares más ricos en todo el mundo es entonces el patrimonio milmillonario dividido por ρ. Todos los datos de patrimonio se han corregido para tener en cuenta la inflación y se presentan en dólares constantes de 2015. Calculamos un deflactor de precios implícito dividiendo el PIB mundial (extraído del Banco Mundial) en dólares constantes de 2015 por el PIB mundial en dólares actuales.[6]
c. Residencia y nacionalidad
Nuestros datos sobre residencias y nacionalidades conforman un registro de la jurisdicción de residencia y el país de nacionalidad de los milmillonarios. Definimos un país como una entidad política a la que cabe atribuirle una nacionalidad. Utilizamos las jurisdicciones presentes en los datos de Forbes y en la bibliografía académica sobre paraísos fiscales.[7] La residencia se define como la jurisdicción de la residencia fiscal permanente. Un milmillonario solamente puede tener una jurisdicción al año como residencia fiscal.
Los datos se elaboran partiendo de las cifras de Forbes y llevando a cabo pesquisas adicionales sobre los milmillonarios que viven en una jurisdicción de residencia que no se corresponde ningún año con su nacionalidad. Según Forbes, de 2001 a 2024 ha habido 4.871 milmillonarios. Forbes asigna a cada milmillonario una sola jurisdicción de residencia y una sola nacionalidad por año. Los datos de Forbes no tienen en cuenta que hay milmillonarios que poseen varias nacionalidades. Como se ha explicado anteriormente, convertimos la jurisdicción de ciudadanía en la nacionalidad, sin más. Después, verificamos uno a uno a todos los milmillonarios (489) que no tienen la misma jurisdicción de residencia que su nacionalidad en ningún año en absoluto, recurriendo para ello a Wikipedia, LinkedIn, Companies House y documentos a disposición del público como artículos de prensa, informes y documentos judiciales.
Para identificar las nacionalidades múltiples hay que echar mano de una estrategia de estimación. No siempre es posible determinar el año exacto en el que se adquirió o se perdió una nacionalidad.[8] En caso de que existan varias fuentes que confirmen que una persona milmillonaria posee una nacionalidad determinada, pero carezcamos de información adicional sobre el año exacto de adquisición de esa nacionalidad, procedemos de la siguiente manera. En primer lugar, presumimos que la persona milmillonaria ha adquirido la nacionalidad a la edad de 18 años siempre que pueda haberla recibido durante su infancia (por ejemplo, por nacer o vivir en el país, por nacionalidad de los progenitores, etc.). En segundo lugar, partimos del supuesto de que una persona milmillonaria que haya recibido la nacionalidad de un país a través de un programa de ciudadanía para inversores la ha recibido en el primer año de vigencia de ese programa.[9] En tercer lugar, en el caso de la nacionalidad israelí, se les asigna a los milmillonarios a la edad de 18 años.[10] En cuarto lugar, se determina la nacionalidad en función del número de años de residencia cuando se conozca el primer año de residencia y no quepa aplicar los criterios anteriores.[11] Por último, se considera que los milmillonarios han perdido una nacionalidad si existe confirmación por parte de varias fuentes o si uno de sus países de nacionalidad no reconoce las nacionalidades adicionales.[12]
[1] Para obtener más información, véase el estudio de referencia de Thomas Piketty, Capital in the Twenty-First Century. Las tendencias recientes en este ámbito se presentan en el Informe mundial sobre la desigualdad de 2022.
[2] Véase https://atlas-offshore-world.org/.
[3] El crecimiento del último decenio es el más lento de los cuatro anteriores, por lo que representa el índice de crecimiento más conservador que cabría aplicar a los patrimonios milmillonarios.
[4] De la realeza se incluyó al sultán Hassanal Bolkiah de Brunéi, al rey Fahd bin Abdul Aziz Al Saud de Arabia Saudí, a los jeques Zayed bin Sultan Al Nahyan y Maktoum bin Rashid Al Maktoum de los Emiratos Árabes Unidos, a la reina Beatriz de los Países Bajos, al rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia y a los jeques Jaber Al-Ahmed Al-Jabar Al-Sabah y Hamid bin Khalifa Al Thani de Qatar. Los dictadores incluidos fueron la familia Suharto de Indonesia, Hafez Al-Assad de Siria, Sadam Huséin de Irak y Fidel Castro de Cuba.
[5] Es importante señalar que se podría perfeccionar la hipótesis de que el 80% de los adultos de todo el mundo viven con otro adulto y el 20% de ellos viven solos. El número de adultos que viven solos y el número de adultos por hogar son datos difíciles de estimar y varían de un modo considerable a lo largo y ancho del planeta. Cambiar esta premisa tendría un efecto insignificante en nuestros resultados.
[6] Estos datos fueron descargados cuando solamente estaban disponibles los años comprendidos entre 1980 y 2022. Calculamos 2023 y 2024 presuponiendo una tasa de crecimiento del 3% del PIB (es decir, la tasa media de crecimiento aproximado del PIB en los 10 años anteriores a 2023). El Banco Mundial publicó en fechas recientes los datos de 2023 e introdujo pequeñas modificaciones en sus series. Estas modificaciones son insignificantes y no afectan a nuestros resultados.
[7] Por lo tanto, puede haber integrantes de jurisdicciones distintas que compartan la misma nacionalidad. Quienes pertenecen a las regiones administrativas especiales de China (Hong Kong y Macao) tienen la nacionalidad china. Quienes pertenecen a los cinco Territorios de EEUU habitados (Guam, Puerto Rico, Islas Marianas del Norte, Islas Vírgenes de EEUU y Samoa Americana) tienen la nacionalidad estadounidense. Lo mismo cabe decir de las tres dependencias de la Corona británica (Guernsey, Jersey y la Isla de Man) y de quienes pertenecen a los once territorios británicos de ultramar habitados (Anguila; Akrotiri y Dekelia; Bermuda; Islas Vírgenes Británicas; Islas Caimán; Islas Falkland; Gibraltar; Montserrat; Islas Pitcairn; Santa Elena, Ascensión y Tristán de Acuña; y, por último, Islas Turcas y Caicos).
[8] A pesar de que existe bastante información pública sobre la nacionalidad, también es probable que no se conozcan algunas de las nacionalidades adicionales. Ahora bien, creemos que no se trata de un sesgo que pueda influir de manera significativa en nuestros datos.
[9] Langenmayr y Zyska (2023) enumeran ocho países con programas de alto riesgo de ciudadanía para inversores. Asignamos el primer año de vigencia del programa para San Cristóbal y Nieves (1984), Antigua y Barbuda (2013), Granada (2014), Malta (2014), Santa Lucía (2016) y Vanuatu (2017). En el caso de Chipre (2013) y Dominica (2014), asignamos el primer año de los programas después de una reforma importante que los hizo mucho más accesibles.
[10] La población judía y las personas con uno o más abuelos judíos y sus cónyuges tienen derecho a trasladarse a Israel y adquirir la nacionalidad israelí conforme a la Ley del Retorno de 1950 y la Ley de Ciudadanía de 1952. En la práctica, las personas que cumplan los requisitos pueden presentar su solicitud por Internet y recoger el pasaporte a su llegada a Israel.
[11] Únicamente determinamos los requisitos de los años de residencia para la nacionalidad en los países en los que se aplica esa regla. Se incluye aquí a Emiratos Árabes Unidos (sin requisito de años de residencia); Argentina (sin requisito cuando hay vínculos familiares; en caso contrario, dos años); EEUU y el Reino Unido (tres años con cónyuge nacional; en caso contrario, cinco años); Australia (cuatro o cinco años, en función del período concreto); Canadá (cinco años); Finlandia (cuatro años con cónyuge nacional; en caso contrario, cinco años); Corea del Sur y Taiwán (tres años cuando hay vínculos familiares; en caso contrario, cinco años); Seychelles y Mónaco (10 años) y Suiza (entre 10 y 12 años, en función del período concreto). Hay casos de milmillonarios que obtienen la nacionalidad de algún país a través de procedimientos expeditivos (por ejemplo, Pável Dúrov con la nacionalidad francesa en 2021). Se trata de casos excepcionales con mucha cobertura mediática, pero es posible que nuestra estrategia de identificación no haya detectado alguno de estos casos de obtención expedita de la nacionalidad.
[12] Por ejemplo, China, Taiwán, India y Singapur no reconocen las nacionalidades adicionales.